El ex jugador californiano pasó de celebridad deportiva de la NFL a millonario, gracias a sus mejores lances fuera del emparrillado: como comentarista de Fox e inversionista de centros comerciales y restaurantes.   Por Ivan Pérez Troy Aikman recuerda que la tarde del 30 de enero de 1993 se sentía “demasiado normal” para lo que viviría al día siguiente: jugar un Super Bowl, y más si era la primera vez. Así pasó las horas hasta que en el mítico estadio del Rose Bowl —minutos antes de salir al campo— escuchó su nombre por el sonido local. “En ese momento comprendí lo que iba a pasar”, y se refería al partido más esperado para cualquier jugador de la NFL. Ese día su equipo, los Vaqueros de Dallas derrotaron 52-17 a los Bills de Buffalo. Troy Aikman es el ex jugador que en sus tiempos de mayor fama recibía 20,000 cartas de aficionados a final de año, que fue bautizado por los diarios y revistas estadounidenses como “El mariscal de campo de Dios”. De quien se rumoró que tuvo algunas citas de amor con Sandra Bullock y Janine Turner. Es el último gran mariscal de campo de los Vaqueros de Dallas y ya está en el Salón de la Fama de la NFL. Hoy es uno de los comentaristas deportivos más afamados de su país. También ahí ha conseguido éxito, es millonario —gana más de un millón de dólares (mdd) al año en la cadena Fox— y fue uno de los empresarios que supo salirse del negocio de autos previo a la crisis financiera que azotó a su país tras la caída de Lehman Brothers. Ahora, es el accionista mayoritario de una empresa que se dedica a construir centros comerciales y reflexiona que sus momentos más complicados en su faceta de dueño o jefe es cuando “tienes que hacer a un lado a personas que no permiten que el negocio avance, crezca”. Tiene una compañía que lleva por nombre Aikman Enterprises y, aunque dice que su principal negocio es “ser comentarista de televisión”, desde 2006 también es dueño de la empresa Direct Development, dedicada a construir centros comerciales principalmente en el estado de Texas. “Es fuerte, se está desarrollando y sobrevive”, comenta Troy cuando se le cuestiona sobre el presente y futuro de su negocio de los malls. En sí mismo es una empresa que sale en televisión (en Fox), vende autógrafos a 200 dólares que envía por correo, da conferencias, es parte de campañas de publicidad, tiene su propia fundación y uno de los accionistas de la cadena de restaurantes Wingstop. Desde los años en que era figura de la NFL pensó en qué ocuparía su dinero; por eso fundó en la década de 1990 Troy Aikman Automall, una agencia de autos donde había autos Chevy, Chrysler, Jeep Eagle y Plymouth. “Vendimos una gran cantidad”, presume. Luego alguien le compró el negocio. Posteriormente decidió relacionarse en 2005 con la compañía Ford para fundar Troy Aikman Ford Dallas, que al final revendió la franquicia a la misma empresa por una cantidad que le dejó ingresos por 10 mdd, según reportó The Dallas Morning News, justo antes de que estallara en EU la crisis financiera. El 3 de febrero de hace cuatro años, la empresa Roark Capital Group, dueña de la cadena de restaurantes Wingstop, anunció que Troy ingresaba al cuerpo de directores —Aikman había sido el vocero desde 2003—. “Desde que se retiró del futbol, se ha distinguido como un hombre de negocios exitoso”, dijo en aquel momento Steve Romaniello, director del grupo.   Un caso fuera de la norma Según datos de Bleacher Report, 78% de los jugadores retirados de la NFL sufren “problemas económicos” en sus primeros dos años como inactivos. Troy es uno de los casos de éxito, pero no es el único que ha emprendido negocios o se ha dedicado a llevar una carrera profesional fuera de las canchas. Philip McConkey, ex jugador de los Gigantes de Nueva York, desempeñó su carrera en compañías financieras, fue jefe de Desarrollo de Negocios para BNP Paribas, así como encargado de Servicios al Cliente en Deutsche Bank en Estados Unidos. Por su parte, el ex Jets, Wayne Chrebet, trabajó para Morgan Stanley y posteriormente con Barclays Capital. Aikman entró en el negocio de las propiedades y la construcción de inmuebles tras una partida de golf con David Watson, uno de los dueños de Direct Development. Esta empresa nació en 1997 y hasta 2006 —cuando Aikman decidió invertir en ella— ya sumaba más de 33 centros comerciales y 2.3 millones de metros cuadrados. Con la llegada de Troy, Direct Development inició cinco proyectos con una inversión aproximada de 275 mdd. Pese a que han pasado 15 años desde que se retiró de los emparrillados, Aikman todavía es un imán para la publicidad y las marcas. Y gracias a lo que hizo en las canchas, pudo montar su primera agencia de autos, luego ir a jugar golf con grandes empresarios y con ello establecerse en Direct Development. Sus relaciones personales también le permitieron seducir a Wingstop. Cuando se realizó esta entrevista en uno de los actos de promoción de la marca Wingstop en México, aficionados y admiradores le esperaron en la calle para tomarle una fotografía y gritarle cuando bajó de la camioneta “Troy, Troy”… Es querido y eso lo capitalizó muy bien la empresa desde hace 12 años. Él aporta con su imagen y estrategias a que cada restaurante de la compañía facture entre 750,000 dólares y 2 mdd al año, según reportó el sitio Inc.com. “Es una responsabilidad ser una figura pública” reflexiona. “Pero me he acostumbrado y me gusta tener impacto en la gente joven, deseo ayudarlos, no tener un rol negativo”. Para este año, su empresa Direct Development tiene en mente construir un centro residencial en Flower Mound, una nueva experiencia para ellos, ya que hasta ahora sus locaciones han estado centradas en los centros comerciales. Esta aventura necesita una inversión de al menos 90 mdd y el plan es vender los departamentos en 350,000 a 400,000 dólares, lo que podría generarle a la compañía 306 mdd en ingresos. ¿Por qué Troy fue capaz de ingresar al mundo de los negocios? La respuesta más acertada –además de su popularidad, que lo llevó a ser considerado el nuevo Mickey Mantle, uno de los beisbolistas más populares de la historia– es por su fortuna. En 1993, fue el mejor pagado de toda la NFL, luego de firmar un contrato de ocho años por 50 mdd, más 11 millones en bonos. Hoy, su salario es de 1 mdd, detalla Net Worth. Así, siempre tuvo capital para invertir. “Lo que yo les digo a los ex jugadores es que lo peor que pueden hacer es que quieran convertir 20 mdd en 100 mdd de un día para otro o en el corto plazo; hay que trabajar el dinero con un plan”.   La reina televisión Troy Aikman tiene tres títulos de Super Bowl, está en el Salón de la Fama de la NFL y del futbol colegial, ha ganado un MVP (jugador más valioso), tres coronas de la Conferencia Nacional y fue nominado a seis Pro Bowl. Pero hay algo que le faltó: un contrato multimillonario como el que ahora tiene Tony Romo, el actual mariscal de campo de los Vaqueros de Dallas. En los tiempos de Troy, él era el mejor pagado de la Liga con 6.2 mdd. Pero los tiempos cambiaron y llegaron a la nfl —como a casi todos los deportes profesionales— salarios impensables en la década de 1990. Romo, quien ahora la hace de “Aikman” en el emparrillado, gana seis veces más que él, tiene un contrato garantizado de 108 mdd por seis años, hasta 2019, y paradójicamente, en su trayectoria acumula más fracasos que éxitos. “Los salarios son altos porque el negocio es grande, los qb (mariscales de campo) no tienen mucho tiempo de vida deportiva, hay quienes tiene cinco años y se tienen que retirar, y también son elevados (los sueldos) porque son altos los ingresos de la televisión”. Así explica Troy el aumento registrado en el valor en los contratos en la nfl. En la última lista de los millonarios del deporte que realizó Sports Illustrated, se indicaba que cinco de los diez atletas mejor pagados en 2014 eran precisamente jugadores de la nfl; tan sólo el comisionado de la liga, Roger Goodell (el jefe de todos) ingresó en salario 105 mdd en cinco años, reportó cnnMoney. “La televisión es el pilar y el negocio más fuerte que tiene la nfl”, reflexiona Aikman. “Es un deporte para la televisión, es una de las actividades que en eu genera más consumo y los sponsors están dispuestos a pagar altas cantidades por estar en las transmisiones”. Hoy la liga estadounidense es la que más factura en el mundo, con 10,000 mdd, y aún hay un plan para que en 2027 los ingresos alcancen los 25,000 mdd. Troy dice que desde hace tiempo lanzar pases de más de 50 yardas dejó de ser su gran cualidad. Ahora, destaca de él mismo “la capacidad de elegir el personal, saber quién nos va a ayudar a hacer crecer el negocio; casi nunca fallo en seleccionar a la gente”. Aikman dejó de ser un rockstar para convertirse en un businessman y los domingos practica su hobbie, el “más importante”: ser comentarista de futbol americano.

 

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