A pesar de que la tecnología habilita a los negocios para llegar más lejos, cada vez está más accesible para todos, así que la ventaja competitiva estará, una vez más, dentro de tu organización.   Por Rich Karlgaard   Una vez le pregunté al gran entrenador de futbol Bill Walsh porqué reclutó en el draft a Jerry Rice, un receptor abierto poco conocido fuera de la diminuta Mississippi Valley State University. Rice se convirtió en el mejor receptor abierto en la historia en la NFL. La liga también lo clasificó como el mejor jugador en cualquier posición. Pero en 1985, Walsh fue el único de los scouts y entrenadores en percibir el potencial de Rice como un futuro miembro del Salón de la Fama. “Rice era considerado demasiado lento para la grandeza de la NFL”, explicó Walsh. “Su tiempo en la carrera de 40 yardas era de sólo 4.6 segundos. La mayoría de los grandes receptores de la NFL lo hacen en 4.4 o más rápido, pero cuando estudias las películas de los juegos de Rice en la universidad ves dos cosas distintas en él: “Uno: Era el más ágil. Podía correr hacia los lados más rápido de lo que nadie que yo hubiera visto. Su maniobrabilidad dejaba a la defensiva preguntándose qué pasó. “Dos: Rice siempre terminaba su ruta de pase en donde tenía que estar, como si tuviera un GPS en la cabeza. Los mariscales de campo Joe Montana y Steve Young podían contar con él.” Las habilidades de Rice nos dan una pista para el éxito en la economía actual. Escala, alcance y velocidad son fundamentales, pero también se necesita la maniobrabilidad, a pesar de que sepas exactamente adónde quieres ir.   Los equipos pequeños son la clave La escala en masa, y con ésta el alcance global, son una gran ventaja que está cada vez más al alcance de cualquiera. Uno de los subproductos de la revolución digital es que se crea un exceso de capacidad, y no sólo en todo lo digital. Por ejemplo, ¿qué ha causado el totalmente inesperado auge petrolero? ¿No se suponía que el mundo debería estar entrando en un “pico de hidrocarburos” seguido de la escasez de combustibles fósiles? La respuesta está en la tecnología. La perforación horizontal extremadamente precisa a grandes profundidades ha hecho posible aprovechar nuevas fuentes de petróleo atrapadas en esquisto. Este nivel de precisión es posible gracias a la electrónica avanzada, que fue posible gracias a la Ley de Moore. Como el multimillonario petrolero T. Boone Pickens me dijo: “Puedes perforar 3 kilómetros abajo, dar la vuelta a la derecha, perforar otros 2 kilómetros y forzar la cerradura de la puerta principal de alguien. Así de preciso es.” La revolución digital tiene una tendencia a crear un exceso de capacidad en todo lo que toca: energía, manufactura, envíos, etcétera. En cuanto a alcance global, es posible que desees tener un presupuesto publicitario de miles de millones para llegar al mercado global, pero ningún presupuesto podría cubrirlo todo debido a los billones de conexiones que existen entre los millones de clientes conectados digitalmente. Las ágiles pequeñas empresas pueden encontrar más nichos y clientes que nunca. Lo mismo puede decirse del poder de la tecnología: la nube está poniendo rápidamente la tecnología de primera clase al alcance de todos. La puedes rentar por minuto de Amazon, Google y otros. La escala gigantesca, el alcance global y la tecnología de gran alcance se han vuelto masivas. Como un jugador de poker diría, se están convirtiendo en meras apuestas en la mesa de la competencia económica. La maniobrabilidad será el referente de mayor valor. Tal maniobrabilidad derivará de la combinación del alcance global, una gran tecnología y equipos de personas altamente ajustados y optimizados. Ésta es la ironía de nuestros días: en una época de tecnología cada vez más dinámica, la diferencia entre una compañía exitosa y una disfuncional se reduce a las personas que integran esas empresas. Aún más, se trata de cómo las personas interactúan mientras forman y reforman equipos para mantenerse maniobrables. Pat Gelsinger, CEO de VMware, dice que una “organización líquida” es la única organización que va a funcionar. Tiene razón. Hay dos cargos ejecutivos dentro de las empresas que sin duda van a cambiar: el director de información (CIO o chief information officer) y el director de marketing (CMO o chief marketing officer). El CIO debe encontrar la manera de mantener a la compañía —y al gran número de pequeños y ágiles equipos— informados y flexibles. En su nuevo libro Implementing World Class IT Strategy, el consultor de CIOs Peter High escribe sobre el eslabón más débil en la mayoría de las empresas. Es una falta de coherencia entre las estrategias corporativas y divisionales y, peor, entre divisiones. La maniobrabilidad es un caos sin esa coherencia. El CIO tendrá que arreglar eso. Los CMO pasarán menos tiempo comunicándose con el mundo exterior y más tiempo dando forma a la historia en el interior, para los empleados y contratistas. ¿Qué más puede mantener la cohesión en una organización líquida si no es el propósito, los valores y la historia?

 

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