La disponibilidad de los empleados desde casa  los vuelve propensos a trabajar horas extras, produzcan a la semana entre cinco y siete horas más allá del horario habitual, comparado con aquellos que acuden físicamente a la compañía.   EFE   El reciente estudio titulado ‘Does Working from Home Work? Evidence from a Chinese Experiment’, de la Universidad de Stanford, revela que los empleados desde casa también denominados teletrabajadores son 13% más productivos que sus compañeros que trabajan en la empresa. La investigación, efectuada con empleados de una multinacional china, indica que quienes desarrollan su función laboral desde sus casas tienen un 50% menos de desgaste laboral y una mayor satisfacción profesional, “probablemente debido a que se libran de parte del estrés, porque pueden permitirse momentos de distensión y distracción, y así continuar trabajando con mayor eficacia”. De acuerdo a otro  informe  denominado “The Hard Truth About Telecommuting”, elaborado por las universidades de Iowa y de Texas, el teletrabajo tiende a aumentar la disponibilidad de los empleados y los vuelve propensos a trabajar horas extras, lo que hace que produzcan a la semana entre cinco y siete horas más allá del horario habitual, comparado con aquellos que acuden físicamente a la compañía. Pero, según este estudio realizado entre 12,686 mujeres y hombres estadounidenses adultos, además de promover la expansión de la duración de la jornada laboral, no ha quedado demostrado que el teletrabajo sea útil para reducir los conflictos entre el trabajo y la familia, en aquellos lugares donde se ha convertido en algo habitual.   Pros y contras   Según el coordinador de ISEP Clínic en Gijón (norte de España), Arcadio Río, especialista en psicología clínica y organizacional  entre las ventajas de trabajar desde casa con la computadora, el móvil y otros medios electrónicos, “se encontraría la plena adecuación del trabajo a la vida personal y familiar del teletrabajador, en el sentido que es el “dueño” de sus ritmos y horarios, con lo que conseguiría una adecuada conciliación familiar y laboral”. Además el trabajo desde casa “permite disfrutar más del tiempo, siempre que se trabaje disciplinadamente y se evite resolver el trabajo a última hora, y también posibilita evitar el contacto con personas no deseadas, ya que en los trabajos, habitualmente, no se pueden elegir los compañeros y esto es fuente de conflictos y de buena parte del estrés laboral”, añade Río. Respecto de los principales inconvenientes y riesgos de teletrabajar el psicólogo admite que “se introduce directamente a la empresa para la cual se trabaja en el seno del espacio del trabajador: en su casa, en su familia y en su tiempo…”. “Así, las horas laborales se pueden alargar en la realidad del teletrabajador, que siempre estará disponible y pendiente del móvil o la ‘tablet’ y, en algunos casos, casi sería proclive a la adicción, al tener que estar “al acecho” para no olvidarse ninguna tarea que puede entrar en cualquier momento”, explica el experto de ISEP, para quien el empleado “debe tener siempre presente la capacidad de ‘desconectar’ porque, de lo contrario, se trabaja de continuo”. “Por otro lado –según este psicólogo- en empleado desde casa  también puede surgir la dificultad de afrontar el trabajo sin equipo real y cercano, lo cual trae consigo el agobio, el estrés por sentirse solo, o el ir ajustando tareas y dejarlas para más adelante, al caer en la idea de que se tiene tiempo”. Asimismo, “para algunas personas, el adecuado manejo de las nuevas tecnologías que se precisa para teletrabajar puede implicar una fuente de estrés añadido,  al menos al principio, hasta que aprenden a utilizarlas”, según este experto. Para que este tipo de ocupación sea más productiva, eficaz y disfrutable, según el especialista, conviene “situarse en un lugar de la casa concreto evitando el dormitorio o la sala de estar, es decir los lugares muy privados o muy públicos, donde corretean los niños o se mira la televisión, actividades habitualmente no compatibles con el trabajo”. Un teletrabajador necesita “concentración y no fuentes de distracción que le traigan más complicaciones”, señala el psicólogo de ISEP, para quien también es aconsejable acudir  de vez en cuando a la empresa, para que nos vean y asocien nuestras caras con el trabajo realizado, “ya que de lo contrario es más fácil el despido, al convertirse en una relación empresa-empleado, de caracter frío y distante”. Según Río, “en términos generales las profesiones denominadas liberales son muy apropiadas para este tipo de trabajo, incluyendo también las tareas administrativas”. En cuanto a la personalidad idónea para trabajar a distancia, este psicólogo opina “que todos podrían optar por esta modalidad aparentemente atractiva, aunque serían más apropiadas las personas introvertidas, planificadoras, que soportan bien la frustración, y son fuertes y responsables ante el exceso de trabajo, meticulosas o metódicas y que, entre sus objetivos, no incluyan alcanzar cierto reconocimiento o estatus laboral”.

 

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