Descubrir algo (y ganar dinero) en un terreno desconocido, parece una aventura imposible. En México muy pocos lo hacen. Pero eso puede terminar. ¿Dónde están los nuevos hombres de negocios que traen ideas que, por muy extravagantes que parezcan, pueden ser rentables?   Por Gabriela Guadarrama y Carolina Ruiz   Es cuestión de tiempo para que la próxima tecnología disruptiva tenga su origen en alguna idea de jóvenes mexicanos y se desarrolle en un callejón tecnológico ubicado dentro del territorio nacional. ¿Querétaro? ¿Guadalajara? ¿Monterrey? ¿La Ciudad de México? “Primero hay que entender qué es un ecosistema, que combina la inversión con empresarios con ideas y ganas de ejecutar”, dice Matías de Tezanos, fundador y CEO de PeopleFund.com, un sitio que fue creado en 2011 con el fin de impulsar en una primera etapa a empresas de tecnología y comunicaciones de América Latina; es una compañía de capital de riesgo que apuesta a proyectos con visión. La experiencia de De Tezanos en materia de startups y los cambios de paradigma que pueden llegar a propiciar, viene desde 1999, ya que él es uno de los fundadores de Hoteles.com, sitio que cambió la manera en la que los hispanoparlantes compramos boletos de avión. Con esta capacidad para detectar nuevas oportunidades, Matías, de origen guatemalteco, afirma que México puede llegar a convertirse en un país tecnológico. “Yo diría que México en especial tiene todo para ello. Lo que falta es que la gente se dé cuenta, pero eso está empezando a pasar. Otra cosa que observo es que les hacen falta ejemplos, fuentes de inspiración”. Al respecto, Salvador Martínez Vidal, presidente y gerente general de IBM México, coincide en que falta poco para que veamos cómo una gran innovación proveniente de alguna startup mexicana, instalada dentro de alguno de los clústers tecnológicos ubicados en el país, irrumpe en el mercado y cambia algún modelo de negocio.   Misión: cambiar vidas Pero antes de que nos dejemos sorprender con ese empresario emergente, que vendrá a transformar el estado de las cosas, habrá alguien más que marcará la ruta de los futuros negocios: el consumidor. Matías de Tezanos lo dice así: “En los próximos años, los clientes y consumidores serán los que indiquen el camino que las empresas dedicadas al desarrollo de productos deban tomar para dar a conocer la siguiente gran idea disruptiva”. Bajo esta lógica, los empresarios de mañana deberán tener una misión: servir para mejorar la vida de los usuarios; algo que ya está en boga en estos días, gracias al poder que los consumidores están tomando en la decisión de compra, y para eso la tecnología será una gran aliada.   Explora lo desconocido Otra veta que deben tomar en cuenta aquellos que pretendan maravillar a los clientes, es no sólo innovar en los ámbitos donde tienen más experiencia, sino también en otros completamente distintos, en los que puedan hacer un mayor aporte o, incluso, retomar áreas tradicionales en las que rompan los paradigmas ya establecidos. Lino Cattaruzzi, director general de Google México, señala que son los jóvenes los que están abriendo nuevos campos de oportunidad en las industrias de antaño. “Y es en México y América Latina donde todavía hay oportunidades para seguir innovando”, afirma Cattaruzzi. De ser así, el próximo avance tecnológico que se considere disruptivo podría simplificar marcos regulatorios, diluir proteccionismos, y hasta terminar con monopolios. “Quitar una regulación es disruptir cómo funcionaba antes y el proteccionismo es una de ellas”, aseguró Matías de Tezano, quien también es reconocido como Young Global Leader del Foro Económico Mundial. Un ejemplo de esto fue la creación y el uso de las tecnologías que dieron lugar a las criptomonedas, como Bitcoin, la más popular de ellas. “El tema de las criptomonedas es interesante porque la gente lo limita a que es una moneda y realmente son plataformas, más que monedas per se, y lo interesante es que cualquier tecnología plantea disruptir algo que ya existía antes y la plataforma de la criptomoneda plantea disruptir las formas de pago, no las monedas”, aclara De Tezanos. Para dimensionar el impacto y popularidad que tienen las monedas virtuales y los pagos electrónicos, De Tezanos compara los cambios en la industria del consumo de la música con las nuevas formas de pago: “Es increíble que pasaron los años 80, 90 y 2010, es decir 30 años, y en ese periodo de tiempo cambiamos de casete a cd, luego a minidisc y a la música digital. Pero en el mismo periodo de tiempo la tarjeta de crédito no cambió”. A nivel global, se están discutiendo y generando, paralelamente, nuevas alternativas a un problema que va desde la unificación de cuentas de los consumidores de mercancía y servicios online, hasta la seguridad o la simplificación de procesos; incluso, la eliminación de intermediarios en los sistemas de pagos. “Más allá de cambiar las monedas o de atentar contra las monedas, la primera tendencia que se asoma es cambiar lo que han hecho Visa y Mastercard como plataformas de pago”, añade el ceo de PeopleFund.com. Estas alternativas, unas más aceptadas que otras, van desde la incorporación de una antena nfc en un smartphone para la habilitación de terminales en establecimientos afiliados, hasta monedas virtuales, pasando por aplicaciones acompañadas de accesorios como Square, compañía creada por Jack Dorsey, fundador de Twitter. Parte de la justificación de Dorsey para constituir Square es la simplificación del sistema de pagos, la reducción de costos en transacciones y el beneficio directo para los clientes. Este discurso es compartido por varios negocios en Estados Unidos, que ya forman parte de la red de Square, y también por un fondo del gobierno de Singapur, que ayudó a que esta nueva forma de pagos cerrara una ronda de financiamiento por 150 millones de dólares (mdd). “Cuando saco mi tarjeta digo que tengo una tecnología viejísima que no cambió”, ironiza De Tezanos.   ¿Dónde está el callejón? Toda novedad que se precie de ser disruptiva tiene enemigos. La clave para sortear barreras, tanto corporativas como de intereses, es la legalidad, afirma Matías. “Me cae mal decirlo pero la solución es estar apegados a lo que el Estado dice. Me cae mal decirlo pero es lo mejor. Pasó con Napster, antes de Spotify, y ellos plantearon que la música se debe compartir entre todo el mundo, pero Napster cayó en el espacio de lo ilegal, y luego Spotify hizo lo mismo pero le dio el twist y se volvió legal”, complementa. Cada país tiene su área de oportunidad y, en México, ésta podría provenir con el desarrollo de software. “Hay una generación nueva de compañías y hay muchas que han tratado de llegar o impactar a mucha gente. Creo que la oportunidad es encontrar problemas grandes y solucionarlos, como la educación. Hay compañías que están desarrollando software para matemáticas que pueden hacerlo desde un celular tenga o no tenga saldo”, señala De Tezanos. La oportunidad de creación de software y el potencial de la industria mexicana para generarlo también es un tema de financiamiento, ya que la inversión para sacar adelante propuestas es mucho menor que el de creación de hardware y la maquinaria para hacerlo. “México, y América Latina, tienen una gran oportunidad en software porque los desafíos y las inversiones que tienes que hacer para crear software son mucho menores que para hacer hardware. Es más realista hacer una app que todos usen, a que alguien haga un aparato que me va a permitir ser más eficiente”, añade. En Guadalajara se tiene una base tecnológica muy grande, donde las compañías tecnológicas más influyentes del mundo tienen presencia no sólo en el aspecto de manufactura, sino también de desarrollo e investigación científica, tecnológica e incluso académica. Gracias a esto, que se complementa con la apuesta del gobierno del estado para hacer de esta plaza una “Ciudad Creativa Digital”, suele creerse que la aspiración de dicho clúster es constituir un nuevo Silicon Valley. Sin embargo, tanto integrantes del gobierno, como miembros de la industria, han descartado aspirar a una instalación así, aunque no descartan la habilitación de una “Catedral para la Innovación” en México. El director de IBM México considera que, en lugar de pensar en un Valle, el nacimiento de la gran idea disruptiva mexicana podría darse en un barrio o en un callejón. “Guadalajara ya tiene una base tecnológica, nosotros estamos y muchas otras empresas de tecnología. Ahí hay un caldo de cultivo. Pero también estamos en Nueva York, con un concepto diferente llamado ‘Silicon Alley’ (el callejón del silicio)”. Es precisamente en Silicon Alley, ubicado en Manhattan, Nueva York, donde IBM instaló lo que Martínez Vidal califica como la tecnología más disruptiva de IBM: su súper computadora llamada Watson, que puede reconocer el lenguaje humano y cuya capacidad de análisis de metadatos es de las más cercanas a la Inteligencia Artificial. “Es un entorno más pequeño. En vez de pensar en un valle, pensar en un barrio”. O en un callejón. Donde sea. Lo importante es que estamos a la espera de esos disruptores. ibm_empresarios1

 

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