El proyecto que se discute en Estados Unidos es sólo el punto de partida de la estrategia de política bilateral, afirmó el mandatario.    Reuters   El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el jueves durante una visita a México que un proyecto de reforma al sistema de inmigración estadounidense presentado hace poco en el Congreso es apenas un punto de partida para tratar el tema de los indocumentados y no será completa. Obama llegó a la Ciudad de México para una visita de 24 horas en la que se reunió con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, con quien acordó dar prioridad a la relación económica entre ambos países, que comparten una conflictiva frontera de 3,200 kilómetros. “El proyecto de ley que el senador (Marco) Rubio y otros presentaron creo es un excelente punto de partida. No contiene todo lo que quiero y sospecho que la legislación final no vaya a contener todo lo que quiero, ni vaya a contener todo lo que los líderes republicanos quieren tampoco”, dijo Obama en rueda de prensa conjunta con Peña. El mandatario dijo que es necesario lograr un marco básico que asegure la frontera, por la que cada día cientos de inmigrantes mexicanos y centroamericanos intentan entrar ilegalmente a Estados Unidos para huir de la pobreza en sus países. La frontera es además una de las de mayor tráfico comercial del mundo y por si fuera poco, toneladas de drogas ilegales entran anualmente a territorio norteamericano por rutas que son objeto de sangrientas batallas por parte de los cárteles del narcotráfico, que se nutren de armas en Estados Unidos. Obama dijo que el proyecto debería contener como elementos principales el facilitar la inmigración legal ordenada y posibilitar la ciudadanía “para aquellos que ahora viven en la sombra” en ese país. Se estima que unos 11 millones de personas viven indocumentadas en Estados Unidos. “Si contiene todos estos elementos, entonces probablemente vamos a poder basarnos en eso y podemos tener diferencias con respecto a otros elementos en el futuro con el progreso en esta reforma, pero está esa base de lo que necesitamos”, señaló. Según la propuesta, los inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos antes del 31 diciembre del 2011 y se mantuvieron de manera continua en el país podrían solicitar un estatus legal “provisional” a partir de seis meses después de que el proyecto de ley sea promulgado por el presidente. Pero a la vez, el proyecto de ley establece un objetivo de detener el 90 por ciento de los cruces ilegales en las secciones más riesgosas de la frontera sur con México, ya sea por la captura de personas u obligándolos a regresar a su país. La propuesta expandirá el acceso de trabajadores de alta y baja cualificación a las empresas estadounidenses, en un intento por mantener satisfechos a los sindicatos con disposiciones que evitarán que las compañías contraten a empleados extranjeros o inmigrantes por bajos costos cuando existan estadounidenses disponibles para llenar esas vacantes. Ambos presidentes acordaron crear grupos bilaterales con integrantes de los respectivos gabinetes que se encargarán de darle un mayor impulso a la relación económica entre ambos países, socios en el Tratado de Comercio de América del Norte.

 

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