Por Ismael Jiménez Su aspecto de mujer aguda, su manera de dirigirse con sus colaboradores y la seriedad que imprime a su mirada, son sólo el reflejo de su disciplina y de sus principios en el código de los negocios. Y no es para menos, Mariana Dávalos es la directora general de Franquicias Aquamatic y además encabeza el corporativo que administra una empresa inmobiliaria y una planta productora de detergentes. Probablemente la personalidad y el cargo de Mariana serían irrelevantes si no fuera por dos cosas en particular: la primera, es una joven empresaria de 31 años de edad que dirige un corporativo que factura arriba de 180 millones de pesos anuales. La segunda, que es la dueña y creadora de una de las marcas de franquicias más exitosas de los últimos años. Mariana dirige una firma de más de dos mil empleados que opera más de 100 establecimientos en todo el país. Su nivel, la coloca por su edad, más allá de la generación de los jóvenes emprendedores, pues ella ya es una mujer de negocios consolidada. Egresada de la Universidad Autónoma de Guadalajara de la Facultad de Administración, con tan sólo 25 años, se echó acuestas la responsabilidad de dirigir la empresa que creó su padre. Mariana tomó las riendas de la empresa aún antes de terminar la carrera, debido a que su padre, tuvo que dejar la dirección de la empresa por causas de salud, y cuando sus dos hermanos mayores, decidieron declinar en ella, dicha responsabilidad. Desde muy pequeña, la menor de la familia Dávalos, se interesó por las actividades que se realizaban dentro de la cadena de tintorerías Aquamatic. Comenzó a trabajar a los 13 años como ayudante de Recursos Humanos, su interés estaba centrado en el área de producción pues le extrañaba la jornada tan larga que tenían los empleados. Así dejó la oficina y comenzó a involucrarse con los procesos de limpieza de las prendas de vestir. Luego de dos años, pasó al área de operaciones en donde Mariana comenta que su padre le impuso el reto más grande para ese momento: aprender a hacer de todo, desde lo más pequeño hasta los más pesado y complicado en la operación de la tintorería. Mariana recuerda los consejos de su padre y enseñanzas como una relatoría de metáforas; de esa manera, la hoy directora de Aquamatic, fue aprendiendo de la experiencia y del día a día de la operación de las distintas sucursales que visitaba junto con su padre durante la jornada diaria. Cuando llegaba a una sucursal, lo que generalmente hacia era observar toda la operación, el comportamiento de los clientes, la calidad de la atención que se les daba y las necesidades que se iban presentando con cada uno de ellos, menciona la directora de Aquamatic. Mariana comenta que había momentos en los que su padre le encomendaba como tarea al llegar a cada sucursal, encontrar hasta 500 áreas de oportunidad para mejorar el negocio. “Eso significó una gran enseñanza para mí porque encontraba los contrastes entre lo que yo veía y lo que él observaba”, refiere. En una ocasión ya con la salud diezmada, el padre de Mariana llamó a su hija, de 21 años, para ofrecerle una de sus últimas enseñanzas: entender, que ella iría durante toda su vida en una bicicleta cuesta arriba cargando cada vez más cosas. “Siempre irás en bicicleta, no irás en moto, nunca de bajada y nunca dejarás de cargar cosas, debes estar siempre preparada para tener la fortaleza y no dejar de pedalear y por el contrario, agregar más cosas a la fuerza que necesitarás para que nunca se agote la fortaleza que se requiere para salir adelante”. Esta enseña marcó la vida de la joven empresaria; y a partir de ese momento, trazó el rumbo de lo que sería su futuro empresarial. Ya con las riendas de la empresa bajo su mando, Mariana lleva a Aquamatic a convertirse en una franquicia, y aunque la idea original de convertir la compañía en un negocio franquiciable, fue de su padre, ella debió desarrollar toda la gestión estratégica y de negocios para que la marca pudiera comenzar el proceso. “El expertis que habíamos desarrollado con la operación del negocio, fue lo que llevó a mi padre a vislumbrar la posibilidad de franquiciar y replicar el modelo que habíamos perfeccionado. La ventaja que tenemos es que no dejamos la operación y comenzamos a franquiciar, eso es lo que considero, es parte de nuestro éxito”, reseña Mariana. Como otras franquicias, el inicio no fue simple y desde el primer día iniciaron el proceso de aprendizaje para conocer la operación de una franquicia, medir sus fuerzas de respuesta para con el franquiciatario y para con el cliente final y así poder preservar, el nivel de la marca. Esto le permitió a la compañía tomar la experiencia necesaria e iniciar el proceso de crecimiento de ventas de franquicias luego de abrir las dos primeras en el 2007. Mariana comenzó a dirigir la empresa en 2010 y hoy, Aquamatic está considerada como una de las franquicias mexicanas más exitosas a tal grado de que ha sido objeto del deseo de algunos inversionistas para poder hacerse con la compra de la compañía. La empresa ha evolucionado y su core business, no termina en las tintorerías y franquicias. La empresa tiene una planta productora de detergentes, que le garantiza la proveeduría a su cadena de establecimientos de los insumos de limpieza bajo un mismo estándar. También están desarrollando sus propios sistemas informáticos en los que invierte 4 millones de pesos anuales, que ayudan en la administración y operación de todas sus unidades y de la gestión central. La bicicleta apenas comienza a tomar subida, “nos encontramos al inicio de lo que queremos y hemos soñado para Aquamatic. Considero que este será, el momento del despegue para alcanzar nuevos mercados y nuevos horizontes”, señala una de las empresarias más jóvenes de México.

 

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