Las dudas sobre el futuro del negocio asaltan a los más altos niveles de Samsung, ahora que enfrenta desafíos similares a los que vivieron hace algunos años otras empresas tecnológicas.   Hace cinco años, la alta dirección de Samsung Electronics Co. declaró que en una década cuadriplicaría las ventas anuales a 400,000 millones de dólares, casi una cuarta parte del PIB de Corea del Sur (de 1,400 billones de dólares al año), y convertiría a la empresa en la marca número uno de tecnología. Hoy, a medio camino, Samsung duda de su propia meta. En febrero de este año, la firma con sede en Seúl hizo una pregunta peculiar a sus más de 400,000 empleados: ¿Cree que los objetivos de la empresa deberían cambiar? Las dudas sobre el futuro del negocio asaltan a los más altos niveles del gigante surcoreano, revelaron fuentes internas al diario estadounidense The Wall Street Journal. El presidente del conglomerado Grupo Samsung, de donde forma parte Samsung Electronics Co., Lee Kun-hee, de 73 años de edad, construyó la emblemática empresa sobre una estrategia de expansión en el mercado mundial, plasmada en su plan “Visión 2020”, que estaba destinada al rápido crecimiento global. Sin embargo, un ataque al corazón, en mayo del 2014, frenó el acelerado ritmo de Lee y el de su empresa. Su ausencia ha coincidido con un desastroso año para Samsung Electronics, arrastrado por las bajas ventas de su más reciente teléfono inteligente Galaxy S, que han estado muy por debajo de las expectativas, luego de algunos años de haber sido el rey de la taquilla.   Un rival en crecimiento En 2014, Samsung fue la única empresa que le plantó cara a Apple, y logró vender más smartphones. Sin embargo, dos malos trimestres han bastado para encender las alertas desde Corea: 26.95% de caída anual durante el cuarto trimestre de 2014 y 39% durante el primer trimestre de 2015. Este último resultado, muy por debajo de lo esperado por analistas. Mientras, su principal rival parece escaparse. Apple ha registrado trimestres de fantasía, como 33% de ganancia en el primer trimestre de 2015. Aunado a ello, en China e India su competencia lanza teléfonos baratos que arrebatan mercado a Galaxy. Por ejemplo, en Pekín, durante el primer trimestre de 2014, Samsung envió 20.5 millones de teléfonos inteligentes, y para el mismo periodo de 2015 esa cifra fue de 9.6 millones, una caída de 53%. En contraste, Apple mantiene un crecimiento anual de más de 62% en el mercado chino.   Nubes en el horizonte Durante décadas, desde la creación de Samsung Electronics, en 1969, la compañía ha echado mano de su alcance masivo para expandirse en diferentes mercados, donde ha llevado sus televisiones, electrodomésticos, semiconductores, entre otros productos. Al principio, su tecnología era de bajo costo, pues el mercado era dominado por los japoneses, pero fue perfeccionando su tecnología hasta convertirse, hoy, en una empresa premium. Esta economía de escala fue la que siguió en sus teléfonos inteligentes. Ya para 2013, la división móvil subía como la espuma, contribuyendo con 68% del beneficio operativo del Grupo Samsung. “Corea se enfrenta a un escenario similar al que vivió Japón a principios de los noventa, causado, en gran medida, por el rezago que sufre debido a la rapidez de otros competidores, en particular chinos”, alerta el Instituto de Desarrollo de Corea. Para salir de este bache, expertos como Kim Hann-conde, profesor de negocios de la Universidad Hongik de Seúl, asegura que Samsung y las firmas surcoreanas “deberían dedicarse no sólo a desarrollar mejores productos, sino a reconsiderar si deben hacer un cambio fundamental en su modelo de negocio”.   El futuro se acerca La transición parece natural. Ya se habla que si el presidente de Samsung no regresa al cargo, éste será asumido por su hijo, Lee Jae-yong, de 46 años. Eso sí, opinan especialistas, el hombre educado en Harvard tiene ideas diferentes a las de su padre. En particular sobre el rumbo que debe tomar la compañía y su enfoque en unidades rentables, antes que en la política de escala. Y aún hay señales positivas. Samsung asegura que su teléfono Galaxy S6, que salió a la venta en abril, está en camino a convertirse en el modelo más vendido de su historia, superando en ventas al modelo del año anterior. Además, Samsung sigue vendiendo más que Apple: en marzo de este año envió a EU 82 millones de teléfonos inteligentes, frente a los 61 millones de Apple, estima la empresa de información numérica IDC. Sin embargo, durante el primer trimestre (antes de la salida del modelo estrella de 2015, el S6) ya registraba una caída de 7% en envíos. Hoy, Samsung se enfrenta a desafíos similares a los que vivieron hace algunos años otras empresas tecnológicas, como la canadiense RIM, creadora de BlackBerry, o la finlandesa Nokia, antes de ser desmantelada. ¿Qué pasaría si no funciona el modelo S6, como lo tienen esperado?, ¿qué sigue después de la era Galaxy?, ¿podrá mantener su presencia en China, EU e India? Son respuestas que el gigante surcoreano debe responder si no quiere seguir el camino de la recesión que vieron las empresas de su vecino Japón durante los noventa.
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