Turismo, el fenómeno que transforma a República Dominicana
Los reconocimientos internacionales otorgados a República Dominicana por el buen desempeño del sector turístico aumentan las expectativas de alcanzar la meta del gobierno de atraer a 10 millones de visitantes extranjeros en los próximos dos años. Mantener esa perspectiva positiva dependerá de que se cumplan las tareas pendientes.
Por Felivia Mejía
El sector turístico dominicano inició 2014 sumando galardones internacionales. El operador de viajes Expedia.com reconoció al país como Destino Top del Año 2013 en el Caribe. Mientras que la agencia mayorista de viajes de lujo más importante de Estados Unidos, Classic Vacations, reconoció al Ministerio de Turismo como Aliado del Año.
Ni bien terminaba la celebración por esos dos premios recibidos, cuando otra corona se colocaba el país a mediados de febrero. El presidente de la República, Danilo Medina, recibía de parte de la Organización Mundial del Turismo (OMT) la Carta Abierta de Reconocimiento al Turismo por sus aportes a la industria.
Para Arturo Villanueva, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores), tanto el gobierno como los empresarios e inversionistas trabajan coordinados. “Las decisiones siempre se toman en consenso. Al final, todo el mundo va en la misma dirección, nadie anda a su libre albedrío”, expone.
Aunque la fortaleza principal es el turismo de sol y playa, asegura que intensifican la promoción del ecoturismo y procuran aprovechar mejor el potencial que tiene el país con su patrimonio cultural.
Ante la percepción de que regularmente se publicitan los mismos lugares ya reconocidos internacionalmente, sostiene que sucede todo lo contrario; ahora los esfuerzos se concentran en zonas antes poco promocionadas, como la región sur.
Cita un proyecto que encabeza Frank Rainieri para desarrollar la playa Los Corbanitos en Baní, Peravia, y el interés del gobierno en desarrollar playa Bahía de las Águilas, en Pedernales.
“Tenemos potencial para alcanzar la meta de 10 millones de visitantes que planteó el gobierno. Están trabajando para lograr eso. Sobre todo queremos mejorar la calidad de la oferta, y la sostenibilidad del turismo es la prioridad”, puntualiza.
Puerto Plata en la mira
El presidente del Clúster Turístico de Puerto Plata, Máximo Iglesias, confía en que a más tardar en dos años esa ciudad retomará una posición preferencial, después de sobreponerse a la sostenida caída de visitantes que reflejó en la última década.
“En cuanto a obras gubernamentales hemos recibido mucho, como la reparación de la carretera Navarrete-Puerto Plata, con una total remodelación a cuatro carriles. La alcaldía se ha ocupado de la limpieza y el asfalto, y el Ministerio de Turismo se encarga de la remodelación del Centro Histórico”, cuenta.
Cita la construcción del Puerto Turístico de Maimón, a cargo de la empresa Carnival Cruises, así como los proyectos Riviera Sur y Jack Tar, en playa Dorada. “Nosotros vamos avanzando bastante bien hacia un futuro promisorio en Puerto Plata”, opina.
Tareas pendientes
Dejando a un lado la algarabía y echando un vistazo con serenidad a la realidad social del país, la sorpresa acompaña a la reflexión. Está claro que no todo es color rosa en el sector turismo y que aunque mucho se ha avanzado, el camino por recorrer para mejorar la oferta aún es extenso.
Lo que está en primer lugar es un paradigma a seguir. Esos premios otorgados al país deben servir para reflexionar en cuáles aspectos República Dominicana quiere ser modelo para los demás, cuando la calidad de los servicios básicos como agua, energía eléctrica y acceso a salud llevan décadas de atraso, incluso en las zonas turísticas.
El visitante encuentra maravillas dentro de los complejos turísticos. Al salir de esa burbuja, la decepción por las condiciones puede opacar toda la belleza percibida a primera impresión.
Sirve de ejemplo la comunidad de Verón-Punta Cana, promocionada como uno de los lugares más hermosos del país. Los comunitarios se enfrentan a problemas de recogida de basura, incluso el cabildo ha reconocido que tiene dificultades para resolver esa situación. Otra tarea pendiente es cumplir con asistencia básica como acueductos, plantas de tratamiento de agua y servicio de energía eléctrica en varias zonas donde el pilar es el turismo.
La provincia La Altagracia —quizá la más turística— tiene precariedades como la falta de un hospital público decente. Similar situación ocurre en La Romana. Contar lo que pasa un turista enfermo para recibir atención fuera de una clínica privada es tema de un extenso reportaje.
El visionario de Punta Cana, Frank Rainieri, ha dicho que la inversión del Estado en esa zona ni siquiera se acerca al monto de los beneficios que allí se generan. Estima que la zona aporta al país alrededor de 3,000 millones de dólares (mdd) en divisas, equivalente a 600 mdd de ingresos al fisco. Una investigación de Eco Caribe reveló que por cada dólar que se invierte en la provincia La Altagracia, 0.23 centavos de dólar se destinan a impuestos.
El peso fiscal
Otro factor que influye en la decisión de un turista para escoger un destino es el precio del traslado. Lo costoso que resulta en República Dominicana obtener un boleto aéreo, frente a otros países del área, ya sea para América o Europa, en las 52 aerolíneas que operan en el país, hacen dudar a cualquiera de tomar la decisión de viajar.
La situación empeoró en abril pasado, cuando American Airlines e Iberia retiraron sus vuelos a Nueva York y Madrid, respectivamente, provocando que los precios casi se duplicaran en algunas temporadas.
República Dominica aplica impuestos que, sumados a otras tasas internacionales, aumentan significativamente el costo del pasaje hasta 50% de su precio neto. Además, los extranjeros pagan una tasa de 10 dólares para adquirir su tarjeta de turista.
Las autoridades están conscientes de la importancia de regular los impuestos. Precisamente fue tema de debate en una reunión que sostuvieron el mes pasado ministros y autoridades de turismo de las Américas y jefes de delegaciones de los Estados miembros de la Organización Mundial del Turismo. En ese encuentro, celebrado en Santo Domingo, firmaron una resolución en la que instan a los gobiernos de las Américas, respetando su soberanía, para que se creen las coordinaciones necesarias a fin de flexibilizar la eliminación de impuestos que afecten el flujo de turistas. Queda esperar si realmente se cumple lo pactado.
De su lado, el gobierno dominicano resolvió que se les conceda permiso de visita sin mayores restricciones a extranjeros que tengan visado de Canadá, Reino Unido, Estados Unidos y Europa.