Las autoridades chinas adoptan rápidas medidas en respuesta a los recientes acontecimientos del mercado. Mantenemos nuestro optimismo sobre todas las clases de activos.   Por Mauro Ratto Tras un periodo de interés general en el país por invertir en renta variable se ha producido una considerable desorganización en todas las bolsas chinas. En las últimas semanas, muchos inversores chinos han abierto cuentas para la negociación de acciones A, y al hacerlo han recibido, en algunos casos, una línea de financiación mediante garantía (margin facility). Estas líneas de financiación permiten a los inversores utilizar las acciones como garantía subsidiaria, es decir, apalancarlas para comprar más acciones. La sólida rentabilidad del mercado en el segundo trimestre incrementó el atractivo de la inversión usando esta financiación de margen, a lo que también contribuyó la actitud relativamente benigna del Banco de China. El enfriamiento del mercado desde junio puso de manifiesto un apalancamiento excesivo de los inversores minoristas y provocó, a su vez, una considerable reducción de la calificación del riesgo chino. Los problemas de los mercados se vieron agravados, además, por un repunte de los tipos interbancarios tras un aumento de las ofertas públicas iniciales (OPI), que suelen drenar la liquidez del mercado. El gobierno chino ha respondido a la venta generalizada de valores con una serie de medidas políticas. La más importante de éstas ha sido el compromiso del Banco Central de inyectar liquidez en Chinese Securities Finance Co., un proveedor de propiedad estatal, mediante la financiación basada en garantías. El Banco Popular de China (PBOC) ha declarado haber otorgado a CSFC otros 250,000 millones de renminbis como margen a seis meses. Además, las autoridades han pedido a 21 empresas de corretaje que inviertan al menos 120,000 millones de yuanes en el mercado, en un esfuerzo por restaurar la confianza y reducir la presión sobre las ventas. Asimismo, han reclamado a las empresas de mayor solidez que recompren acciones de las empresas públicas, y acciones propias, para diversificar así el número de partícipes activos en el mercado. Estos movimientos para restaurar la confianza se producen tras una serie de medidas previas destinadas a estabilizar los mercados de capitales y la confianza de los inversores. El gobierno ha anunciado una suspensión temporal de facto de las OPI en el mercado interior, con el objetivo de restaurar la liquidez del mercado. Entre las medidas previas tomadas se encuentran las siguientes: tipos de referencia y recortes del coeficiente de reservas obligatorio (RRR) objetivo; una propuesta para permitir que el Fondo de la Seguridad Social Nacional invierta en renta variable; una reducción del 30% en los costes de transacción; modificaciones en los procedimientos de ajuste de los márgenes obligatorios, y una ampliación de los canales de financiación de corretaje. En conjunto, todos estos pasos han favorecido fundamentalmente a los inversores. A nuestro juicio, la iniciativa de diversificar a los participantes del mercado en Shanghai y Shenzen, a través de la inclusión de una base institucional más sólida, aborda una necesidad clara. Aunque nos hemos centrado mucho en la rentabilidad de la renta variable, es importante destacar que los mercados de renta fija han mantenido el equilibrio. Los diferenciales de CDS chinos han aumentado su promedio móvil a largo plazo de los 91 a los 104 puntos básicos, aproximadamente. Aunque antes del 1 de julio la participación popular en el mercado de renta variable iba en aumento, observamos que los ahorradores chinos dedican menos de un 10% de su ahorro familiar a la inversión en acciones. Dado el mayor equilibrio entre inversión y consumo que presenta actualmente el crecimiento económico de China, cabe esperar que este negativo impacto sobre la riqueza afecte al crecimiento. Sin embargo, debería ser contenido y oscilar entre los 50 y los 80 puntos básicos para 2015, de manera que la previsión de crecimiento del PIB para 2015 se sitúe entre el 6.5% y el 7%. La calidad del crecimiento y su sostenibilidad seguirán siendo claves. Por lo tanto, esperamos que el gobierno siga centrándose en su programa de reformas, en especial en incrementar el valor para los accionistas del sector público. Reconocemos que las recientes opciones han sacudido la confianza de los inversores en la credibilidad política y, por ende, en la gestión de la economía por parte del gobierno. Con respecto a los homólogos regionales, los niveles de los márgenes en China no son elevados: cuando se produjo el repunte recientemente, el país obtuvo en torno de un 20% frente al 30% de Taiwán, por ejemplo. Sin embargo, se podría rechazar la inclusión de las acciones nacionales chinas en el índice MSCI Emerging Markets ante la complacencia respecto a las normas de préstamo con margen y a que se permite que un amplio porcentaje de las empresas nacionales cotizadas suspenda la cotización sin motivos fundados. Asimismo, puede constituir un obstáculo para que el FMI se plantee si incluir el renminbi chino en la cesta de divisas con derechos especiales de giro (SDR), como está previsto para finales de año. A pesar de esto, cabe esperar que los negativos resultados provocados por las recientes alteraciones del mercado constituyan dificultades superables para los políticos chinos a corto plazo. Desde nuestro punto de vista, la mayor parte del riesgo se refleja actualmente en las acciones chinas (acciones H) cotizadas de Hong Kong y nacionales (acciones A). A nuestro parecer, ahora las oportunidades se encuentran en el mercado de acciones H, donde empresas de calidad con fuertes posibilidades de crecimiento de los beneficios cotizan con un descuento considerable respecto al mercado interior de acciones A. También esperamos que en los próximos meses se produzca una normalización de los tipos interbancarios, lo que debería proporcionar acceso a una financiación más asequible para las empresas. Cabe esperar también una mayor intervención directa del gobierno. En mayo, el gobierno anunció un swap de deuda de 2 billones de renminbis, transformando los préstamos a corto plazo en valores de renta fija con vencimientos a más largo plazo, para aliviar las presiones fiscales. Una operación como ésta es similar a los programas de flexibilización cuantitativa puestos en marcha por los bancos centrales de mercados desarrollados. Tal vez sea posible una política de “flexibilización cuantitativa” similar para los mercados de renta variable. Por lo tanto, mantenemos nuestro optimismo sobre todas las clases de activos de China. Aunque los mercados chinos han mostrado indicios de dificultades en las últimas sesiones, creemos que la calidad subyacente de la inversión en China, unas instituciones con recursos y unos políticos con un mandato largo merecen suficiente credibilidad para gestionar los sucesivos resultados.   Mauro Ratto es responsable de Mercados Emergentes, Pioneer Investments.   Contacto: Twiiter: @PioneerInvest   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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