La producción de filmes de nacionalidad dominicana es responsable de aproximadamente el 35% de las recaudaciones de la industria local tras haber alcanzado el estreno de 20 películas por año.   Por Maribel de los Santos Mucho ha corrido la cinta desde que a media­dos de los años 90 fue necesario sentarse en el piso de las salas de cine del Malecón en la fecha de estreno de Nueba Yol: Por fin llegó Balbuena de Ángel Muñiz. Tras una breve siesta la comedia se había convertido en el centro del universo del cine comercial dominicano. La audiencia estaba cómoda con la idea de las películas literalmente hechas en casa. Los exhibidores como técnicamente se llama a las empresas que proveen las salas de cine comenzaron a reconocer el valor de la colocación de una película dominicana en cartelera al lado de las grandes produccio­nes hollywoodenses. Una ley de fomento a la actividad cinemato­gráfica fue promulgada y reforzada para ofrecer seguridad jurídica e incentivos a la industria; y a mediano plazo esto permitió la diversificación de los géneros dando lugar al surgimiento —tímido pero firme— de producciones alternativas de mayor calidad. La contextualización anterior es prácticamente innecesaria. Y es que los pasos de la industria del cine en República Dominicana se han dado con la misma naturaleza de inclusión y apertura con que las piezas cinematográficas son generalmente concebidas. El aporte a los avances del cine dominicano ha provenido de todas las partes involucradas: audiencia final distribuidores exhibido­res personal técnico creativos reguladores prensa etcétera. Pero no todo había sido fruto del amor al arte; poco a poco se convirtió en un negocio por demás lucrativo. Con una recaudación que ha llegado a superar los 650 millones de pesos de República Dominicana (a un tipo de cambio de 45 pesos de República Dominicana por dólar) por año —tanto en pelí­culas nacionales como extranjeras— el cine en República Dominicana vive un momento de repunte que no habría podido ser predicho al primer estreno exitoso. En 2014 se estrenaron 20 películas “made in RD” y continuó la exhibición de al menos seis películas estrenadas original­mente en 2013 en las salas de cine locales para una captación aproximada al 35% del total por concepto de taquilla o box office de todas los filmes exhibidos frente a más de 143 películas de origen extranjero. De acuerdo con estadísticas de la Dirección General de Cine (DGCINE) al cierre de 2014 el filme dominicano de mayor recaudación ese año fue Vamos de robo realizado bajo la dirección de Roberto Ángel Salcedo con $60.9 millones de pesos de RD seguido de Loto­man 003 de Archie López con 42.9 millones de pesos de RD. El tercer lugar en cuanto a películas locales lo ocupó Un lío en dólares de Fran­cisco “El Indio” Díaz con 28.6 millones de pesos de RD captados solo aventajada por la superproducción estadounidense Transformers 4 y al mismo tiempo por encima de otros éxitos taquilleros inter­nacionales como Malificent y X-Men. La producción nacional Locas y atrapadas de Alfonso Rodríguez también estuvo entre las más exitosas de ese año con una recaudación aproximada de 16 millones de pesos de RD. Al comparar el crecimiento de recaudaciones de las pelícu­las dominicanas con los datos estadísticos disponibles de 2014 según su posición en el ranking de 2013 se estaría hablando de un incremento porcentual de 16% para la posición número uno; un aumento de 6% en cuanto a la posición número dos de este lis­tado y un descenso aproximado a -32% para la posición número tres. De esta manera los filmes que ocuparon estos tres prime­ros puestos en 2013 fueron Profe por accidente realizado bajo la dirección de Roberto Ángel con una recaudación de 52.6 millones de pesos de RD; Quién manda de Ronni Castillo con 45.7 millones de pesos de RD captados; y la exitosa Sanky Panky 2 de José Enrique Pintor con 42.1 millones de pesos de RD. En 2013 se realizaron 14 películas dominicanas por lo que el año 2014 presentó un aumento aproximado a 43% en cuanto a filmes producidos. Al mismo tiempo la dgcine emitió 691 regis­tros en 2014 frente a 422 y 636 emitidos en 2013 y 2012 respecti­vamente en las partidas de personal técnico creativo artístico y empresas de servicio de la industria. Por otro lado en el territorio dominicano entre 2011-2014 se filmaron escenas de al menos 53 producciones extranjeras sin incentivos fiscales las cuales supu­sieron una entrada de divisas para República Dominicana equi­valente a 470 millones de pesos de RD. Al mismo tiempo los datos oficiales señalan que las producciones The Truth Cabin Fever Asuntos extranjeros en Cuba Cristo Rey y Way Back Home optaron por los incentivos de la Ley de Cine y rodaron con una inversión total aproximada a los 175 millones de pesos de RD. grafico_cine_republica_dominicana Un negocio en flashback En el país la llegada del filme al espectador final en general se da a través de la gestión de dos grandes distribuidores encargados de llevar el producto a las salas de cine. Estos son Caribbean Dis­tribution y Distribuidora Internacional de Películas enlazados a su vez a los dos grandes exhibidores del país: Caribbean Cinemas y Palacio del Cine en el mismo orden. Caribbean Cinemas es el mayor con 115 salas en todo el país seguido de Palacio del Cine con 58 salas; aunque la cantidad de salas no necesariamente indica mayor facturación taquillera debido a que los precios de las boletas oscilan entre 125 pesos de RD y 400 pesos de RD para películas domi­nicanas y llegan hasta 500 pesos de RD en el caso de las películas inter­nacionales que se proyectan en la sala imax ubicada en el centro comercial Blue Mall pero para cuya tecnología aun no existen películas locales. A partir de las recaudaciones por concepto de box office — cuyo precio unitario promedio actual es de aproximadamente 160 pesos de República Dominicana— que se logran a través de la respuesta del consumi­dor final inicia un proceso retrospectivo para la retribución de ganancia correspondiente a todos aquellos agentes que hayan invertido de una forma u otra en la concepción ejecución y dis­tribución del producto en cuestión. Generalmente en el mercado local el acuerdo inicial reparte 50% de las ganancias por box office a la empresa exhibidora y el otro 50% a la empresa distri­buidora la cual a su vez realiza una repartición porcentual de las mismas entre sí misma y el productor según lo acordado previa­mente por ambas partes. Al mismo tiempo el distribuidor salda lo invertido en la campaña de mercadeo inicial que generalmente ha financiado para promocionar el producto y así captar a los futuros espectadores durante sus fechas previas de estreno. Se estima que el costo de campaña de mercadeo para una película dominicana es de 3 millones de pesos de República Dominicana. Pero mucho antes de que el éxito taquillero sea siquiera ima­ginado en la fase creativa del filme y tras haber conseguido su permiso de rodaje ante la dgcine la producción está realizando acuerdos con inversionistas y patrocinadores quienes aprove­chan los incentivos fiscales que ofrece el regulador con el obje­tivo de captar los fondos para la realización de la película. Estos fondos son utilizados para cubrir los gastos que se generen en la fase creativa del filme incluidos los sueldos de los talentos y del personal logístico. Estos interesados en el desarrollo del séptimo arte general­mente son empresas que eligen proyectos que se ajusten con sus parámetros imagen o filosofía corporativa y que si todo funciona bien son reincidentes en la inversión en torno a nuevos proyec­tos. En el país las empresas más activas pertenecen a los sectores banca telecomunicaciones juegos de lotería y alimentos. Fruto de una serie de factores que se combinaron exitosa­mente el cine dominicano ha contado con el interés de los lla­mados grandes contribuyentes “sensibles al desarrollo cultural del país y conscientes de que el cine es una vía para comunicar y afianzar la cultura además de una forma interesante de negocio” en palabras del director de cine José Enrique “Pinky” Pintor. Por otro lado están las grandes corporaciones que pagan grandes sumas por concepto de impuesto sobre la renta pero con un flujo de capital sostenible durante todo el proceso de creación de la película. “Eso supone anticipar para el proyecto un porcentaje de lo que serían sus impuestos… cosa que no muchas empresas pue­den permitirse” agrega. La directora de dgcine Yvette Marichal confirma que para recibir los beneficios del regulador que consisten en un crédito fiscal estos inversionistas —quienes gracias a su gran inciden­cia en la gestión de recursos para la producción de películas se han convertido en los verdaderos protagonistas de la industria comercial del cine dominicano— deben estar al día con sus asun­tos tributarios. Este beneficio supone un crédito fiscal anual por el 100% de lo invertido en la película en cuestión; la cantidad invertida nunca debe sobrepasar 25% del total en impuestos que el inversor deberá pagar al final de su año fiscal. “En el caso de Quiero ser fiel (2014) dirigida por Joe Menéndez —que logró colocarse en los primeros lugares de taquilla en México— hubo un único inversionista que aportó aproximadamente 70 millones de pesos de RD para la producción y por supuesto como indica la ley obtuvo una devolución fiscal igual al 100% del total de su inver­sión” explica Yvette. Estas empresas muchas veces pactan un acuerdo de product placement para su propia marca ya sea en el contenido del pro­ducto en sí o durante la fase de campaña mercadológica. Esto multiplica los beneficios que reciben por concepto de crédito fiscal debido a la exposición prolongada de su marca. “Nosotros hemos tenido experiencia con algunos que han sabido cómo vincular sus marcas al proyecto haciendo que se disparasen las ventas de sus productos recibiendo ingresos adicionales a largo plazo” señala “Pinky” Pintor director de Sanky Panky (2007) y Sanky Panky 2 (2013). Competencia contra sí mismo El primer mes del año es un tiempo muerto para la mayoría de los negocios en todo el mundo incluso para el cine. Pero no en República Dominicana. Así lo explica Rafael Suárez director de Mercadeo de Palacio del Cine quien afirma que al menos uno de los directores de cine más taquilleros del país prefiere este periodo para el estreno de sus películas debido a que esto asegura que no tendrá competencia de industrias internacionales más robustas como la hollywoodense en la cual la mayor cantidad de estrenos se realiza a fin de año para aprovechar el auge comercial de la época navideña por ejemplo. Aparte de la competencia que representan las películas extranjeras el cine dominicano es el mayor competidor de sí mismo. Rafael Suárez recuerda que en sus inicios una película dominicana de categoría comercial era capaz de captar hasta casi un millón de espectadores por ejemplo Nueba Yol: Por fin llegó Balbuena (1995) Un macho de mujer (2006) o Sanky Panky (2007). No así actualmente cuando la película más taquillera lleva a aproximadamente 350,000 espectadores a las salas. Esto se debe en parte a la gran cantidad de oferta de cine local exis­tente en el mercado actual. “Ya no es la gran y única película dominicana que se está exhibiendo sino que tenemos juntas a la película dominicana romántica la de acción la dramática etcé­tera” expresa. A partir de las expectativas y del gran auge de producción de películas dominicanas de los distintos actores involucrados en esta industria entienden que a largo plazo el cine dominicano debería ir hacia una internacionalización de la distribución y hacia una optimización tecnológica a fin de ser capaz de man­tener sus altos niveles de competitividad en el tiempo e igual o mayor generación de beneficios en taquilla. “En este 2015 nos dirigimos hacia la internacionalización y al mismo tiempo habrá una desaceleración de la producción de películas” confirma por este lado la directora de DGCINE.

 

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