El ex editor en jefe de la revista de tecnología más influyente del planeta es feliz dirigiendo una fábrica de drones en Tijuana que, presume, genera ingresos multimillonarios.   Por Hiroshi Takahashi   Chris Anderson no extraña ser el editor en jefe de la revista Wired. No sabía que los mexicanos necesitamos visa para entrar a Estados Unidos y creía que Tijuana era solamente un lugar para tomar tequila barato. Sin embargo, hoy hace teorías perfilando a México como el polo global de manufactura de tecnologías avanzadas. Chris es el director general de 3D Robotics. “(La empresa) tiene tres años, somos uno de los principales fabricantes de tecnología para construir drones y de naves listas para volar”. Durante casi 12 años fue editor de la revista más influyente en el mundo de la tecnología, hasta que se encontró con un joven mexicano llamado Jordi Muñoz, quien le dio argumentos suficientes para arrancar un negocio millonario de robots en Tijuana. Anderson agrega que uno de cada tres clientes compra robots voladores por hobby; uno de cada tres es desarrollador, es decir, académico o ingeniero especializado en plataformas abiertas; además, uno de cada tres drones tiene que cumplir con alguna tarea, como vigilar campos de cultivo o grabar algunas imágenes para Hollywood. Forbes México se encontró con él en una reunión de IBM, que tuvo lugar a finales de mayo en la Ciudad de México.   El cambio de giro El 2 de noviembre de 2012 una noticia sacudió al mundo editorial: Chris Anderson dejaba su puesto como editor en jefe de la revista Wired. Durante su dirección, la revista pasó de ser una publicación contracultural a un símbolo mainstream, con gran cobertura de negocios, grandes ideas y deliciosas piezas narrativas. Su circulación pasó de 500,000 ejemplares mensuales, a 825,000. Sin embargo, le llovían las críticas negativas. Antes de que se anunciara la salida del editor en jefe estrella, un tuit hizo mucho ruido. Matt Buchanan criticó que las portadas de Wired durante 2012 habían sido robots y tipos blancos. Otra de las fuertes críticas que recibió el año pasado la revista Wired es que había dejado a los hackers y las crónicas de tecnologías emergentes, para hablar solamente de robots y emprendedores blancos haciendo negocios desde la comodidad de su suburbio. La mayoría de las portadas del año circularon en Twitter como prueba de que el editor en jefe, Chris Anderson, simplemente alineaba el contenido de la publicación a sus intereses: los drones y el movimiento make. El movimiento make, si no estás familiarizado con la palabra, se refiere a los inventores modernos. Comparten sus conocimientos descargados de la red y los ponen en práctica con la tecnología que está disponible en el supermercado. Es lo que Chris Anderson llama la tercera revolución industrial. Fue precisamente en una comunidad de makers (el foro DIY Drones), cuando Anderson conoció a Jordi Muñoz, hoy presidente y líder de ingenieros de 3D Robotics.   La maravillosa conexión La conexión entre el reconocido editor y el genio mexicano empezó a tejerse en 2007, cuando Chris Anderson comenzó a meterse de lleno a estudiar los drones. Jordi incluso posteó un video, con el que todos entendieron cómo crear un dron con una plataforma electrónica abierta (Arduino) y piezas de una Wii. “Comenzamos a platicar en línea y luego acordamos hacer un proyecto juntos. Funcionó bien y luego hicimos otro proyecto. De pronto, un grupo de personas nos dieron las gracias por postear los códigos y las instrucciones, pero en realidad querían comprarlos ya hechos, no hacerlos. Fue entonces que le dije a Jordi que iniciáramos una empresa”, recuerda. dron1 Jordi tenía 21 años en ese entonces, dejó la escuela y se dedicó de lleno a 3D Robotics. “Somos como 80 empleados hoy”, dice Chris. “Nuestro cuartel general de ingeniería está en San Diego, la producción se hace en Tijuana y el centro de negocios está en Berkeley, California”. Cuando la gente piensa en drones, piensa en guerra… Sí, pero no hacemos drones militares. Hacemos drones para civiles. Los que usas para la agricultura, observación de plantíos; los que se usan para educación, búsqueda y rescate. Para el fin que sea, puedes ser dueño de uno desde 500 dólares. ¿Estamos frente a un disruptor? Chris, por lo pronto, afirma que no existe una tecnología disruptiva, sino muchas. Una de ellas se genera gracias a la guerra de los smartphones. Dentro de cada dispositivo. Recuerda que la batalla por el mejor teléfono genera sensores y aditamentos más baratos, que han potenciado el desarrollo en otros campos, como el de los drones.   ¡Tequila! Antes de conocer a Jordi, Chris pensaba que Tijuana era un lugar para tomar tequila barato. Ahora, la describe como la mejor ciudad para ensamblar tecnología. Chris vivió en China, cuando trabajaba para el semanario The Economist. Le tocó observar la fórmula del éxito del modelo económico chino.  “Entiendo la combinación Shenzhen-Hong Kong, y veo destellos de eso en San Diego y Tijuana”, dice. “Veo la combinación de un país desarrollado con uno en vías de desarrollo; tener a los ingenieros en un país y la producción en otro. Una combinación que funciona muy bien en Asia”. Hoy, 3D Robotics cuenta con empleados que laboraron durante más de una década para la coreana Samsung, y les enseñan acerca de los estándares mundiales de producción. Se le recuerda que, al margen de esta producción, los beneficios no se sienten tanto en México, en términos de educación o salarios. Rechaza esta percepción, y dice que contratan muchos mexicanos. “Mi compañía es 70% mexicana”, presume. “Este país es más diferente de lo que pensé”.   El futuro ya está aquí ─ ¿No extrañas tu revista? Fue un esfuerzo de 12 años, es mucho tiempo. Era un trabajo fantástico, siento que logré todo lo que quería, pero 12 años… Creo que nadie debería hacer un trabajo por más de 12 años. ─ ¿Qué cosas estás leyendo ahora? No leo mucho como tú crees. En términos de noticias, sólo las leo en un contexto social, no leo periódicos, sólo los links que la gente me manda. Sólo sigo el consejo de mi red. ─¿Presientes que algo malo va a pasarle a los medios? No, no, no… los medios están bien, mira, YouTube no mató a Hollywood. La tecnología destruye monopolios, pero no destruye industrias. Wired vivió su mejor año en 2012. Los medios de calidad lo seguirán haciendo bien. “Yo nunca hago predicciones del futuro, es una regla, soy bastante malo”, dice Chris cuando le pedimos que nos diga cómo se imagina el futuro a corto plazo; le recordamos que muchas de sus ideas expuestas en el libro The Long Tail hoy dominan el mundo de los negocios. “Pero no necesito hacerlo, hay una frase famosa del escritor William Gibson que dice: ‘El futuro ya está aquí, pero desigualmente repartido’”. “Sólo tienes que identificar cuál de esas débiles señales o semillas van a convertirse en algo grande. Lo único que hago es mantener mis ojos abiertos ante las cosas interesantes que suceden en cualquier lugar del mundo y, si puedo ver la semilla o algo interesante, hago lo que puedo para que se convierta en algo grande”. wired1

 

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