Mientras la industria petrolera pasa por uno de sus peores momentos desde la crisis de 2008, México y el resto del mundo trazan una estrategia de largo aliento para producir la energía que necesitan sin dañar más al medio ambiente. Conversamos con expertos del sector sobre el potencial de la eólica, solar y geotérmica.   Tras la aprobación en el Congreso de la Ley de Transición Energética (LTE), en diciembre de 2015, las industrias en México estarán obligadas a modificar su consumo energético a partir de petróleo y otros combustibles fósiles. El objetivo, que nuestro país genere 35% de su electricidad con energías limpias en 2024. Para satisfacer la demanda de energía eléctrica de México en los próximos 15 años, se requerirán 59,986 Megawatts de capacidad adicional y una inversión de 653,339 millones de pesos (mdp), según el Programa de desarrollo del sistema eléctrico nacional 2015-2029, elaborado por la Secretaría de Energía (Sener). “México establece en su legislación un compromiso para avanzar en la producción y generación de energías limpias. Esto, para cualquier inversionista, representa una oportunidad, porque entiende y ve que esto tiene que estar acompañado de políticas públicas y disminución de barreras”, dijo en entrevista con Forbes México el director general de energías limpias de la Secretaría de Energía (Sener), Efraín Villanueva. La aprobación de la ley genera buen ánimo en México, pero la ruta de acción  será dictada por los reglamentos secundarios, comenta José Pablo Fernández, director general de la compañía Grupo Dragón. “Es buena, pero al final no es más que el paraguas de hasta arriba.” Mientras llegan las especificaciones jurídicas, el gobierno proyecta que en 2029 la capacidad con energías limpias sea mayor al petróleo y otras fuentes fósiles, según el documento. La energía eólica dominará la generación, seguida de la cogeneración eficiente, nucleoeléctrica,  solar y geotérmica. Gráfico: Sener ¿Cuál es la prisa por cambiar ? Mientras el petróleo produce 733 toneladas de gases de efecto invernadero por cada Gigavatio hora (GWh) que genera, energías limpias como la solar, nuclear y eólica juntas, no rebasan 200 toneladas, según datos de la Asociación Nuclear Mundial. La contaminación derivada de emisiones industriales mata a 3.7 millones de personas en urbes y zonas rurales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En México,  la contaminación es la segunda causa de muerte en recién nacidos, de acuerdo con el organismo. Esta excesiva contaminación del aire es “producto de políticas insostenibles en sectores como el transporte, la energía, el manejo de los residuos y la industria”, dijo Carlos Dora, coordinador de salud pública y medio ambiente de la OMS. Pero la vida moderna no se entiende sin el petróleo y otros hidrocarburos. Desde la gasolina de automóviles, hasta la electricidad doméstica, estos energéticos fueron símbolos de progreso y desarrollo económico durante el siglo XX. En México, el ex presidente José López Portillo hablaba de “administrar la abundancia” del país después de que Pemex encontrara yacimientos petroleros en el golfo de México entre 1978 y 1981. A pesar de las ganancias que logró durante décadas, la industria petrolera está en crisis. Mientras en septiembre de 2014 la mezcla mexicana valía 90 dólares por barril, durante enero de 2016, el precio por barril mexicano se cotizó en un mínimo de 18.90 dólares, una reducción de casi 80% de su valor.   El peso de la tarifa Como resultado de los bajos precios del petróleo y fuentes fósiles, así como el uso de energías limpias, las tarifas de bajo consumo bajarán 2% en 2016 y se mantendrán así todo el año, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). En cualquier industria eléctrica lo que pesa más es la tarifa, que sea capaz de sobrepasar los costos fijos y deje rentabilidad, advierte Fernández. El directivo estima que hoy las tarifas de energías renovables son apenas 10% más caras que las energías fósiles. “En cinco años, cuando el precio del petróleo se recupere, quiero ver si van a insistir en que son más caras.” La apuesta de México por las energías limpias está en sintonía con el compromiso mundial. El 12 de diciembre de 2015, 196 países miembros de Naciones Unidas pactaron disminuir la temperatura del mundo a menos de 2 grados centígrados, nivel anterior a la era industrial. Las Naciones Unidas acordaron otorgar 100,000 millones de dólares (mdd) a países en vías de desarrollo a partir de 2020 para que cumplan la meta. A continuación, un recorrido por tres energías que buscan romper la dependencia del país con el petróleo y otros hidrocarburos.   1. La otra energía debajo de la tierra El energético limpio más eficiente y competitivo económicamente es el geotérmico, es decir, el aprovechamiento del calor interno de la tierra para generar electricidad. ¿Por qué? Según el directivo de Grupo Dragón, las plantas producen 24 horas, 365 días del año, y todas sus horas son efectivas. Mientras el aprovechamiento de una planta eólica es de 35-40%, el de una planta geotérmica es de 98%, según Fernández: “inviertes el doble, pero recibes el triple. La matemática es sencilla”. La inversión para una planta geotérmica oscila entre 4 y 5.5 millones de dólares por Megawatt instalado. En México, existen siete centrales geotérmicas: cinco en Baja California, una en Michoacán y otra en Puebla, y generan 813 Megavatios, según datos de la Sener. Por ejemplo, el campo de Cerro Prieto en Baja California es suficiente para alimentar a la mitad de Tijuana, dice Villanueva. ¿El reto? Pese a las virtudes del calor subterráneo, uno de los mayores retos que enfrenta es la transmisión de la energía. Si las plantas se encuentran en zonas remotas, la inversión para moverlas, incluso, pone en riesgo la vida del proyecto. “Puedes tener una extraordinaria planta y resulta que la energía tienes que transportar 100 kilómetros. El kilómetro cuesta medio millón de dólares. Si  cuesta 50 millones de dólares más, con el tipo de cambio, 700 millones de pesos de sobrecostos, mata al proyecto.”
Capacidad y generación en México de centrales geotérmicas.

Capacidad y generación en México de centrales geotérmicas.

  2. El potencial ilimitado del sol El potencial del sol para generar electricidad es prácticamente “ilimitado”. Si se instalaran celdas fotovoltaicas en una superficie del tamaño del estado de Chihuahua, éstas podrían darle energía a todo el país, ejemplifica Villanueva, de la Sener. Una planta solar cuesta menos trabajo técnico, explica José Pablo, y requiere una inversión de 1.35 millones de dólares por Megawatt, 18% menos que una planta solar, por ejemplo. Para el cierre de 2020, se espera que haya 4,000 Megawatts generados con celdas fotovoltaicas y se esperan inversiones de 7,000 mdd, según el funcionario de Sener. ¿El reto? Fernández advierte que el problema de la región norte, a pesar de la alta radiación, son sus altas temperaturas, pues el calentamiento de las celdas fotovoltaicas disminuyen su desempeño. “La gente se confunde  y piensa que funciona con el calor del desierto, pero las altas temperaturas hacen que el módulo produzca menos.” La mejor zona para instalar una planta, por sus bajas temperaturas y sus niveles de radiación es el Bajío. “Ahí sí es sencillo”, dice.
Capacidad y generación en México de centrales solares.

Capacidad y generación en México de centrales solares.

  3. La consolidación del viento Uno de los sectores renovables más consolidados en México es la energía eólica. “Tenemos una de las mejores zonas en tierra firme del mundo en Oaxaca”, dice José Pablo Villanieva. La energía eólica está desarrollándose con una velocidad impresionante, dice el directivo de Sener. “Pensamos que para 2018 existan 9,000 megawatts adicionales, con inversiones aproximadamente de 14,000 mdd. Esto te refleja la existencia de una certidumbre para la inversión.” La inversión para una central eólica es de 2 millones de dólares. En México hay 31 centrales, concentradas en los estados de Oaxaca y Tamaulipas. El potencial probado de la energía eólica es de 30,000 gigawatts hora, que es como se mide el potencial de generación, y 50% corresponde a eólica, “porque es una tecnología más madura, con costos más competitivos”. El poder identificar y el potencial probable es de 70,000. “Lo que tenemos en Oaxaca son casi 3,000 megawatts que está contribuyendo a buena parte del sureste del país, por ejemplo, el propio estado”, comenta Villanueva. El desarrollo de la energía eólica en México va por anillos, pues las oportunidades de instalación se han ido agotando. “No puedes poner recursos infinitos en la entidad porque saturas la red.” En el segundo anillo hay menos viento, pero el incremento de tarifas abre oportunidades, dice José Pablo Villanueva, no de 40%, pero si de 35% aproximadamente. Incluso terceros anillos, como en el caso de Puebla, Nuevo León y Coahuila, y si los costos siguen bajando, Fernández espera que se abra un cuarto círculo. ¿El reto? las energías intermitentes  como la eólica requieren del apoyo de otras fuentes como la hidroeléctrica cuando no hay viento. Por lo que la diversificación energética es el vehículo para la transición energética del país.
Capacidad y generación En México en centrales eólicas.

Capacidad y generación En México de centrales eólicas.

 

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