Los inversionistas activistas son aquellos que compran una participación accionaria tan grande que les da un sitio en la junta y voz en las decisiones de la compañía. Se trata de una clase riesgosa que amenaza a las grandes empresas tecnológicas.   Por Nathan Vardi   Hace un año, Ben Horowitz, uno de los inversionistas de capital riesgo más importantes de Silicon Valley, advirtió a varios CEOs de compañías tecnológicas que tuvieran cuidado con los inversionistas activistas (aquellos que compran una gran cantidad de acciones para obtener un lugar en la junta). El hombre cuya empresa había apoyado e invertido a las más atractivas nuevas empresas de redes sociales, como Facebook, Twitter y Groupon, dijo que para los inversionistas de compañías tecnológicas el “activismo de los accionistas no es una buena idea”. Horowitz habló de su apoyo a las estructuras de acciones de clase dual, el tipo de división de acciones en la que los fundadores como Larry Page, de Google, y Mark Zuckerberg, de Facebook, controlan la mayoría del poder de voto en empresas que cotizan en bolsa. Pero Horowitz y los CEOs de las empresas de tecnología de Estados Unidos enfrentan la creciente presencia de traders de Nueva York en Silicon Valley como inversionistas activistas apuntando a los mayores nombres en la industria de la tecnología. Los inversores activistas probablemente se sentirán aún más animados a sacudir a los grandes nombres de la tecnología por el increíble éxito del multimillonario Daniel Loeb en Yahoo. La empresa de Internet anunció el lunes que compraría la mayor parte de las acciones en poder de Third Point, el fondo de cobertura de Loeb a 29.11 dólares por acción, un total de 1,160 millones. Cuando Loeb invirtió por primera vez en Yahoo en el verano de 2011 y poco después comenzó su campaña activista en la empresa, mucha gente pensó que estaba yendo demasiado lejos, pero en menos de dos años Third Point ha hecho cerca de 1,000 millones de dólares en ganancias, en su gran mayoría gracias a su aventura en Yahoo. Ahora, los demás accionistas y analistas de Wall Street aparentemente están preocupados porque Yahoo está perdiendo el apoyo y ayuda de Loeb por su renuncia a la junta directiva de la empresa. Parece como fuera temporada de caza en la costa oeste para los inversores activistas. En abril, el inversionista ValueAct Capital, dirigido por Jeffrey Ubben, tuvo una gran participación de unos 2,000 millones de dólares en Microsoft y ahora los reportes indican que el gigante de tecnología está considerando dar a ValueAct un lugar en la junta directiva en respuesta a la presión de Ubben. ValueAct quiere que Microsoft ponga menos énfasis en los productos de consumo y se enfoque más en servicios empresariales. Barry Rosenstein, el inversor activista que dirige el fondo de cobertura Jana Partners, que tiene bajo su custodia 5,000 mdd, ha tomado este año participaciones en dos de las empresas de más alto perfil y que tienen serios problemas: Zynga y Groupon. A pesar de que Rosenstein no ha pugnado públicamente por un cambio en ninguna, se le conoce por trabajar en silencio detrás de cámaras. Esta semana, el destino de una de las empresas de alta tecnología con más historia, Dell, está en buenas medida en manos del mayor inversor activista de la compañía. El inversionista multimillonario Carl Icahn ya ha obligado a la junta directiva a retrasar la votación de accionistas sobre la recompra de 24,400 mdd en acciones de la empresa propuesta por su fundador Michael Dell y la firma de capital privado Silver Lake. Icahn ha conseguido formar un bloque de oposición entre los accionistas en la víspera de la votación, programada para celebrarse el miércoles. Paul Singer es otro multimillonario activista inversor merodeando Silicon Valley. Su fondo de inversión Elliott Management, fundado en mayo, tuvo una gran participación en la empresa de almacenamiento de datos NetApp y comenzó a sacudir a la empresa para realizar cambios en su junta directiva y otras áreas. La semana pasada, NetApp anunció la adición de dos nuevos directores de la junta directiva que al parecer fueron recomendados por Elliott Management. A principios de este año, David Einhorn, el prominente multimillonario administrador de fondos de riesgo de Nueva York, incluso llevó un esfuerzo militante a las puertas de Apple, demandando a la empresa y proponiendo emitir acciones preferentes con un dividendo perpetuo. Einhorn nunca consiguió sus acciones preferentes y desistió en su demanda, pero Apple amplió su programa de recompra de acciones y aumentó sus dividendos. Sin embargo, el episodio mostró cómo tipos como Einhorn piensan que pueden sacar ventaja incluso de las más grandes y emblemáticas empresas de Silicon Valley.

 

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