La iniciativa de reforma del Gobierno será presentada el lunes a las 11:00 en un evento encabezado por Peña Nieto.   Reuters La iniciativa de reforma energética que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, presentará el lunes no plantea otorgar concesiones a empresas privadas para explotar petróleo, pero sí cambios constitucionales que les permitan invertir en el sector, dijo el domingo a Reuters el líder del partido gobernante, PRI. La reforma es la piedra angular de un paquete más amplio de iniciativas que Peña Nieto espera que impulsen el crecimiento de la segunda economía de América Latina y modernice el sector energético mexicano. “De ningún modo es una privatización, es abrir la posibilidad de que el capital privado se sume a políticas públicas y a la intención transformadora del Gobierno sin ir tan lejos como concesiones”, dijo César Camacho, líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al que pertenece Peña Nieto. Los partidos de izquierda han rechazado tajantemente cambios constitucionales, pues los consideran un intento de privatizar el petróleo mexicano controlado por el monopolio estatal Pemex “Es una reforma audaz que incluye una reforma constitucional, sabiendo que la Constitución y la ley deben estar al servicio de los mexicanos, no convertirse en un objeto de culto”, señaló. La reforma propondrá contratos con empresas petroleras más generosos que los actuales contratos de servicios que favorecerían el desarrollo del gas de esquisto y petróleo en aguas profundas, dijo a Reuters el legislador del PRI Marco Antonio Bernal, líder de la comisión de Energía de la Cámara baja del Congreso, en una reciente entrevista. Bernal agregó que la reforma del Gobierno buscaría modificar los Artículos 27 y 28 de la Constitución para permitir mayor participación privada, pero no abundó en detalles legales. Gigantes petroleras como BP y Exxon Mobil están en espera de conocer el lenguaje legal de los cambios constitucionales que se propondrán y en las leyes reglamentarias que incluyen los detalles finos a fin de evaluar su alcance. Romper el monopolio estatal petrolero de 75 años podría duplicar la inversión extranjera directa a México y empujar su crecimiento, dándole a la economía el mayor impulso desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) hace 20 años. En la década posterior a la firma del tratado en 1994, las exportaciones de México a Estados Unidos y Canadá se triplicaron y la inversión extranjera se cuadruplicó. Las tasas de crecimiento subieron al 4.8% o más en cuatro de los primeros cincos años del tratado, aunque después el impulso se apagó.   México es el décimo productor mundial de crudo, según datos de la OPEP, aunque su producción ha caído 25% desde su pico de 3.4 millones de barriles por día (bpd) en el 2004. Actualmente su producción está estancada en unos 2.5 millones de bpd. El país latinoamericano también es uno de los principales exportadores de petróleo a su vecino Estados Unidos pero tiene que importar casi la mitad de la gasolina que necesita debido a que no cuenta con suficiente capacidad de refinación.   Fina línea Al optar por no otorgar concesiones pero sí permitir a capital privado explotar petróleo mexicano, el Gobierno está buscando un término medio entre rivalidades políticas. El opositor partido conservador Acción Nacional (PAN) tiene una propuesta más agresiva que plantea concesiones petroleras, mientras que el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) se opone tanto a cambios constitucionales como a nuevos contratos que comparten producción y riesgo. El PRD presentará pronto su propia reforma, que no plantea cambios constitucionales, se apega a los actuales contratos de servicios y propone modificaciones fiscales para Pemex para que pueda financiar sus operaciones en vez de canalizar sus ganancias al Gobierno, dijo el líder del partido, Jesús Zambrano. El Gobierno mexicano depende de los ingresos petroleros para financiar una tercera parte del presupuesto federal. La pesada carga fiscal ha limitado la capacidad de Pemex para financiar nuevos proyectos y aumentar su producción. El Gobierno ha advertido que México podría convertirse en importador neto de petróleo en el 2018 en caso de que no se puedan desarrollar nuevos e importantes hallazgos. El proyecto del PRD permitiría a empresas privadas invertir en la construcción de ductos, crear un fondo que maneje las ganancias petroleras y combatir corrupción en Pemex y en la relación con su poderoso sindicato. Sin embargo, Zambrano puso distancia del líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien disputó la presidencia junto a Peña Nieto en las elecciones del 2012. López Obrador, quien militaba antes en el PRD, ha llamado a realizar una protesta masiva en contra de cualquier propuesta de cambios constitucionales, diciendo que eso sería la consumación de “el robo del siglo”. “El está en su propia ruta, su propia estrategia, y nosotros en la nuestra”, dijo Zambrano a Reuters cuando se le preguntó si el PRD se sumaría a la protesta. Un legislador del PRD dijo que el partido permanecerá dentro del llamado Pacto por México, un acuerdo político desde donde han salido iniciativas legislativas por consenso. La iniciativa de reforma energética del Gobierno será presentada el lunes a las 11:00 hora local en un evento encabezado por Peña Nieto, dijo la oficina de la Presidencia.    

 

Siguientes artículos

Adiós a la prensa escrita
Por

Los periódicos han dejado de ser atractivos para el joven consumidor, particularmente en países desarrollados, donde la...