Por Samantha Lugo. Cuando los congresistas estadounidenses Ileana Ros-Lehtinen y Albio Sires promovieron el proyecto de ley conocido como Nica Act, muchos creían que no avanzaría, al menos hasta después de las elecciones de noviembre. Pero no contaban con la rapidez con que la Cámara Baja del Congreso de los Estados Unidos daría paso al proyecto de ley. Para los congresistas el gobierno de Daniel Ortega es represivo con la oposición y los derechos humanos, por ello pretenden que con esta iniciativa se prohíban los préstamos financieros a Nicaragua. Sin embargo, para que se apruebe la propuesta, aún es necesario que el Senado y el Presidente de los Estados Unidos, le den el visto bueno. Desde el año 2007, cuando Daniel Ortega llegó a la Presidencia, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo desembolsan cada año 250 millones de dólares (mdd) para apoyar a este país. Con Nica Act no llegarían esos recursos. Para algunos, esta medida es lo peor que le ha pasado a Nicaragua desde que acabó el conflicto armado en 1990. Puedes leer: Nicaragua, la nueva joya de los negocios en Centroamérica “Los Estados Unidos piensan que en Nicaragua la gobernabilidad ha retrocedido, pero dice que quienes más sufrirían con esa medida sería la población, lo que aumentaría la presión en contra de Ortega”, señala Francisco Aguirre Sacasa, excanciller de Nicaragua y actual analista de política internacional. Para el gobierno, la intención de los congresistas estadounidenses es “injerencista”. Durante la 71 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, el vicepresidente Omar Hallesleven dice que rechazaban la medida y la consideraban violatoria al derecho internacional y a la Carta de Naciones Unidas. Este es un paso infortunado que no deja de ser inquietante para un país con una economía pequeña como la de Nicaragua, que además ha desarrollado en los últimos años medidas políticas internacionales en consonancia con los intereses estratégicos de Estados Unidos, como la lucha contra el terrorismo, las drogas, el crimen granizado, el tráfico de personas y de armas, indica el diputado sandinista Jaime Morales Carazo. Pero el Nica Act no es el único problema, los empresarios temen que se afecte el riesgo país y se dañe la imagen como un lugar propicio para invertir. Estados Unidos es el principal socio comercial de Nicaragua. Según datos del Banco Central,en 2015 Nicaragua exportó 2,421 mdd a la nación norteamericana. Las elecciones en Nicaragua se realizarán el próximo 6 de noviembre en un contexto en el que la representación legal del principal partido político de oposición fue retirada y quedaron sin oportunidad de competir en los comicios. Adicionalmente, 28 diputados de la oposición fueron destituidos de sus curules acusados de transfuguismo político. Y la primera dama Rosario Murillo es la candidata a la vicepresidencia, junto a su esposo, el actual mandatario Daniel Ortega, quien se lanza por séptima vez como candidato a la presidencia. La esperanza para quienes no quieren que se apruebe la ley que dos días después de las elecciones en Nicaragua se elegirá presidente en Estados Unidos, con lo que se espera que luego de la contienda el Nica Act pierda prioridad entre los congresistas estadounidenses.

 

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