El líder socialista, Pedro Sánchez, dijo que “mañana mismo” se pondría en contacto con todas las fuerzas políticas de España para iniciar unas negociaciones que durarían “al menos un mes”.   Reuters El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, recibió el martes el encargo del rey de tratar de formar Gobierno y acabar así con el bloqueo político que vive España casi mes y medio después de la celebración de las elecciones. “Les anuncio solemnemente que el grupo parlamentario socialista y yo mismo vamos a asumir esa responsabilidad y vamos a intentar formar gobierno. Todas las fuerzas del cambio estamos llamados a entendernos para que ese cambio se haga realidad”, dijo Sánchez en una rueda de prensa en el Congreso. El líder socialista dijo que “mañana mismo” se pondría en contacto con todas las fuerzas políticas para iniciar unas negociaciones que durarían “al menos un mes”, e insistió en que sometería a los militantes de su partido cualquier eventual acuerdo. Los vetos cruzados entre los partidos y la necesidad de sumar varias formaciones para alcanzar mayorías en un Congreso muy fragmentado anuncian unas difíciles negociaciones para Sánchez, que obtuvo sólo 90 diputados de un total de 350 en las elecciones de diciembre, frente a los 123 del Partido Popular. El presidente de la Cámara Baja, Patxi López, dijo que el pleno de investidura podría celebrarse dentro de “entre tres semanas y un mes” y confió en que éste concluyera con un gobierno y no con unos plazos para unas nuevas elecciones. Sánchez dijo que su prioridad en las negociaciones sería crear empleo, así como controlar el déficit y la deuda pública, para lo que acometería con una nueva reforma del sistema fiscal y la eliminación de los gastos superfluos. El líder socialista había ofrecido esta mañana al rey su disposición a liderar un Gobierno alternativo al Partido Popular de Mariano Rajoy, que ha intentado infructuosamente pactar con los socialistas y reconoció esta tarde tras reunirse con el rey que aún no contaba con apoyos para ser reelegido. Sánchez, que ha rechazado rotundamente cualquier alianza con el PP y tiene encima de la mesa una propuesta de Gobierno de coalición del partido antiausteridad Podemos, no sólo tendrá que reunir los votos necesarios para la investidura, sino para dar estabilidad a su eventual Ejecutivo.   Desafío independentista Sánchez ha mostrado su disposición a hablar tanto con Podemos y sus alianzas territoriales como con Ciudadanos, fuerzas emergentes que se han declarado incompatibles entre sí, aunque ha rechazado buscar el apoyo de fuerzas independentistas catalanas a su investidura. El PSOE planteará su propuesta de una reforma federal de la Constitución para contrarrestar la exigencia de una consulta de autodeterminación en Cataluña que rechaza de plano pero que plantean Podemos. “Hay que poner encima de la mesa soluciones basadas en el diálogo. Tenemos que reformar la Constitución y avanzar hacia el Estado federal”, declaró, reconociendo sin embargo que para cualquier reforma de la Carta Magna necesitará el apoyo del PP, que tiene mayoría en el Senado. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, dijo que mantenía la mano tendida hacia el PSOE, pero mostró señales de impaciencia con Sánchez por la falta de contactos para negociar hasta ahora. “A este paso nos van a salir canas a todos”, dijo en rueda de prensa en el Congreso. “No sé cómo tengo que decirlo, si lo tengo que escribir en verso, queremos un gobierno, queremos estar en ese gobierno, que tiene que tener una presencia proporcional a los votos recibidos”, añadió. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se ofreció por su parte a hablar “mañana mismo” con Sánchez para buscar puntos de encuentro y que pueda haber un gobierno reformista y estable cuanto antes.  

 

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