La popular pulsera para monitorear la actividad física recibe una actualización y ahora incluye una pantalla y un medidor de ritmo cardiaco. ¿Vale la pena? Aquí te contamos.   Hace casi un año hablábamos en este espacio sobre uno de los productos que revolucionaron el mundo de la tecnología portátil: la Fitbit Flex, una pulsera que cumplía con el sencillo cometido de contar los pasos de quien la portaba. De tan bien hecha y eficiente, la pulsera se convirtió en la favorita de millones en el mundo, especialmente en Estados Unidos, y casi se convirtió en sinónimo de wearable. Hoy, 11 meses después, ha corrido mucha agua debajo del puente y la industria vestible se disparó (En el CES de enero de este año, Harrison Weber de Venture Beat se probó 56 de ellos en un día) y hay opciones para todo tipo de público y todo bolsillo. No obstante, Fitbit ha demostrado tener lo necesario para sortear las olas que hacen cada vez más competidores. Al menos eso sugiere el desempeño de sus acciones en la bolsa luego de su Oferta Pública Inicial, las cuales han pasado de los 28 dólares de salida a poco más de 49 en la actualidad. La apuesta de Fitbit es por relojes inteligentes con funciones limitadas pero suficientes. Se trata de una evolución de su pulsera que se ha traducido en tres modelos: Charge, Charge HR y Surge. Hoy hablaremos del Charge HR, el modelo intermedio de la triada de fitbits, y uno de los smartwatches más interesantes actualmente en el mercado. Éstas son nuestras impresiones.   PROS Funciones. La Charge HR es un monitor de actividad física que incorpora un lector óptico del ritmo cardíaco, un acelerómetro y un altímetro, con ello, mide el número de pasos dados en un día, el número de escalones subidos, el ritmo cardiaco del usuario durante el día, y hace un cálculo de las calorías quemadas durante el día y la calidad del sueño durante la noche. Toda la información la muestra a través de la app o en su pequeña pantalla OLED monocromática. Punto. No hay más. Diseño. A diferencia de la Flex, la Charge HR ya no es una pastilla que puede adaptarse dentro de una pulsera, se trata de una pulsera de una sola pieza que no resulta estorbosa y puede usarse 24/7, algo muy importante cuando se habla de un dispositivo capaz de monitorear el sueño del usuario. La textura que tiene la parte exterior de la pulsera le da también una personalidad de la que carecían sus antecesores. Notificaciones. Podría parecer trivial, pero que la pulsera vibre cuando entra una llamada y traes el teléfono en la bolsa resulta útil. Taps. Es sencillo pero efectivo. Al igual que con la Flex, si quieres revisar tu progreso o simplemente ver la hora, da tres taps o pequeños golpes en la carátula de la Charge HR y la información aparecerá en el display. Puedes configurar qué quieres que aparezca en pantalla: pasos, distancia, la hora, escalones o calorías. Simple y divertido. Resistencia. Ya sea que se trate de polvo, sudor o agua, ésta es una pulsera resistente. Puedes bañarte con ella e incluso nadar. Tallas. Si quieres una HR tienes que elegir entre chica o grande. Dado que es una sola pieza, se agradece que tomen en cuenta la diferencia de tamaño entre las muñecas masculinas y femeninas. Batería. Considerando que cuenta con una pantalla, los cinco días de duración de la batería son aceptables, aunque podrían ser mejores. App. Si no está roto, no lo arregles, ése es el principio detrás de la aplicación de Fitbit. La interfaz de usuario tan fácil de usar y tan directa que sólo le añadieron las nuevas funciones que permiten las nuevas pulseras: estadísticas para la medición del ritmo cardiaco y la posibilidad de elegir un diseño de carátula.   CONTRAS Cargador. Suficiente tenemos con llevar a todas partes el cargador de la compu y del teléfono como para preocuparnos por el de nuestros wearables. La Charge HR tiene su propio cable, con su propia entrada, única e irrepetible. No es divertido. Compatibilidad. Como muchos otros, yo no encuentro tanta diversión en correr, así que ando en bicicleta. La app que uso para llevar un registro de mis trayectos es Strava, y desde mayo pasado  puedo sincronizarla con mi app de Fitbit. Pero no ocurre lo mismo con muchas otras apps, lo cual limita a los usuarios. Nos gustaría ver una mayor compatibilidad en ese terreno.   BALANCE Partiendo del hecho de que la exactitud en la medición de la actividad física y la calidad del sueño son un mito –de ahí que en inglés exista el término guesstimate (unión de guess/adivinar y estimate/calcular) para los wearables– y de que éste es un wearable dirigido a aquellos que quieren tener un registro de su actividad diaria; se trata de un wearable especializado. Sí, es un smartwatch, uno muy básico, pero las funciones añadidas pueden ayudar a que los usuarios se apeguen a su uso y la pulsera no termine arrumbada en un cajón a los tres meses. 2,899 pesos puede sonar un tanto elevado a la luz de la agresiva competencia que muestra el segmento, pero hay que recordar que estamos ante los líderes de la categoría. Si tienes una Flex y quieres dar el salto o buscas tu primer wearable y quieres llevar una vida más activa, creemos que la Charge HR vale la pena. Si lo que estás buscando es un reloj inteligente con pantalla a color o más funciones, quizá deberías buscar otras opciones.   Imágenes
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La Charge HR tiene su propio cargador.

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A la izquierda, el puerto de carga; a la derecha, el lector óptico de ritmo cardiaco.

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La textura de la banda y el el mecanismo de cierre hacen de esta Charge más un reloj que una pulsera.

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El display cumple una sola función y enciende sólo cuando se lo pides.

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Aunque es un poco más grande que la Flex, la Charge HR no resulta incómoda a la hora de dormir.

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El diseño no resulta significativamente más voluminoso que el de la Flex.

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