Mientras que los mercados y los inversionistas se mantienen expectantes a la decisión de política monetaria que dará a conocer esta tarde la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, la principal interrogante es si el banco central comandado por Janet Yellen optará por mantener intacta su tasa clave o si sorprenderá al realizar un ajuste. Ante esta incertidumbre, la moneda mexicana se ha visto castigada y apenas en la previa alcanzó un nuevo máximo histórico de 19.9046 pesos por dólar durante la sesión del martes, para cerrar con una depreciación de 0.71%, cotizando en 19.83 unidades. Sin olvidar que en su precio a la venta en los bancos capitalinos ha alcanzado hasta los 20.24 pesos -en la mañana de este miércoles- y un precio máximo de cierre de 20.13 unidades, situación que los analistas consideran que se mantendrá al menos hasta el 8 de noviembre, cuando concluyan la elección presidencial de Estados Unidos. Lee también: Tipo de cambio, ¿síntoma de una nueva crisis? Además, en lo que va septiembre, el peso acumula una depreciación de 5.33%, colocándose como la divisa más depreciada entre las monedas de economías emergentes, de acuerdo con cifras de Banco Base. Dada la evidente sobrerreacción del mercado cambiario a la posibilidad de que la Fed suba su tasa de referencia, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico Financiero de Banco Base, destacó que se debe recordar que a pesar de que la probabilidad implícita de que el banco central de EU suba su tasa en esta reunión se ubica en 22%, “la decisión final está en manos del FOMC y no del mercado”. Asimismo, enlista cuatro argumentos que son suficientes para que la Fed justifique este miércoles un incremento a la tasa de referencia en al menos 25 puntos base: 1) En EU la inflación se ubicó en 1.1% durante agosto, mostrando una tendencia al alza desde octubre de 2015 hacia el objetivo de 2%. Pero aún por debajo de esa meta. 2) El mercado laboral se encuentra cerca del pleno empleo y durante el año se han creado en promedio 182 mil posiciones laborales cada mes, señala Siller. 3) Durante el último mes, varios oficiales de la Fed ofrecieron una postura bastante consistente en relación a las condiciones macroeconómicas positivas de la economía de EU y la posibilidad de incrementar la tasa de referencia en alguna de las siguientes reuniones. Además, varios presidentes regionales también agregaron que el mercado ha subestimado la probabilidad de un incremento en septiembre. Te puede interesar: Dólar fuerte impactará a Liverpool, El Palacio de Hierro y Sears Cabe recordar que los gobernadores de la Fed Lael Brainard y Daniel Tarullo reiteraron hace poco que desean ver claros indicios de un fortalecimiento de la inflación antes de reanudar el ajuste monetario. Además el presidente de la Fed de Atlanta, Dennis Lockhart, dijo la semana pasada que debería haber una “discusión seria” sobre una subida de las tasas en la reunión de esta semana, mientras que John Williams, de la Fed de San Francisco, mencionó hace dos semanas que prefiere un alza “más pronto que tarde”. Por último, el presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, sostuvo a principios de mes que es cada vez más arriesgado retrasar el alza de las tasas de interés. Te recomendamos: Guerra comercial de Trump provocará recesión en EU, advierten expertos 4) Aunque los oficiales de la Fed han repetido que sus decisiones no son políticas, las elecciones presidenciales del 8 de noviembre si tienen implicaciones sobre los mercados financieros y la economía real. Por esto, las próximas dos reuniones de la Fed programadas para el 2 de noviembre y el 14 de diciembre, podrían no ser viables para un incremento a la tasa de referencia, cada una por motivos particulares. a.- La reunión del 2 de noviembre ocurrirá a unos días de las elecciones generales, por lo que los mercados financieros podrían sobre reaccionar de manera desordenada a cualquier ajuste de política monetaria, incrementando la cautela de la Fed. Te puede interesar: El tipo de cambio se mantendrá bajo presión hasta noviembre b.- La reunión del 14 de diciembre ocurrirá después de las elecciones generales, por lo cual no se sabe con certeza cuál será el escenario político y económico de Estados Unidos para esas fechas. “La posibilidad de que gane Donald Trump podría modificar las perspectivas económicas para Estados Unidos tal como el Brexit modificó las previsiones para Reino Unido, limitando la capacidad de la Fed para alejarse gradualmente de una postura altamente acomodaticia”, agregó la especialista de Banco Base. En resumen, para la Fed no existe certidumbre sobre el escenario político y económico que prevalecerá el próximo 14 de diciembre. Así, como dijo Torsten Slok, economista internacional jefe de Deutsche Bank, a Reuters este miércoles: “Lo último que la Fed quiere es perturbar a los mercados financieros con una gran sorpresa”. Todo se sabrá en unas horas. Lee también: Dólar a más de 20 pesos, cuestión de tiempo (no de Trump)

 

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