Las complicaciones para Banxico empezaron con la subida del indicador por arriba del 4% en marzo. El banco central confía en que podrá cerrar el año en una cifra cercana al 3%, pero hay nuevos factores que inyectarán presión a los precios.   Agustín Carstens lo tiene claro: el objetivo de inflación no se le irá de las manos al banco central; sin embargo, 2013 podría ser el año en el que se le diga adiós a una inflación realmente cercana al 3%. En una comparecencia ante senadores, el gobernador del Banco de México explicó que el aumento visto en marzo, que llevó al indicador a un 4.25% anual, era una condición de temporalidad asociada a los precios agrícolas y aseguró que para el cierre del año habrá una inflación dentro del objetivo, es decir, más menos 1%. “El Banco de México está en posición de afirmar que la inflación regresará al objetivo, porque al cierre del año hay posibilidades de ver una inflación en 3.9%, que cumple con el rango objetivo, es posible que la inflación tenga episodios de aumento, pero mientras no haya una inflación que se dispare prolongadamente por arriba de 4% o que incluso llegue a 5%, no hay necesidad de modificar previsiones económicas”, explica Gabriella Siller, titular del área de análisis de Banco Base. En un reporte de análisis, Banamex explica que en marzo, los precios agropecuarios  aumentaron 14.29% anual desde 7.5% en el mes anterior, lo que sugiere que el salto en la inflación general será temporal. Sin embargo, las previsiones apuntan a que la inflación continuará creciendo  en abril debido a los  recientes incrementos en las tarifas de transporte en la Ciudad de México y también a nuevas subidas en los precios agrícolas. En el escenario base del banco, la inflación alcanzará su pico en abril en 4.64% anual y comenzará a regresar en los meses siguientes hasta 3.7% anual para finales de año.   Pero ¿qué pasa con los eventos que vienen? El gobierno federal tiene planeado dar a conocer una reforma hacendaria para dotar al país de mayor crecimiento. Un efecto colateral de la aprobación de este proyecto es una subida en la inflación, que de acuerdo con previsiones de Bank of America Merrill Lynch,  podría aumentar entre 1 y 2%. “Los efectos de la reforma hacendaria en la inflación se verían hasta 2014, sin embargo es claro que el banco central deberá prever que habrá un impacto”, explica Gabriela Siller. El escenario puede tornarse aún más complejo. Cálculos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) apuntan a que los precios agrícolas serán una variante negativa en las expectativas, incluso en las de largo plazo. El instituto explica que en México las hortalizas y legumbres representan 467,283.5  y 109,595.7 mdp, respectivamente, con una tendencia a que el valor disminuya ante nuevas dificultades para la producción, esto no sólo indica un foco rojo en el sector agrícola, también implica aumentos de precios en tanto las condiciones ambientales no mejoren. “Mientras las presiones de inflación por factores agrícolas sean temporales y no impulsen a la inflación por arriba de un 5% no habrá mayores preocupaciones, un rango por debajo de 5% resulta manejable para el Banco de México”, explica Gabriela Siller.   Las otras amenazas Para el organismo central, existen otros dos factores que se han convertido en temas de análisis: la apreciación del peso y la entrada de inversión de cartera al país. Esta semana, el dólar tocó su mínimo en 20 meses y siguió con su tendencia a la baja, incluso, los analistas no descartan la posibilidad de que el tipo de cambio se coloque por debajo de la barrera psicológica de los 12 pesos, esto es buena noticia para los viajeros. Pero el propio Agustín Carstens advirtió que las exportaciones podrían sufrir ante una apreciación que si bien no es artificial, sí se ha dado de manera acelerada. Por otro lado, en 2012, la inversión extranjera directa disminuyó 35% en el país, mientras que la inversión de cartera  aumentó en 62%, es decir, la inversión en los mercados aumentó mientras que el capital extranjero para soportar actividad productiva disminuyó. De ahí que el Banco de México disminuyera su tasa en 0.5%, como una forma de desacelerar la entrada de capitales, pero el problema no es que lleguen, sino que se mantengan. Moody’s estima que los capitales que han llegado buscando refugio en México alcanzan los 160,000 millones de dólares, por lo que será importante vigilar qué ocurre una vez que las condiciones mejoren a nivel global y los inversionistas consideren otros destinos. “En materia de capitales, se ha visto una llegada más activa ante las expectativas de reformas, sin embargo, sí se espera una reversión una vez que Estados Unidos eleve sus tasas y en general otros países que perdieron atractivo en la crisis regresen a la jugada, el reto para México es mantener condiciones para que cuando esa reversión empiece, quienes no prevean salir no lo hagan, pues se generarían condiciones para que hubiera una fuga”, añade Gabriela Siller.

 

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