Los fines militares de los drones están siendo desplazados por su uso comercial en beneficio de la población.     Sus capacidades para el uso militar y civil parecen sacadas de una película de Hollywood, pero el hecho es que los drones han llegado para quedarse, y los casos de uso están en crecimiento. Son la más reciente innovación que se une a los vehículos aéreos convencionales y a los satélites en la recopilación de datos de percepción remota. También conocidos como VANT (vehículos aéreos no tripulados), estos objetos son equipados con cámaras tanto de video como fotográficas en combinación con una serie de sensores avanzados y aparatos de grabación especial, y aunado a sistemas de automatización y el uso de la inteligencia artificial conforman una solución avanzada de tomas aéreas, lo que hace posible ofrecer una amplia gama de aplicaciones. Los drones pueden ser controlados remotamente por un operador desde una estación de tierra o ser programados mediante una computadora para seguir una trayectoria predefinida a cierta altitud, dependiendo de sus características. Tienen un gran potencial en áreas muy diversas, ya que pueden desplazarse rápidamente sobre un terreno irregular o accidentado y superar cualquier tipo de obstáculo brindando imágenes a vista de pájaro y otro tipo de información recogida por diferentes sensores. Mirando hacia el pasado, los primeros aviones no tripulados se emplearon durante la Segunda Guerra Mundial con aviones teledirigidos, y fue hasta finales del siglo XX cuando los drones comenzaron a ser operados mediante radiocontrol. Desde ese entonces han sido utilizados en algunos países militarmente para vuelos de inteligencia o de seguridad, pero gracias a que en los últimos cinco años el costo de esta tecnología ha bajado hasta 10 veces, su aplicación comercial está emergiendo. La mayoría de los expertos coincide en que el uso civil de drones superará al militar en menos de una década. Estamos empezando a comprender la extensibilidad de los drones donde su objetivo con fines militares está siendo desplazado por el comercial en beneficio de la población. Los VANT pueden desplegarse para realizar tareas de búsqueda ante cualquier tipo de desastre natural, como terremotos o ataques terroristas, apoyando para localizar a personas que puedan necesitar ayuda. La agricultura puede beneficiarse para el control y monitorización del estado de los cultivos mediante imágenes multiespectrales o verificar la eficiencia de regadíos. En la ganadería, los drones son de gran utilidad para el pastoreo de ovejas. También representan un beneficio en la inspección de construcciones desde el aire y en la estimación de impacto visual de grandes obras. De igual manera se pueden emplear para el control y análisis de multitudes en manifestaciones o conciertos, así como en la exploración de lugares de difícil acceso, además de la grabación y monitorización de la situación del tráfico. En la actualidad, los VANT ocupan una posición estratégica en tareas de investigación de índole diversa y para el desarrollo de aplicaciones en tareas geoespaciales. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a nivel mundial hay aproximadamente 450 organismos registrados –entre empresas privadas, sectores gubernamentales y académicos– que están utilizando los drones para dichos propósitos. Adicionalmente, hoy en día existen compañías que ofrecen servicios profesionales de acuerdo con las necesidades de los usuarios. México ya toma cartas en este asunto, y de acuerdo con este instituto algunas de las secretarías y organismos gubernamentales en nuestro país que cuentan con VANT para llevar a cabo parte de sus labores son: Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Secretaría de Marina (Semar), Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Servicio Geológico Mexicano (SGM) y Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Sagarpa. El uso de los drones en tareas geoespaciales se da principalmente en levantamientos aerofotogramétricos para la generación de ortofotos y modelos digitales de elevación (MDE), éstos como insumos básicos para la producción cartográfica, levantamientos catastrales, monitoreo de la producción agrícola, cálculo de movimiento de tierras, monitoreo de variación de temperaturas, inventario de suelos, uso del suelo, inventarios forestales, monitoreo de desastres e inundaciones, detección de fuegos, sismos, monitoreo de polución, monitoreo de costas y captura de videos. Como podemos darnos cuenta, desde el punto de vista civil los VANT traerán beneficios significativos para diversas industrias, gobierno y población en general; sin embargo, al igual que muchas innovaciones disruptivas, tales como Internet y los teléfonos móviles, se necesitará tiempo para su total implementación, ya que existe la preocupación generalizada de los gobiernos de que el uso desordenado de estos equipos implica riesgos asociados al mal uso de esta tecnología, para lo cual se pretende estructurar una estricta regulación en su uso.   ¿Vulnerabilidad en los drones? Como con cualquier dispositivo tecnológicamente sofisticado, los drones también pueden ser objeto de abuso. De ahí la importancia de garantizar la seguridad de los mismos. Blue Coat System propone algunas medidas clave a considerar: • Reglamentos más amplios para los aviones no tripulados deben ser promulgados, o de lo contrario tendremos el mismo caos que existe virtualmente en Internet cuando sea una realidad potencialmente peligrosa con una amplia gama de cuestiones de seguridad y protección personal. La Administración de Aviación Federal (FAA) en los Estados Unidos ha estado examinando esto durante más de cinco años, y todavía no tienen una solución clara, e inclusive la aceptación de los drones comerciales. Sin embargo, una ley de reforma (FAA Modernization and Reform Act Of 2012) fue puesta en marcha para que la FAA tome una decisión sobre los drones comerciales en 2015. • Controles de seguridad que impiden cuestiones obvias como chocar con otros aviones, estrellarse contra una multitud de personas, golpear las líneas de energía, y tomar en cuenta el factor del clima. • Controles de seguridad que impiden el uso no autorizado, la demanda de comunicación cifrada, operar con software especialmente diseñado para mitigar los ataques, el apoyo en tiempo real y monitoreo del sistema forense, y contar con procedimientos de respuesta a incidentes. • Si los drones están recolectando o almacenando datos confidenciales, se deberán aplicar consideraciones como la confidencialidad, integridad y disponibilidad, tal como lo hacen dentro de un centro de datos corporativo.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @BlueCoat     (*Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.)  

 

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