Ante la hoy ineficaz defensa contra los delitos cibernéticos, cada vez más avanzados y persistentes, debemos ir más allá de la seguridad tradicional.     Las amenazas de seguridad contra las empresas han crecido de manera exponencial en cuanto a tamaño, alcance y complejidad. El sector financiero, en particular, ha sido uno de los objetivos principales para las infracciones y delitos cibernéticos de datos en los últimos años. La encuesta Unisys Security Index 2014 en México reveló que tres cuartas partes de los mexicanos (75%) están seriamente preocupados por la posibilidad de que algún delincuente use la información personal de sus tarjetas de crédito y/o débito, y el 86% están principalmente preocupados por el robo de identidad. Desde el robo de datos y el fraude de tarjetas bancarias hasta los ataques de su “servicio ha sido denegado”, es evidente que la seguridad de hoy en día está demostrando ser ineficaz contra los ataques tan avanzados y persistentes. Además del aumento de las demandas de seguridad por parte de los clientes, las organizaciones financieras están bajo una gran presión para aumentar los ingresos y gestionar eficazmente los gastos, para así permanecer delante de la competencia y estar al día con el cumplimiento de las regulaciones tan cambiantes. Por otra parte, con clientes exigiendo servicios de depósito a distancia y uso de dispositivos móviles para distintos tipos de operaciones, es inevitable que los bancos ofrezcan estos servicios para seguir siendo competitivos. Esto aumenta la demanda de las empresas financieras para fortalecer los sistemas que están diseñados para hacer transacciones bancarias seguras y más simples. ¿Cómo pueden las organizaciones de servicios financieros hacerle frente a las amenazas actuales y emergentes? ¿Cómo pueden estar más enfocadas en el cliente? ¿Cómo pueden asegurar las transacciones móviles y proteger la información y la identidad del cliente?   Una mirada más allá de la seguridad tradicional Las instituciones financieras tienen que subir la apuesta por la seguridad de las transacciones bancarias, salvaguardando la identidad y la protección de información confidencial, independientemente de los dispositivos utilizados o la ubicación del cliente. Vamos a examinar cómo: Además de la autenticación biométrica incorporada en los dispositivos móviles, los bancos pueden ir un paso adelante y utilizar técnicas de ocultación y cifrado de datos avanzados que hacen que los dispositivos, servidores y usuarios finales no sean detectables en la red. El aislamiento de los datos puede garantizar que los datos críticos de los clientes y la información sólo esté disponible para ciertas comunidades predefinidas que cuenten con la autenticación correspondiente. Las instituciones financieras y los bancos pueden aprovechar las tecnologías de Big Data, que analizan grandes cantidades de información, para predecir, identificar y prevenir el fraude. El fraude de identidad puede ser mitigado mediante el uso de herramientas que pueden supervisar en tiempo real los intentos para acceder al sistema, y agregar capas adicionales de autenticación.   Permanecer un paso adelante Las instituciones financieras en general cuentan con una buena seguridad, pero con los defraudadores y los criminales cibernéticos cada vez más sofisticados en sus ataques, es imperativo que los bancos y los proveedores de servicios financieros sean más inteligentes que sus adversarios. Es comprensible que no siempre es posible predecir la actividad fraudulenta; sin embargo, las empresas financieras pueden fortalecer proactivamente sus sistemas de seguridad contra las violaciones de datos y ataques de malware mediante el uso de tecnologías innovadoras y avanzadas.     Contacto: Correo: [email protected] Facebook: helcio.beninatto Blog de la empresa: Unisys Página de la empresa: Unisys     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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