El consumo fue el motor de crecimiento de México en 2015, y se espera que este indicador sea un factor positivo durante 2016; sin embargo,  puede verse en riesgo por un traspaso del tipo de cambio en la inflación, más alzas de tasa de Banxico, que reducirían el crédito y el menor número de empleos en el sector de la construcción tras el recorte al gasto público de Hacienda.   A pesar de la crisis del petróleo y la debilidad del peso frente al dólar, la economía mexicana superó la turbulencia externa: el Producto Interno Bruto (PIB) de México logró un crecimiento de 2.5% durante 2015, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y dentro del rango proyectado por el gobierno (2.3 y 2.8%). ¿Y qué impulsó a la economía de nuestro país el año pasado? El mercado interno, es decir, el consumo de bienes y servicios, que representa más de 60% del PIB. Uno de los indicadores que reflejan el buen momento del consumo son las ventas comparables de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), que crecieron 6.7% en 2015. Otro dato que apoya el desempeño del mercado interno es el Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI) anual, que avanzó 3.3% en el último dato disponible de 2015. Pero existen riesgos que pueden desacelerar al principal motor económico: desde el traspaso del tipo de cambio a la inflación, menos empleos por el recorte a las finanzas públicas, hasta un impacto al crédito de las familias mexicanas por el alza de tasas del Banco de México (Banxico). El 17 de febrero, el banco central mexicano aumentó en 50 puntos base su tasa de interés. Este movimiento busca defender al peso contra el dólar. El gobernador de Banxico, Agustín Carstens, explicó que la decisión se tomó antes de que surjan “expectativas de inflación que no estén en línea” con las del organismo (de 3%). Hacienda recortó 132,000 mdp al gasto público. Aunque la mayor parte del ajuste será para Pemex (100,000 mdp), también pospuso obras de infraestructura en el país, como la ampliación de la línea 12 del Metro, de Mixcoac a Observatorio.   ¿Por qué el consumo es vital? Pese a las medidas de las autoridades gubernamentales, el consumo será, otra vez, el factor principal de crecimiento. Hay varias razones: la inflación seguirá baja (en línea con el objetivo de Banxico), las exportaciones manufactureras se han reducido y la tasa de ocupación continúa vigorosa, dice en entrevista el coordinador del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Eduardo Loría Díaz. La confianza del consumidor creció en enero 1% frente a diciembre del año pasado, con cifras desestacionalizadas. Esto se debió a una mejoría en la perspectiva económica a futuro de los hogares y su capacidad para adquirir bienes duraderos (como automóviles, electrodomésticos y aparatos electrónicos). Sin embargo, las ventas minoristas y mayoristas en diciembre de 2015 mostraron una desaceleración. Las minoristas crecieron 3.9% anual en diciembre, su nivel más bajo en 2015. Éstas se contrajeron 1.6% frente a noviembre, según el Inegi. Al mayoreo, las ventas reportaron una caída mensual de 1.5%. En su comparación anual apenas crecieron 1%. El consumo va a crecer 2.4% este año, desde 3% en 2015, estima Laura Iturbide, catedrática de la Universidad Anáhuac. ¿Qué podría desacelerar al motor de crecimiento de México? Existen tres riesgos que los especialistas consideran como los principales ‘enemigos’ del consumo interno para 2016. Te los presentamos a continuación:   1. Traspaso del tipo de cambio a la inflación El primer riesgo latente para 2016 es el traspaso del tipo de cambio a la inflación (2.61% en enero). En la primera semana de febrero, el dólar llegó a un récord histórico al venderse en 19.50 pesos en ventanillas bancarias. “Banxico salió del mercado de subastas ordinarias, subió la tasa de interés, y en una acción coordinada, Hacienda decidió bajar el gasto público y poner menor presión a la demanda”, dice Eduardo Loría. Uno de los rubros que más se contaminaría por el tipo de cambio este año sería el consumo de medicinas, advierte el investigador de la UNAM. ¿Cómo cuáles? Aquellas contra enfermedades de alta complejidad, como cáncer o diabetes, cuyos medicamentos son importados y que rebasarían el margen de inflación, dijo en una conferencia de prensa el socio líder de la industria de ciencias de la vida y cuidado de la salud para la consultora Deloitte, Jorge Cueto.   2. Impacto del recorte en el empleo. Las medidas del recorte presupuestal, equivalente 0.7% del PIB, tendrían un impacto negativo sobre el mercado laboral, que se traduciría en un menor consumo. “El riesgo es que vaya a impactar directamente en la creación de empleos, que traería una contracción en la remuneración de asalariados y, por lo tanto, en el consumo”, dice Eduardo Loría, de la UNAM. La creación de empleo durante enero de 2016 fue de 69,170 plazas, 9,386 más que las reportadas en enero de 2015 (59,784), y 13,808 por arriba del promedio de los 10 años previos (55,362), según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Loría considera que uno de los sectores de empleo más afectados sería la construcción “porque está muy vinculado al ciclo económico” de México, pero también los empleos  se recortarían del sector público y Pemex. “Algunas industrias que no se están moviendo mucho desplazan personal. Por ejemplo, la industria minera y construcción”, dice Iturbide. El recorte también impactará a empresas que proveen algún producto o servicio al gobierno federal, así como a proyectos de infraestructura que ya no se van hacer (como la ampliación de la línea 12), que representa una merma de 40%, señala la catedrática de la Anáhuac.   3. Encarecimiento del crédito El aumento de Banxico es probable que tenga un impacto al costo del dinero, según la catedrática de la Universidad Anáhuac. “La tasa de referencia de Banxico en 50 puntos complica un poco el acceso al crédito; por lo menos incrementa  los costos financieros, que será otra toma de decisión que tendrán que asumir los consumidores y las empresas a la hora de hacer inversiones  o generar consumo”, coincide Joan Enric Domene, analista económico de Banco Invex. Cuando Banxico sube su tasa de referencia (hoy en 3.75%), el resto de las tasas de crédito también sube, explica Iturbide. También estima que más de 50% del consumo en México se hace a través de tarjetas de crédito. “La mayor parte de las compras al menudeo no se hacen en efectivo, sino a crédito. Y ahí viene el mayor impacto del costo financiero.” El investigador de la UNAM, por su parte, espera que la institución gobernada por Carstens aumente adicionalmente 50 puntos base la tasa de referencia este año (que quedaría en 4.25% al cierre de 2016), que el crédito se contraiga y, por tanto, que se reduzca el consumo privado.

 

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