- Un potencial socio comercial en Rusia dijo que intercambió mensajes, hace poco, con la familia Trump. sean deportadas bajo la presidencia de Trump”.
- Ruffin y la Trump Organization están considerando desarrollar un casino Trump en Las Vegas, que tal vez sea reforzado por un acuerdo federal que incluye un tren de alta velocidad con conexión a Los Ángeles. Un asunto que ha discutido con el propio presidente, según Ruffin.
- El socio de Trump en Indonesia, Hary Tanoesoedibjo, pretende utilizar la estrategia de Trump para convertirse en el presidente del cuarto país más poblado del mundo, y, recientemente, ha sido acusado de formar parte de un supuesto complot para acusar a un oficial de gobierno por asesinato.
- La actitud de Trump hacia los musulmanes estimuló, en parte, una pelea familiar entre sus socios en Turquía.
36 magnates con lazos más que amistosos con Trump
Ningún mandatario estadounidense ha traído consigo tal cantidad de socios ricos que, a fuerza de acuerdos previos y asociación de marcas, pueden obtener beneficios en tiempo real.
Una noche antes de que Donald J. Trump se convirtiera en el presidente número 45 de Estados Unidos, su recién inaugurado Trump International Hotel, en Washington, DC, sirvió como santuario interno de capital. Las barricadas rodeaban el lugar y era imposible entrar si no tenías una habitación o reservación.
Como cualquier otro club secreto y exclusivo, éste toma forma cerca del bar del vestíbulo, lleno de botellas de Dom Perignon y con una bandera gigante de Estados Unidos desplegada en el lugar. Allí, Hary Tanoesoedibjo, el multimillonario socio comercial indonesio de Trump, se sentaba en un sofá lujoso y enviaba mensajes de texto al socio multimillonario de Trump de Dubai, Hussain Sajwani. Eventualmente se conocieron y luego Tanoesoedibjo publicó una foto en Instagram de él, Sajwani y sus esposas en el vestíbulo del Trump International Hotel. Arriba, Phil Ruffin, socio multimillonario de Trump en Las Vegas, se instaló en una habitación de 18,000 dólares la noche. La suite presidencial, dice Ruffin, estaba reservada para el presidente electo. Cuando, más tarde, el magnate se quejó del precio de la habitación, el presidente Trump respondió que no tenía nada que ver con eso. Ruffin podría necesitar ese dinero: su esposa, Oleksandra, ex Miss Ucrania, habló con la esposa de Sajwani sobre su amor mutuo por la joyería.
Al menos 14 miembros de esta comunidad de socios, de Turquía a la India y hasta Filipinas, asistieron a la inauguración del hotel. “La gente a menudo dice que los socios no son necesariamente amigos, casi como si fueran mutuamente excluyentes. Si eres un socio, no eres un amigo y, si eres un amigo, no eres un socio”, dice Eric Trump, hijo del presidente y quien quedó a cargo de la Trump Organization, junto a su hermano Donald Jr. “Creo que es una forma equivocada de pensar”.
Todos estos amigos, antiguos y nuevos, mezclados con una cantidad impresionante de poder y dinero, no producen una buena receta para dormir ocho horas. Joo Kim Tiah, un heredero de Malasia que, en breve, inaugurará la más nueva Trump Tower del mundo, en Vancouver, finalmente se quejó: “¿Saben ustedes qué hora es?”
“Lo siento, señor Tiah, no podemos bajar la voz”, responde al empleado del hotel.
“Esto sucede una vez en la vida”.
Y así es. Nunca un presidente de Estados Unidos había tomado posesión con activos tan inmensos y complicados. Ningún mandatario estadounidense ha traído consigo tan grande cantidad de socios ricos que, a fuerza de acuerdos previos y asociación de marcas, pueden obtener beneficios en tiempo real, a medida que se desarrolla el mandato del presidente.
Para entender mejor esta red global, FORBES examinó a cada uno de estos 36 socios, viajando a cinco países para entrevistar a más de una docena de ellos. En el proceso se hicieron los siguientes descubrimientos: