cintillo

  Texto originalmente publicado el 19 de noviembre de 2013.   México no tiene un Silicon Valley, pero eso no significa que el país carezca de innovaciones capaces de competir y ganar en mercados globales.     Por Hiroshi Takahashi y Carlos Fernández de Lara   Es un mito asegurar que emprender en México es difícil. Hoy existen muchos elementos para que el país sea una de las naciones con las mayores facilidades para crear y desarrollar empresas de alto valor. “Tenemos que desmitificar que en México es difícil o imposible ser emprendedor. La cantidad de apoyos gubernamentales y privados hace que el proceso sea mucho menos complicado que en otras naciones de la región”, explica César Salazar, socio de 500 Mexico City, una firma que en los últimos 12 meses ha invertido en más de 35 startups de productos y servicios mexicanos apoyados en tecnología. Con operaciones en Estados Unidos, Brasil, India, Malasia e In­dia, Salazar asegura que 500 Mexico City ha encontrado en el país una “mayor voluntad” para emprender. La firma tiene el objetivo de invertir entre 5 y 10 millo­nes de dólares (mdd), durante los siguientes dos años en compañías con potencial para competir en mercados globales por arriba de los 1,000 mdd. De acuerdo con datos de la Secretaria de Economía (SE), en el país se crean alrededor de 35,000 PyMES cada mes y poco más de 6% de los jóvenes entre 18 y 24 años son dueños de empresas. Fue justo durante esa etapa de su vida que Carlos Chavarría le apostó al emprendimiento. Luego de trabajar un tiempo “sin sueldo, pero con la prome­sa de aprender” el negocio de body shopping (una práctica muy común a finales del siglo pasado, a través de la cual las organiza­ciones subcontrataban temporalmente expertos en tecnología y lenguajes de programación), Chavarría se enfrentó a la dura realidad de quedarse sin empleo. Con los 130,000 pesos que obtuvo por vender su automóvil, fundó NAT-AT Technologies en su versión 1.0.   El gusto le duró poco En 2009, una crisis interna y de negocio colocó a NA-AT al borde de la quiebra. Chavarría estaba entre desistir y volver al mundo laboral o, como buen emprendedor, aferrarse a la idea de que su empresa podía salir adelante. “Lo que necesitaba para sobrevivir era dinero. Entonces comencé a pedir prestado a varios conocidos, con la promesa de pagarles con mejores tasas de interés. Pero me prometí que si re­gresaba ya no era para hacer lo mismo”. Con un nuevo equipo ejecutivo y un enfoque distinto de negocio, Chavarría trasladó parte de las operaciones de NA-AT al clúster del ITESM en el Estado de México para reclutar talento humano en programación de aplicaciones móviles, principalmen­te para el sector financiero. En tres años, la firma pasó de menos 20 empleados a más de 120 elementos fijos. De acuerdo con Gerardo Güarneros, director de Negocios de NA-AT, en los últimos 24 meses han desarrollado más de 200 aplicaciones y controlan alrededor de 18% de participación del mercado de apps financieras. Su siguiente reto: atender un mercado potencial de más de 7,000 bancos en Estados Unidos y “ser de los primeros en Mé­xico” en desarrollar una aplicación para los lentes de realidad aumentada de Google, Glass.   Necesidad nacional La importancia de fomentar el desarrollo y crecimiento de nuevos negocios no es un tema menor para México, en el que 99.8% de sus unidades empresariales son consideradas pequeñas y medianas, responsables de generar más de la mitad del PIB nacional (52%) y de administrar siete de cada 10 empleos. Si los datos del Inegi muestran algo, es que la economía mexicana estaría estancada sin sus emprendedores. Sin embargo, la nación aún enfrenta el problema, pues del medio millón de compañías que se crean anualmente, menos del 4% son consideradas de alto impacto. Ésa fue la idea que Ricardo Gómez tenía cuando fundó Kaxan Media Group, una compañía jalisciense que en 2011 saltó a la fama cuando Taco Master —uno de sus juegos— logró superar a Angry Birds y WhatsApp como la aplicación más descargada de la AppStore de Apple en el mundo. La fama le permitió a Kaxan ganar visibilidad global para comenzar a incursionar en el desarrollo de títulos para plataformas más complejas como Wii, PlayStation 3 y Xbox 360. Con más de 100 personas y una proyección de ventas para 2013 de 75 mdp, Gómez asegura que Kaxan está listo para tomar una parte de los 60,000 mdd que representa el sector de aplicaciones y videojuegos a nivel global.   Cuidado Hoy en México, el Sistema Nacional de Incubación de Empresas tiene registradas 463 incubadoras, de las que únicamente 20 se enfocan al rubro de alta tecnología. Como parte de sus objetivos, el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) prevé la reducción del número de registros a 150, de los que 50 se enfocarán a desarrollar proyectos de alto impacto. De acuerdo con un reporte de la firma de consulto­ría kpmg y la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap), al cierre de 2012 en México operaban 71 admi­nistradores de fondos de inversión, de los cuales 15 se espe­cializaban en capital emprendedor. En los últimos diez años, dichos fondos han levantado casi 15,000 mdd; 17% de esos ingresos fueron dirigidos a los sectores de telecomunicacio­nes, medios y tecnología. Según la Asociación Latinoamericana de Venture Capital (LAVCA), México y Brasil acaparan más de 85% de las inver­siones de capital privado y semilla de la región, que en 2012 rebasaron los 7,000 mdd. No es de extrañar que en los últimos años, además de 500 México City, firmas como Telefónica con Wayra, IBM, Micro­soft y el mismo Telmex estén tan interesados en un sector que, se estima, mueve más de 730 mdd y podría generar alrededor de 0.6% del PIB. Te presentamos a las 10 startups mexicanas que buscan cambiar el mundo. 1. Kaxan Media Group
  • Giro: Videojuegos y animación digital
  • Fundador: Ricardo Gómez
Esta compañía desbancó en 2011 a Angry Birds como la aplicación más descargada de la AppStore de Apple a nivel global. 2. NA-AT Technologies: Sucursales bancarias móviles
  • Giro: Software para bancos
  • Fundador: Carlos Chavarría
La empresa controla 18% del mercado de aplicaciones móviles para el sector financiero y 3% del sector a nivel nacional. 3. WePow
  • Giro: Software de reclutamiento
  • Fundador: Rodrigo Martínez
Su producto estrella: una plataforma de video en línea para el proceso de reclutamiento de las organizaciones. 4. TasteSpace
  • Giro: Comercio electrónico y software
  • Fundador: José Zambrano
La idea detrás de TasteSpace es que todos los pedidos a domicilio de cualquier restaurante se hagan a través de web, móvil o redes sociales. 5. Kubo Financiero
  • Giro: Internet
  • Fundadores: Vicente Fenoll, Allan Seldman y Rogelio Monroy
Kubo, es una plataforma en Internet dedicada a otorgar préstamos a través de un modelo de persona a persona. 6. Clip
  • Giro: Finanzas
  • Fundadores: Adolfo Babatz y Vilash Poovala
La compañía ofrece una plataforma que permite a cualquier comercio o usuario la posibilidad de recibir pagos de tarjetas de crédito y débito desde cualquier dispositivo móvil con sistema iOS o Android, a través de un pequeño lector de bandas magnéticas en forma de clip. 7. Yogome
  • Giro: Videojuegos
  • Fundadores: Manolo Díaz y Alberto Colín
Yogome es el ejemplo perfecto de que los videojuegos educativos tienen un futuro altamente rentable. Los títulos ya registran más de 600,000 descargas en más de 150 países y esperan que para el fin de año rebasen el millón. 8. Modebo
  • Giro: Software industrial
  • Fundadores: Marisol Contreras, José Rodríguez y Antonio Bojorges
El sistema de Modebo es capaz de entregar ahorros en calefacción e iluminación de hasta 25,000 dólares al año, en un proyecto de 1,000 m2 y con un costo de construcción de 120,000 dólares. 9. Descifra
  • Giro: Software y analítica de negocio
  • Fundador: Roberto WongRubín
El objetivo central de Descifra está en dotar de una herramienta de inteligencia de negocio a las pymes y emprendedores mexicanos. 10. Kichink
  • Giro: Comercio electrónico
  • Fundadores: Claudio del Conde y Claudia Heredia
El sitio, que funciona como un centro comercial virtual, lleva desde los inventarios hasta la logística y proceso de entrega de sus clientes, a cambio de una comisión de 7.5% para los bienes físicos y 3.8% para los digitales.

 

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