A un programa como GOT, el público llega a la espera de sangre, especialmente en las premieres y los finales de temporada. Al igual que con The Walking Dead, las muertes conducen la trama, a pesar de que GOT rara vez muestra timidez cuando se trata de matar a sus personajes principales.
Si consideramos el número de muertos en el final de la quinta temporada, el episodio más visto de la serie hasta la fecha: las revueltas de The Night’s Watch contra Jon Snow que terminaron en su muerte; Ellaria envenena a Myrcella con un beso; Arya apuñala en los ojos a Meryn Trant y lo aseina; y Selyse Baratheon se ahorca.
Siete de los 10 episodios de mayor audiencia hasta la fecha muestran muertes notables, y uno más exhibió una batalla masiva en la que cientos de hombres fueron transformados en zombies congelados.
En la quinta temporada, el programa comenzó a desviarse de las novelas de A Song of Ice and Fire de George R. R. Martin, sobre la cual se basa. Al principio, los fans de los libros podían predecir el momento preciso en el que cada personaje se encontraría con su fatal destino, pero ya no. Y la muerte de Ser Barristan y Shireen en la quinta temporada son muestra de que la producción no tiene reparos en desviarse de la trama o alterar las novelas. La pregunta es, ¿a los fans les gusta?
Al igual que muchas adaptaciones, hubo cambios en la trama que irritaron a los fans de los libros, pero la popularidad del show –como lo muestran las cifras del rating– sigue en aumento. Sin embargo, mientras que la audiencia promedio aumentó temporada tras temporada, se mantuvo prácticamente plana entre las temporadas cuatro y cinco:
(Gráfico: Nick DeSantis, Forbes staff.)
