Los cambios que ha traído consigo el distanciamiento social han llevado a los consumidores a optar por alternativas digitales, no sólo al momento de hacer compras, sino en algunos casos, a la hora de realizar trámites gubernamentales, recibir educación o incluso acceder a consultas médicas. Por su parte, compañías en todos los rubros han tenido que hacer ajustes a sus estrategias y enfocar esfuerzos hacia canales digitales. La transición a esta nueva realidad ha sido posible gracias a la amplia oferta de software en campos que van desde la comunicación en tiempo real, pasando por servicios de delivery, hasta los pagos en línea.

El desarrollo de software es un proceso creativo, en donde un programador o desarrollador, traduce una idea de producto y sus funcionalidades a instrucciones — código — que posteriormente una máquina — computadora o teléfono por ejemplo — es capaz de interpretar. Durante los primeros años de las computadoras modernas, programarlas — indicarles qué hacer — solía ser una labor que requería años de estudios especializados y largas horas de trabajo para conseguir realizar las tareas más simples que hoy podamos imaginar.

Durante los últimos 20 años esta barrera técnica ha ido cediendo, al punto que, en la industria es cada vez más común encontrar nuevos desarrolladores sin diplomas o estudios académicos formales en TI, esto en gran medida, gracias al boom de la educación en línea enfocada en áreas de tecnología: hoy en día cualquier persona puede iniciar su camino en el mundo del desarrollo de software de forma gratuita, únicamente necesitando una computadora con acceso a Internet, disciplina y mucha dedicación. Y si bien existen cientos de canales en medios como YouTube y miles de blogs en donde es posible aprender sin costo alguno, hay también bastantes alternativas de pago para quienes prefieren un plan de estudios más curado y estructurado.

La alta demanda de cargos en TI se ha mantenido a la alza durante los últimos 5 años, incluso durante 2020, que si bien presentó una desaceleración significativa durante el segundo trimestre del año — atribuible a la incertidumbre por la que pasaba el mundo en el momento —, continúa ofreciendo gran variedad de oportunidades laborales para desarrolladores en todo el planeta.

Si bien, algunas compañías de software orientadas a mercados especialmente afectados, tales como el turismo, tuvieron que tomar la decisión de realizar ajustes de personal, como fue el caso de booking.com, que tuvo que recortar cerca de 5 mil empleos alrededor del mundo. Otras han seguido creciendo; un claro ejemplo es mercadolibre.com, cuyos ingresos sobrepasaron estimaciones previas gracias a los drásticos cambios en los comportamientos de consumo de sus usuarios debido a la pandemia y que está llevando a cabo  ambiciosos planes de expansión que van desde Argentina hasta México.

Algunas de las medidas que se han adaptado durante este periodo de aislamiento, como el teletrabajo, presentan una gran oportunidad para los desarrolladores de software en Latinoamérica: se ha vuelto cada vez más común dar con ofertas laborales en empresas localizadas en Estados Unidos, Europa e incluso Australia que están adoptando modalidades de trabajo 100% remoto; esto no sólo aumenta la cantidad de vacantes en el mercado, sino que así mismo ofrece compensaciones económicas incluso mejores a las ya existentes en este campo — de por sí ya bastante generosas.

En definitiva, la industria del software se ha posicionado como un gigante inamovible cuyo progreso en áreas tales como la inteligencia artificial, definirán el ritmo al que avanzaremos como sociedad; y podemos decir con seguridad, que los artífices de estos adelantos serán los desarrolladores de esta generación.

Contacto:

Diego Coy, Google Developer Expert en Tecnologías Web y Google Maps Platform, así como mentor de Google for Startups.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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