Durante la primera visita del papa Francisco a México, del 12 al 17 de febrero, se contempla el recorrido en cinco entidades y se prevé que analice temas como derechos humanos y combate a la pobreza. ¿Por qué México es un país clave para la comunidad católica y el Vaticano?   Si el Vaticano fuera una empresa y tuviera subsidiarias, México sería la segunda más importante a nivel mundial, sólo por debajo de Brasil, al contar con 96 millones de católicos. Además de albergar una gran población católica, es una economía religiosa competitiva para el Vaticano: México se ubica en la novena posición de los 10 países que más le aportan dinero a esa soberanía y a la colecta del papa, a través del Óbolo de San Pedro (las donaciones de la feligresía), escuelas católicas, donaciones de iniciativas privadas, entre otros, de acuerdo con las últimas cifras disponibles en la Prefectura de los Asuntos Económicos de la Santa Sede. La lista la encabeza Estados Unidos, seguido de Italia, Alemania, Francia, España, Irlanda, Canadá, Corea y, en último lugar, después de México, se encuentra Australia. En 2005 (último dato disponible), el Óbolo de San Pedro logró una recaudación de 59.4 millones de dólares (mdd), cifra 14.95% superior a lo reportado en 2004. Paradójicamente, aunque Brasil alberga a más de 150 millones de católicos, el mayor número en el mundo, no perfila en la enumeración. “Frente a Brasil, quizás el catolicismo en México es más pequeño, pero su fuerza financiera es más importante. Este país, hablando en materia social y financiera, está en la mira del Vaticano, pues es un punto clave para sus finanzas”, asegura en entrevista Aramis Kinciño Hernández, internacionalista de El Colegio de México (Colmex). En este sentido, el también maestro en ciencia política por la Universidad de Tel Aviv, comenta que una limitante para medir el tamaño de la fortuna de la iglesia es que los archivos del Vaticano durante años se han mantenido “en secreto”. Aunque México aporta a las finanzas del Vaticano, el tema del dinero manipulado por la iglesia genera rechazo entre la población, pues “no hay transparencia en el manejo de los recursos”, precisa Kinciño. Se calcula que 35% de los mexicanos se opone de manera contundente a que la congregación maneje dinero, sobre todo entre la jerarquía de obispos y cardenales; 35% lo rechaza a medias, mientras que el 30% restante lo ve como algo natural, así lo estima un análisis elaborado en 2014 por la Asociación para el Estudio de la Doctrina Social de la Iglesia (Aedos).   Consumidores espirituales Aramis Kinciño explica que las distintas religiones, vistas desde un enfoque microeconómico, son consideradas empresas que compiten en el mercado por atraer consumidores. A esta clase de personas se les conoce como “consumidores espirituales, quienes, mediante sus preferencias, mandan señales sobre el tipo de producto religioso que desean. Como toda empresa, las iglesias están interesadas en maximizar su membresía”. Hasta diciembre de 2013 existían 1,254 millones de católicos en todo el mundo, un aumento de 12% en contraste con 2005. La población total de católicos en el mundo representa 17.7% de la población a nivel global, de acuerdo con el Anuario Pontificio de 2015, basado en datos disponibles hasta 2013. Por región, América alberga al 49% de la población católica en el mundo, en segundo lugar se encuentra Europa con 22.9%, África en tercero con 16.4%, Asia aloja al 10.9%, y Oceanía un marginal 0.8%. A pesar de que Europa es el segundo territorio con mayor número de católicos, el anuario muestra que el viejo continente sigue experimentando un descenso en el número de fieles. África, por el contrario, ha aumentado el número de sus feligreses en 34%; los bautizos en América crecieron 10.5% y en Asia 17.4%. Por tradición, la población mexicana católica ha predominado; sin embargo, a partir del siglo XX la composición religiosa en México ha mostrado cambios significativos, según los datos obtenidos en los censos de la población realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En 1910, los católicos mexicanos representaban 99% de la población total en el país; en 1950 se redujo a 96%, y en la actualidad significa aproximadamente 82.72%. “Sí hay una pérdida de fieles constante en todo el mundo y México no es la excepción. En este momento, el reto para la iglesia católica son los llamados católicos desencantados, aquellos que dejan de ser católicos para convertirse a otra religión”, comenta el internacionalista del Colmex. La encuesta del Instituto Mexicano de Doctrina Social Católica e IPSOS (Imdosoc, 2014) muestra que ocho de cada 10 mexicanos se consideran católicos y 1% de quienes se asumieron como tal no saben si creen o no en Dios. Mientras, cifras del Inegi revelan que 9.73% de la población en México se considera cristiano no católica; 0.06% judía, y 0.03% se asume como espiritualista. A pesar de que el número de fieles católicos se ha reducido en México, la iglesia se mantiene como una de las instituciones más respetadas en el país. La iglesia es la segunda institución más respetada entre los mexicanos, sólo por debajo de las universidades y por arriba del Ejército, según una encuesta realizada en 2015 por Consulta Mitofsky.   El CEO de una organización En abril de 2014, el semanario británico The Economist calificó al papa Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, como un “CEO ejemplar que debería ser estudiado en las escuelas de negocios por su exitosa reinvención de la iglesia católica”. Asimismo comparó a Bergoglio con el fundador de Apple, Steve Jobs, al considerar que ayudó a reposicionar la marca de la institución, en momentos en que atravesaba por graves problemas de confianza y credibilidad. En el caso de México, la percepción de los católicos sobre el papa Francisco es 86% positiva, frente al 5% negativa, revela el centro de investigación Pew Research. Durante la primera visita del pontífice a suelo mexicano, la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México (Canacope) espera que se genere una derrama económica por 870 millones de pesos en la capital del país y alrededor de 2,500 millones de pesos durante toda su estancia en suelo mexicano. Aunque la imagen del pontífice se ha mantenido en un estándar positivo, esto no se replica para las finanzas de la iglesia, en particular las del Instituto de las Obras de Religión (IOR), conocido popularmente como el Banco Vaticano. El IOR administra fondos por un valor de 7,000 millones de euros y cuenta con casi 19,000 usuarios, de los cuales 5,200 son instituciones católicas, que tienen la titularidad de más del 85% de los fondos administrados, y 13,700 son personas entre las que se encuentran religiosos, empleados de la Ciudad del Vaticano y otros autorizados, como pueden ser los enviados diplomáticos ante la santa sede. Desde 1943, año en que Pío XII fundó el banco, a la fecha, la institución se ha visto relacionada con diversos escándalos financieros. Sin embargo, en 2012 el IOR publicó por primera vez un informe anual en sus 125 años de historia. En el reporte se detalló que en ese mismo año el banco obtuvo una ganancia neta de 86.6 millones de euros, cuatro veces mayor que la utilidad de 20.2 millones reportada en 2011. Para Aramis Kinciño, el hecho de que el pontífice sea el primer jesuita en presidir la institución clerical ha ayudado a hacer énfasis en temas sociales. Sin embargo, el internacionalista opina que la postura del papa Francisco es similar a la de sus antecesores: mantener y conservar la tradición de la iglesia. “Francisco está retomando este camino, y  además está metiendo a la agenda el debate de temas morales, pero  no para aprobarlos. En este sentido es igual de ortodoxo que cualquier otro papa y abiertamente rechaza todos estos temas, pero sí ha propuesto discutirlos de forma abierta, tolerar a quienes caen en estas prácticas y hacerlos parte de la conversación.”

 

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