Por Enrique González Haas* La cadena de valor para la generación y distribución de energía eléctrica vive una transformación inminente, al tiempo que la sociedad civil, preocupada, exige atender el aumento en la demanda de electricidad sin afectar al medio ambiente. Hoy, distingo tres tendencias críticas en el desarrollo del sector eléctrico a futuro: la creciente urbanización de la población mundial, el incremento en el consumo energético por todo tipo de dispositivos electrónicos, y el desarrollo de la industria a nivel global que demanda más energía. En términos de urbanización, la población crecerá tan rápido como si se construyeran siete ciudades del tamaño de París, cada año. Sobre la digitalización, 50,000 millones de dispositivos nuevos se conectarán a internet, los próximos cinco años. Respecto a la industrialización la demanda energética pasará del 30% al 50% en los siguientes 35 años. Nuevos productos -como los automóviles eléctricos-, así como dispositivos y productos del Internet de las Cosas se sumarán a la demanda de electricidad en las ciudades, lo cual duplicará el consumo de energía mundial para 2050. De la mano de las oportunidades hay grandes retos. En la actualidad, 1,500 millones de personas, más de la quinta parte de la población mundial, no tiene electricidad. Esto representa un desafío para empresas como la nuestra. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que el costo de llevar energía a esta parte de la humanidad que todavía carece de electricidad, tendrá un costo de entre 35,000 y 40,000 millones de dólares al año de aquí a 2030, según la World Bank Enterprise Survey. El camino hacia el futuro es la innovación abierta y el intercambio de ideas con otros aliados para alcanzar la inversión necesaria que resuelva los retos del futuro. Lo anterior, bajo cinco principios: desarrollar productos que agreguen valor a los clientes, poner en manos del mercado productos confiables y seguros, asegurar que nuestra oferta cuente con un diseño inteligente e intuitivo, ensamblar sistemas digitales que potencien las capacidades de nuestros clientes y finalmente, que todo nuestro portafolio forme parte de un ecosistema seguro.   Los retos del país En México existen dos principales retos para asumir los nuevos modelos de generación de energía: los retos legales, que son el marco de acción a nivel país y los retos que como industria las empresas del sector energético debemos asumir. Las metas para la adopción de energías limpias son ambiciosas. La Ley de Transición Energética, publicada en diciembre de 2015, establece que en 2018, 25% de la electricidad deberá provenir de fuentes limpias, 30% en 2021 y 35% en 2024. La electricidad es el único vector energético que permite la descarbonización a través de energías renovables, hidroeléctricas y nucleares. Empresas de electricidad cuya fuente proviene del sol, el viento y la geotermia, ya trabajan en nuevos proyectos distribuidos por todo México. En este sentido, la Ley de Transición Energética incluye un apartado sobre el Programa de Redes Eléctricas Inteligentes, que el gobierno mexicano deberá emprender en los próximos años, y que implicará cambios sustanciales en la ingeniería de una red de distribución eléctrica con más de 600,000 kilómetros de tendido eléctrico. Un proyecto de esta naturaleza requerirá de tecnologías que puedan implementarse de forma paralela al funcionamiento de la red tradicional, al tiempo que se incorporan redes de datos y sistemas de análisis de la oferta y la demanda, que puedan llevar la red actual a un nivel de inteligencia mayor. Por otro lado, la convergencia entre automatización y software se ha convertido en elemento indispensable para la operación de infraestructura como edificios, instalaciones industriales y comerciales en México y en todo el mundo. En este sentido, innovamos en áreas que van del desarrollo de protocolos de comunicación entre dispositivos hasta la creación de apps móviles para darle valor operativo a nuestros clientes facilitando la gestión de los sistemas de distribución de energía. Ante los retos que vive la nueva industria eléctrica mexicana, así como las necesidades para la distribución eficiente de la energía que demanda la sociedad contemporánea, asumimos nuestra historia de más de 180 años para refrendar nuestra misión: ayudar a obtener el máximo rendimiento de la energía. * El autor es presidente y director general de Schneider Electric México y Centroamérica.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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