Invariablemente, la economía mexicana termina impactada por los ciclos electorales; lo que ha cambiado es el grado de afectación y el origen de las complicaciones. Por ejemplo, los factores externos adquirieron enorme peso en la economía mexicana a partir de que el entonces presidente Carlos Salinas firmó, en 1992, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá, en vigor desde enero de 1994, a raíz de lo cual el mercado estadounidense se convirtió en la prioridad para las exportaciones mexicanas. Esa mayor interrelación con el exterior se manifestó con toda su fuerza cuando, en el arranque del siguiente gobierno, encabezado por Ernesto Zedillo, estalló una crisis que dejó al país sin liquidez debido a la salida de dólares, provocada tanto por la inestabilidad política como por el anuncio de una devaluación. El llamado “error de diciembre” hizo caer la economía cerca de 6% (la mayor caída en 30 años), devaluó el peso, colapsó el sistema financiero y requirió de una línea de crédito de 20,000 mdd de Estados Unidos. Cuando Vicente Fox Quesada llegó a la Presidencia, en 2000, el país ya había reforzado sus controles financieros para evitar nuevas crisis y el TLCAN empezaba a dar los primeros resultados. La economía resistió bien el cierre de sexenio de Fox: creció arriba de 3%, aun cuando Estados Unidos vivía las secuelas del colapso de las punto.com y de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. En ese periodo, México logró un superávit en la balanza de pagos con la llegada de inversión extranjera debida a la apertura comercial.

Qué recibieron, qué entregaron

Te puede interesar: ¿Enfrentamos otra “Crisis del Tequila”? La administración de Felipe Calderón no tuvo la misma suerte: la crisis financiera internacional que estalló tras la quiebra de Lehman Brothers, en 2008, uno de los bancos de inversión más grandes del mundo, provocada por la especulación inmobiliaria, ocasionó en México, al año siguiente, una caída de 6.5% del PIB. Los planes de contingencia para evitar una devaluación y contener la inflación hicieron que la deuda neta del sector público pasara de 1.98 billones de pesos en 2006, a 5.35 billones en 2012. Al cierre del mandato de Calderón, el país crecía por encima de 4%, pero el tipo de cambio estaba en torno de 13 pesos por dólar y el país enfrentaba una crisis de violencia e inseguridad sin precedentes.

Qué recibieron, qué entregaron

  El cierre de este sexenio En el mandato de Peña Nieto, que culminará el 1 de diciembre de este año, los mayores desafíos son, de nuevo, de carácter externo, en particular debido a la política económica del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Por un lado, mantiene el TLCAN en vilo y, por otro, aplica un esquema de incentivos fiscales, en buena medida con dedicatoria a México, para restar competitividad a las inversiones que las empresas hagan fuera de su país. La reforma que Donald Trump ha impulsado pasa por una reducción de los impuestos corporativos (a una tasa muy por debajo de lo cobrado en México), la disminución de la tasa cobrada a la repatriación de capitales y la imposición de un impuesto sobre los montos que las firmas estadounidenses inviertan en sus subsidiarias fuera de ese país. La eventual cancelación del NAFTA es el gran riesgo. “Si hubiera un retiro de Estados Unidos del TLCAN, esperaría que la economía mexicana se redujera 2.9%; las importaciones caerían 16%; las exportaciones 18%; y la inversión, 11%. El peso se depreciaría a 21.5 por dólar y la tasa de interés del Banco de México estaría en 8%, mientras que la inflación sería del 5%”, estima Joe Brusuelas, economista en jefe en Estados Unidos de la firma de auditoría e impuestos RSM. Te puede interesar: México paga 553,300 millones de pesos por intereses de su deuda Al mismo tiempo, la economía enfrenta complicaciones internas: la inseguridad y la deuda pública. “Para el cierre de una administración, es importante poner atención al comportamiento de la deuda, pues hoy las finanzas públicas [de México] no tienen margen para responder a una estrategia agresiva de incentivos fiscales por parte de Estados Unidos”, señala Carlos Capistrán, economista para México y Canadá de Bank of América Merrill Lynch. Para este analista, la subida en la tasa de referencia de la Reserva Federal de Estados Unidos es uno de los principales riesgos para México al cierre de 2018, pues puede ocasionar que el Banco de México restrinja las condiciones para el crédito, a lo que se suma la incertidumbre por el cambio de gobierno. A su vez, el saldo de la Deuda del Sector Público Federal rebasa los 10 billones de pesos, según datos de la Secretaría de Hacienda. “Esperamos que el cociente Deuda-PIB se mantenga constante, [pues] en el pasado hemos visto desviaciones, porque hubo pronósticos de crecimiento optimistas ante un aumento de gasto; sin embargo, hoy no hay condiciones para replicar un aumento en la deuda”, dice Marco Oviedo, economista en jefe para América Latina de Barclay’s.

 

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