Un probable triunfo del PAN en Baja California Sur mantendría la estabilidad del partido, y su disposición a mantener en pie el Pacto por México.   El Partido Acción Nacional (PAN) de México habría logrado retener el domingo la crucial gubernatura de Baja California, aliviando en parte las dudas que las elecciones en esa y otras regiones quebraran un pacto entre el Gobierno y la oposición para aprobar reformas. Cuando se había contabilizado un 45% de los votos, el instituto electoral del estado informó que el candidato de una alianza del PAN con el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Francisco Vega, obtenía un 47.76% de los sufragios. Fernando Castro Trenti, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo seguía de cerca con un 43.28% de los votos. Analistas creían que si el PAN cedía Baja California, se ahondarían las fracturas que el partido arrastra derivadas de haber perdido la presidencia en el 2012, y se debilitaría así su presidente, Gustavo Madero, quien ha sido figura clave en el llamado Pacto por México. Por otro lado, las elecciones de unos 1,300 funcionarios públicos en 15 estados del país, casi la mitad de las entidades federales mexicanas, estuvieron plagadas de acusaciones mutuas de corrupción y malas prácticas electorales entre los principales partidos políticos del país que también ensombrecieron el pacto. El Pacto por México, que integra al PRI, el PAN y el PRD, le ha permitido al presidente Enrique Peña Nieto aprobar reformas largamente postergadas como una al sistema educativo y otra para permitir una mayor competencia en telecomunicaciones, televisión y radio. El PRI, sin mayoría absoluta en el Congreso bicameral, necesita del pacto en momentos en que se apresta a presentar dos proyectos cruciales para la economía: una reforma fiscal para elevar la débil recaudación y otra para permitir más inversión privada en el sector petrolero, que el Gobierno prevé enviar al Congreso entre agosto y septiembre. “Pues sí, se esperaba que ganara el PAN porque aquí somos panistas”, dijo Luis Guerra, un bombero de 36 años de Baja California, tras conocer los resultados. “Quizás le ayudó a que el PRI no pudo hacer tantas marrullerías (trampas) por esto del Pacto por México, si no quién sabe”.   Opacidad y crimen organizado La campaña estuvo marcada por incidentes sangrientos, como el asesinato de más de una docena de candidatos, dirigentes de partidos y familiares, además de secuestros o agresiones a viviendas de los contendientes en un país ya sacudido por la violencia del narcotráfico. Antes de darse a conocer los resultados preliminares, Madero, el presidente del PAN, denunció lo que llamó “signos de opacidad, de falta de transparencia”, entre ellos el cierre de su propio centro de votación en el estado de Chihuahua. “No se puede sentar en la mesa a alguien que no esté comprometido a cumplir con el estado de derecho, a combatir la impunidad”, dijo, aunque agregó que “la necesidad de generar acuerdos sigue siendo vigente, sigue siendo un imperativo para México”. El presidente del PRD, Jesús Zambrano, denunció por su parte que organizaciones del crimen organizado apoyaron a candidatos del PRI en varios estados y afirmó que los hechos del día impactarían “la acción pública nuestra y nuestra propia participación en el Pacto”. Además de Baja California, hubo comicios municipales y para elegir diputados en los estados de Tamaulipas, Coahuila, Sonora, Durango, Chihuahua y Sinaloa, Puebla, Tlaxcala, Aguascalientes, Zacatecas, Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca y Veracruz.

 

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