Las tecnologías de la información podrían transformar Latinoamérica si los gobiernos y las compañías se las toman en serio, consideran empresarios.   Por Manuel Grajales y Óscar González   Las tecnologías de la información (TI) deben ser vistas como el gran habilitador de diversificación y productividad de la región”, comentó Blanca Treviño, presidenta y directora general de Softek durante su participación en el Foro Forbes México y Latinoamérica 2014. Todo indica que la directora de Softek no se equivoca. Hace 20 años Corea del Sur tenía un nivel de ingreso por persona similar al de algunos países latinoamericanos como México. En 1996 la nación asiática sentó los pilares para su desarrollo digital, siendo tan exitoso que hoy se le considera como el líder en la convergencia de este tipo de tecnologías, tanto así que para 2015 los libros de texto impresos en ese país habrán desaparecido para dar paso al uso de ediciones digitales en las escuelas, y si un alumno se enferma podrá escuchar la clase en vivo desde su casa. Aunque en el hemisferio latinoamericano, muchos gobiernos y empresarios aún consideran la inversión en este rubro como un gasto innecesario, derivado muchas veces de su falta de experiencia para emplearla. Luiz Ferezin, presidente y director general de Accenture México, lo explica claramente: “Realizamos un estudio y la correlación más relevante que vimos con el incremento del PIB per cápita de un país o del crecimiento de la productividad fue la asociación con el Índice Global de Tecnologías de la Información. Los países que están mejor preparados digitalmente tienen la productividad más alta y mejoran su nivel de ingresos en comparación con aquellos que no lo están.” No se trata sólo de invertir en este rubro, sino de utilizar mejor la tecnología y para ello se requiere una alianza entre la academia para desarrollar talento, empresas privadas que la sepan aprovechar para aumentar su productividad y gobiernos que la implementen con el objetivo de facilitar procesos y hacer la vida de sus ciudadanos más sencilla.   La misma retórica Ciertamente el presente no es muy esperanzador. La inversión en TI parece no tener buenas expectativa de crecimiento en el corto plazo: “Estamos esperando que tanto la parte de consumers y empresas van a gastar alrededor de 130,000 mdd en hardware, software y servicios en Latinoamérica. Desafortunadamente, por la situación económica en muchos de nuestros países estamos viendo una desaceleración, por lo cual hemos baja nuestros pronósticos de crecimiento”, explica Jay Gumbiner, vicepresidente de Investigación de IDC Latinoamérica. Dicha firma de investigación de mercados y consultoría en TI a principios de este año pronosticó un crecimiento de 8.4% para esta industria, en comparación con el año anterior, pero no les sorprendería que 2014 cerrara con menos de 5%, “que para países emergentes como los de la región no es positivo.” La noticia cae como balde de agua fría, porque no pocos analistas aseguran que el nivel de infraestructura instalada para habilitar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC’s), así como el contacto de los individuos con estas herramientas y el impacto de éstas en la economía es lo que diferencia a los mercados más avanzados de los emergentes. El estudio “The Global Information Technology 2014” elaborado por el Foro Económico Mundial resalta que mejorar la conectividad digital de Latinoamérica sigue siendo un obstáculo grande para la región. “La persistencia de debilidades en el sistema empresarial y de innovación obstaculiza la capacidad del área para aprovechar inversiones en las TIC, fomentando una nueva brecha digital entre los países que logran impactos económicos y sociales importantes y positivos y los que no lo logran.” No todas son malas noticias. Naciones como Chile y Panamá han avanzado de manera importante en el Índice de Disposición a la Conectividad, que reporta dicho estudio, (el cual mide la capacidad de los países para potenciar las TIC, a fin de lograr crecimiento y bienestar), ubicándose en los lugares 35 y 43 respectivamente de 128 naciones analizadas.   Esfuerzos comunes No es que en Latinoamérica no se haga nada para impulsar la integración con mayor rapidez a la llamada Economía del Conocimiento. Brasil, por ejemplo, tiene una larga historia en el desarrollo de capacidades enfocadas al uso e implementación de este tipo de herramientas; manteniendo además una promoción de lasexportaciones de software y servicios. Por su parte, en Chile ha existido una participación activa del gobierno con el sector empresarial e instituciones académicas para promover las nuevas tecnologías, a través de iniciativas como InnovaChile. Incluso áreas como Centroamérica están llevando a cabo esfuerzos serios para tratar de acelerar su inclusión en esta corriente. En 2011, la Agencia de Cooperación Técnica Internacional Alemana (GIZ, por sus siglas en inglés) puso en macha un proyecto regional denominado: Economía del Conocimiento en Centroamérica, el cual pretende estimular la discusión sobre las condiciones y acciones necesarias para permitir la transición exitosa hacia economías nacionales y regionales basadas en el conocimiento y las TICs. Fernando Quezada, quien coordinó la publicación de dicho estudio, comenta que toda la región centroamericana “está cada vez más consciente del importante papel que las nuevas tecnologías están jugando en la gestión de la producción, el diseño de productos, la comunicación para el mercado global y otros aspectos de los negocios y la industria.” Si la comparación con Corea resulta molesta, tanto así que algunos querrán insistir que el crecimiento de ese país se debe a muchos otros factores, lo cierto es que Malasia y Turquía ya le siguen los pasos con resultados muy similares. Las compañías “no pueden esperar que el gobierno establezca una ley y que haga coerción para el uso de tecnología. Eso no va a pasar. Éstas tienen que ver la forma de aumentar la productividad e invertir en tecnología de forma más eficiente”, asegura Ferezin, de Accenture. No es raro que hoy uno de los sectores que crece de manera importante sean los Centros de Datos, los cuales se han convertido en la base de un nuevo modelo de negocios en industrias de gran proyección como la banca, gobierno o manufactura. George Rocket, socio fundador de Datacenter Dynamic, resalta: “el crecimiento per sé de los Data Center no es necesariamente importante, pero sí es fundamental que un país tenga suficiente capacidad en este tipo de infraestructura para satisfacer sus necesidades de TI actuales y futuras.” Otro factor que podría contribuir a una mayor adopción de las TI en las empresas es la reducción del precio de servicios con la telefonía celular. Actualmente muchas empresa se resisten a pagarle planes de datos a sus empleados para que pueda utilizar smartphones y tablets en el desempeño de sus trabajo, lo cual resulta contradictorio en una época donde hay una clara tendencia hacia la movilidad. La movilidad, dice Jay Gumbiner, de IDC Latinoamérica, incrementa la productividad de los empleados. Sin embargo, menciona que todavía hay un aspecto cultural que debe superarse en muchas compañías en Latinoamérica, a las que no les gusta tener empleados trabajando remotamente, aun cuando eso podría hacer que los colaboradores trabajen de manera más eficiente e incluso esto tenga un impacto positivo en los costos de las firmas. Quizá este tema cultural ha pesado mucho en la adopción de estas herramientas, pero es claro que América Latina difícilmente podrá levantar la mano como un jugador importante si no supera esta barrera, que otras regiones del mundo ya superaron con resultados por demás exitosos que han generado un nuevo entorno. tics_data_centroamerica1

 

Siguientes artículos

Social costumer service
Por

El servicio al cliente es uno de los factores más relevantes para las empresas.com, pues ayuda a generar confianza y lea...