Desde un punto de vista personal, Gloria Trevi es una de las muestras de que en nuestro país la memoria de largo plazo no existe. En México somos testigos de historias impactantes que olvidamos en cuestión de minutos y el caso de esta cantante lo comprueba.
Hace 10 años, Christian Keller, un suizo que buscaba encontrar una historia lo suficientemente impactante como para adoptarla y hacerla su estandarte para comenzar su carrera cinematográfica, se topó con una nota publicada en
Los Angeles Times, en la que se narraba cómo había sido el día en que Gloria Trevi había abandonado una prisión brasileña. Al indagar comenzó a conocer los detalles del caso Trevi-Andrade y se dio cuenta de que tenía en sus manos una gran oportunidad: humanizar a este personaje, adorado por muchos y satanizado por otros, a través del lenguaje cinematográfico.
El director Christian Keller y el actor Marco Pérez
Algunas voces le recomendaron a Keller contactar con Sabina Berman. Él no conocía su trabajo, pero algunos colegas le advirtieron que no habría alguien mejor para escribir el guión de la película, pues Sabina era la mezcla perfecta entre talento y rigor periodístico, aunque también Christian fue advertido de que probablemente la respuesta de Sabina a la invitación sería negativa, pues resultaba improbable que un personaje de ese calibre quisiera involucrarse en un tema que se había tratado de muchas formas, en la mayoría de las cuales Gloria se había convertido en carne de cañón para las dos televisoras más grandes del país. Sin embargo, Berman aceptó, y a base de investigación y acercamientos, incluso con Trevi y Andrade, logró un guión que cuenta de una forma clara lo que pasó durante los años en que Gloria irrumpió y triunfó en el mercado latinoamericano.
Una de las ventajas de que esta historia sea contada por un director suizo, que ha tenido un contacto prácticamente nulo con el
star system mexicano, es que ofrece una visión mucho más limpia y quizás ingenua de lo que pasaba en el país en los tiempos en que
El Tigre, Paty Chapoy y Raúl Velasco ejercían un control absoluto de cuáles eran los proyectos que podrían tener a ambas televisoras como escaparate para intentar ganarse un lugar entre el público.
Más que una crítica a la situación que llevó a Gloria Trevi y a Sergio Andrade a estar encarcelados en Brasil, vale la pena mencionar que
Gloria se perfila para convertirse en una de las biopics más exitosas en la historia del cine mexicano. Se separa de todo tipo de emoción, prejuicio o resentimiento para contar la historia de un amor tan grande y tan equivocado que termina rompiendo el espíritu de su protagonista, así como de las menores que estuvieron involucradas en este caso.
Sin duda, vale la pena mencionar que Sofía Espinosa, encargada de dar vida a Gloria en esta historia, es extraordinaria y tiene la capacidad de hacer que, al verla, nuestro cerebro ya no entienda la diferencia entre Sofía y Gloria Trevi, pues estudió al personaje de una forma tan minuciosa que logra apropiarse de los gestos más imperceptibles de la cantante regiomontana dándole una nueva vida. Sofía entendió que si era capaz de hacer un papel de Gloria creíble, que no cayera en clichés y que al final no se convirtiera en una caricatura, podría hacerse inolvidable y, al parecer, éste será su destino, pues han sido pocas las personas que, después de verla en acción, no hayan experimentado toda una gama de sentimientos que van desde admiración y enojo hasta una infinita ternura.
Quizás a muchos, como a mí, el ver la historia de Gloria Trevi en un trailer en el cine o en un póster promocional hizo que la primera reacción fuera la de rechazo y descrédito a este proyecto, pero si el morbo o las recomendaciones de “boca en boca” hacen lo suyo y logran llevarlos a las salas de cine, les puedo asegurar que a pesar de lo trágico de esta historia, saldrán con un buen sabor de boca, pues Christian Keller, en mancuerna con Sabina Berman, encontraron la fórmula perfecta para por fin contar esta historia.
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