Por Ximena López y Jorge Ramírez Hace unas semanas, los medios y las redes sociales se vieron saturados por el sorpresivo título de la Barclays Premier League. Por primera vez en sus 132 años de historia, el pequeño equipo Leicester City FC (LCFC), de una ciudad de apenas de 290,000 habitantes, se coronó campeón de la liga inglesa de futbol en la temporada 2015-2016. Una historia enmarcada entre los conceptos del “heroísmo” y la “Cenicienta”. El título de los Foxes fue básicamente el de un cisne negro para el mundo deportivo. En pocas palabras, una imposibilidad hecha realidad. La victoria de este equipo fue todo menos predecible, y su hazaña va más allá del deporte: el equipo dio una cátedra de productividad al lograr el campeonato con mucho menos recursos que sus rivales. A principios de la temporada, la inversión en jugadores por parte del LCFC destacó por ser mucho menor que la de los principales equipos de la liga. Tomando en cuenta el costo de cada club en salarios, el LCFC apenas gastó 800,000 libras por punto obtenido, mientras que el Chelsea FC, el campeón de la temporada pasada, invirtió alrededor de 2.29 millones de libras por punto. Asimismo, mientras que los cuatro líderes históricos de la liga (Arsenal, Chelsea, Manchester City y Manchester United) cuentan con un valor de mercado promedio de 463 millones de euros, el valor del Leicester City sólo llega a 127 millones, alrededor de una cuarta parte. Es importante señalar que los resultados del equipo no se apoyaron en un gasto abundante, sino en la eficacia de su defensiva. Durante la temporada 2015-16, los Foxes tuvieron 0.27 errores defensivos por partido, mientras que los últimos dos campeones, el Chelsea y el Manchester City, tuvieron 0.5 y 0.61 en sus respectivas temporadas de campeonato. Fuera de la arena del futbol, el campeonato de los Foxes es, en esencia, el sueño realizado de una pequeña empresa, una que compite contra grandes corporativos por una porción del mercado. Ante ello, vale la pena preguntarse si existe algo que aprender, en términos de desarrollo económico, sobre esta historia de ensueño. Primera lección: La certidumbre en las reglas del juego es esencial para todos los jugadores. Es decir, el Estado de derecho es fundamental. Durante los 90 minutos del partido, las mismas reglas aplican tanto para Sergio Agüero del Manchester City (cuyo valor de mercado es 60 millones de euros) como para N’Golo Kanté del Leicester (10 millones). En contraste, la aplicación de las reglas en México es sesgada, pues dependiendo de quién o a quién se le aplican, las oportunidades de desarrollo para empresas se vulneran, y se perpetúa la corrupción. De hecho, de acuerdo con el Reporte de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, la mayoría de los empresarios califica la corrupción como el principal obstáculo para hacer negocios en nuestro país. Segunda lección: Es importante un plan claro y definido a largo plazo. Al inicio de la temporada, Claudio Ranieri, director técnico del Leicester, declaró que la estrategia del equipo era simple: disminuir las anotaciones en contra, y así asegurar la permanencia en la liga. Al final, el equipo sólo concedió 35 goles en 37 jornadas[1]. De manera paralela, en México es evidente una falta de planeación de largo plazo en algunas de las temáticas más importantes en política pública. Un ejemplo claro es lo ocurrido con la crisis ambiental en la zona metropolitana. La actual situación ha evidenciado la ausencia histórica de una política urbanística y de movilidad en la capital del país, y ha dejado entrever la implementación cuasi única de medidas reactivas y de corto plazo como el Hoy no Circula. Tercera lección: Aprovechar las ventajas comparativas del capital humano es fundamental. En el Leicester City, Ranieri construyó su estrategia en los contragolpes para aprovechar la velocidad de sus delanteros y solidez defensiva. En este sentido, en el gobierno federal se hace justo lo opuesto. La habilidad política y los compadrazgos parecen haber sustituido la experiencia y los objetivos como criterio para ser titular de una secretaría. Por ejemplo, el titular de la SRE está ahora al frente de la Sedesol, y la titular de la Sedesol ahora dirige la Sedatu. Asimismo, existen secretarios que no han sido eficientes en su labor y permanecen en sus respectivas carteras. En pocas palabras, un portero no puede convertirse en delantero, y si un jugador no es competitivo, su lugar tiene que ser la banca. Al principio de la temporada, todas las variables del Leicester City proyectaban un equipo no competitivo, destinado a descender de división (las apuestas para su título eran 5,000 a 1). Sin duda, hay factores no controlables en el mundo deportivo, he ahí la “magia del futbol”; sin embargo, esta temporada el LCFC demostró que una estrategia congruente, reglas e incentivos claros, y la voluntad, pueden romper el estancamiento de un equipo. Hoy es posible romper el paradigma del ineficiente funcionamiento del desarrollo económico del país. Con los cambios correctos, México podría ser el nuevo cisne negro de la economía mundial; por el contrario, protegiendo el statu quo de corrupción, improvisación y falta de visión seguiremos en la parte baja de la tabla. Mientras tanto, a celebrar triunfos ajenos.
[1]El domingo 15 de mayo de 2016, el Leicester City cierra la temporada contra el Chelsea FC.
Ximena López (@chims_) y Jorge Ramírez Mata (@j_ramirezmata) son investigadores en CIDAC.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @CIDAC Facebook: cidac Página web: cidac   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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