Parecería obvio, pero si desde la niñez se habla del dinero con naturalidad, afecto y conforme la edad e intereses, se podrán obtener resultados positivos en los adolescentes y adultos. Me parece que, de esa manera, los niños y jóvenes en las familias mexicanas podrán entender el valor de las cosas, el esfuerzo para obtenerlas, así como la necesidad de generar hábitos de ahorro y consumo.
Mi padre fue un hombre de pocos estudios, pero siempre metódico que supo construir para él y su familia un entorno económico estable de modo que pudiéramos desarrollar desde ese punto una vida plena con salud financiera.
¡Y qué importante es el bienestar financiero! Respecto a este tema, la Encuesta Nacional sobre las Finanzas de los Hogares (ENFIH) que recientemente dio a conocer el Inegi señala que solamente 12.8% de la población de 18 años o más considera que le queda algo de lo que percibe al mes para ahorrar; y 66.5% que solo le alcanza para lo necesario. Sin duda, necesitamos ser muy cuidadosos al decidir en qué y cómo gastamos nuestro dinero.
Cabe mencionar también que la mayoría de las personas no tiene el hábito de hacer un presupuesto familiar por sencillo que sea. Recuerdo que desde niño mi papá me llevaba con él a realizar operaciones en las dos únicas sucursales bancarias que existían en mi pueblo natal Comalcalco, Tabasco, y lo observaba realizar sus depósitos, pago a proveedores con cheques, el registro de los| ingresos, la revisión de los estados de cuenta, entre otras cosas.
¿Te perdiste este texto de Óscar Rosado? Chécalo: ¿Por qué es importante la educación financiera?
Puedo compartirles que, además de observar y aprender con su ejemplo, mi padre me decía que nunca se podía gastar más allá de tus ingresos, que esa era la primera regla de oro; solo ocasionalmente se podía utilizar el crédito para adquirir cosas útiles que pudieran darte más ingresos o mejorar tu calidad de vida al paso del tiempo.
En ese sentido, la percepción de los mexicanos en cuanto a cómo hacer frente a imprevistos económicos es muy particular, pues casi 65% considera primero recurrir a préstamos de familiares, amigos o conocidos; 35% usualmente empeña algún bien; solo el 18% considera solicitar un crédito.
Lo que estas cifras nos dejan ver es que todavía falta mucho por hacer en materia de educación financiera, ya que muchas personas no saben cómo utilizar el crédito a su favor o temen endeudarse con alguna institución financiera.
La segunda regla que me enseño mi papá fue la construcción de un fondo para cubrir emergencias de salud o de educación y que estuviera disponible de inmediato una parte considerable, aun sacrificando rendimiento. Claro que en esa época no existía la gama de productos financieros que hay ahora, muchos de ellos generan rentabilidad y liquidez al mismo tiempo.
Lee aquí a los columnistas más destacados en +Dinero de Forbes México
Por ejemplo, en la actualidad mucha gente que quiere ahorrar o invertir su dinero no sabe de “Cetesdirecto” que es una plataforma por internet muy segura en la que puedes abrir tu cuenta en menos de cinco minutos y comenzar a ahorrar desde $100 pesos con atractivos rendimientos y muy bajo riesgo, sin comisiones y con disponibilidad diaria. Incluso, los padres de familia pueden abrir una cuenta para que los niños comiencen a familiarizarse con este poderoso hábito.
Finalmente, la tercera recomendación que me dio fue tener orden en la vida personal y familiar. Ahora a la distancia me queda claro que hay una vinculación enorme entre la salud financiera, física y mental; que los tres son un eje transversal que corre de un lado a otro para que nosotros y quienes nos acompañen en esta aventura llamada vida tengamos una existencia digna y plena.
*Óscar Rosado Jiménez es presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
¿Ya nos tienes en Facebook? Danos like y recibe la mejor información
