Más de 40% de las acciones en el S&P 500 se encuentra al menos 20% por debajo de sus máximos, pero en 2011 esa cifra era de 60%  y en 2008 se disparó a 95%, así que aún hay espacio para más caídas, afirman los expertos.   By Steve Schaefer Los mercados de Estados Unidos tropezaron de nueva cuenta el lunes, y los sectores de tecnología y energía reportaron las caídas más marcadas junto con la caída más reciente en el precio del crudo mientras los inversionistas vuelan a la supuesta seguridad de los bonos del Tesoro. Los promedios principales cayeron más de 2%, el promedio industrial Dow Jones perdió 375 puntos y alcanzó las 15,829 unidades. El S&P 500 cayó a 1,832, una baja de 48 puntos. El sector de Energía fue sin duda el más afectado, con las preocupaciones de quiebra de Chesapeake Energy que provocaron un desplome en las acciones de la firma más de 50% antes de que éste publicara un escueto comunicado que desmentía los rumores de que estaba preparando una presentación de bancarrota. Con una pérdida de 1.05%, los títulos de Apple resistieron el deslizamiento mejor que la mayoría en el sector tecnológico, donde Facebook recibió un buen golpe en la barbilla, reportando una caída de 4.15%. Los bancos no tuvieron mejor suerte, el más grande de Estados Unidos cayó fuertemente el lunes. Goldman Sachs Group tuvo el peor desempeño del Dow Jones con una pérdida de 6%, mientras que JPMorgan Chase perdió casi 3%. Las principales instituciones financieras operan por debajo de su valor contable, lo que indica que los inversionistas cuestionan su capacidad de ganar por encima de su costo de capital o no creen en el valor reportado de sus activos y préstamos en sus libros. En una nota emitida el lunes, el equipo global de investigación de valores de JP Morgan advirtió a sus clientes no interponerse en el camino del tren de las acciones, incluso si los rendimientos pudieran sonar tentadores. Más de 40% de las acciones en el S&P 500 se encuentra al menos 20% por debajo de sus máximos, señala J.P. Morgan, pero es poco probable que una racha de recuperación tenga un efecto duradero. “En 2011 esa cifra alcanzó hasta un 60% y eso que no había una recesión”, escribe Mislav Matejka, de J.P. Morgan. “En 2008, esa cifra se disparó a 95%, más del doble de los niveles actuales.” La estabilización que indicaría que se ha alcanzado el fondo del pozo del mercado no puede verse por ningún lado, afirman las notas de firma, un sentimiento compartido por el jefe de estrategia de inversión de Jeff Saut, Raymond James. Saut señala que algunos grandes nombres, como Deutsche Bank, operan por debajo de sus mínimos de 2008 y el baño de sangre en las acciones tecnológicas ha reducido el valor de nombres como Tableau Software por la mitad. Se piensa que la “estampida de ventas” podría estar cediendo, pero le gustaría ver una recuperación sostenida antes de declarar el regreso a la vida de los mercados. “Necesitamos tres sesiones positivas consecutivas o más antes de tocar la campana de “todo en calma”, escribe Saut. David Kostin, de Goldman Sachs, ofreció al menos una razón menor para el optimismo, señalando que la reducción paulatina de la temporada de resultados del cuarto trimestre significa que las recompras corporativas deben reanudarse en las próximas semanas. “Una avalancha de nuevas autorizaciones impulsarán las recompras en 2016”, escribe Kostin, señalando que en lo que va del año se han anunciado 60,000 mdd en programas de recompra. Eso está muy bien si los equipos directivos ven la debilidad del mercado como una razón para comprar acciones a precios más baratos que el año pasado, pero no tanto si es que permiten que el nerviosismo de los inversionistas les contagie. Las recompras y Fusiones y Adquisiciones han sido la mayor fuente de demanda de acciones en Estados Unidos desde 2010. “Esperamos que ese patrón se repita en 2016”, dice Goldman. Entre las empresas que podrían beneficiarse de ello están las que han devuelto la mayor parte del capital (sobre una base porcentual) a los accionistas durante los cuatro trimestres pasado. Empresas como AIG, Macy’s, Lowe’s Cos, Valero Energy, CVS Health, Pfizer, Gilead Sciences y Northrop Grumman están entre las que se beneficiarán si los accionistas buscaran la seguridad del retorno de capital. Hay pocas razones para pensar que eso ocurrió el lunes. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cayó a 1.74%, el barril de petróleo se ubicó debajo de los 30 dólares por barril y las llamadas “acciones de seguridad” se sostienen mejor que la mayoría, pero en números rojos. Los servicios públicos fueron el sector con mejores resultados, sólo perdieron 1%, mientras que los gigantes de telecomunicaciones como AT&T y Verizon reportaron pérdidas modestas.

 

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