- Dinámica de crecimiento mundial: Tras la evolución reciente, el mercado actualmente descuenta un panorama bastante desalentador para la economía mundial, pero los datos económicos publicados nos están mostrando una realidad diferente.
- Materias primas: Los niveles de precios actuales de las materias primas ya se encuentran bastante deprimidos y cotizan cerca de mínimos vistos durante la crisis financiera mundial de 2008, cuando la economía mundial se encontraba en una posición mucho más débil.
- Política de los bancos centrales: Las tasas de interés del mundo siguen siendo comparativamente bajas y las medidas de relajación de los principales bancos centrales (BCE, Banco de Japón y Banco de China) deberían amortiguar los problemas de los mercados financieros. Asimismo, la Reserva Federal podría demorar aún más el comienzo del ciclo de aumento de tasas de interés.
- Tipos de cambio flexible: La mayoría de las divisas de mercados emergentes tienen hoy tipos de cambio flexibles, lo cual tiene un efecto de amortiguación frente a los shocks externos. Incluso China ha comenzado una transición hacia un tipo de cambio más flexible.
- Reservas de divisas: Los mercados emergentes se apoyan en reservas internacionales valuadas en más de 7 billones de dólares, lo que también permite a los responsables de políticas capear mejor las tormentas externas.
5 motivos por los que no habrá recesión en mercados emergentes
Si bien el riesgo de una crisis de mercados emergentes ha aumentado en el tiempo reciente, esto no constituye nuestro escenario de base, ya que cabe esperar que un conjunto de factores la contengan en el futuro.
Los activos de riesgo del mundo han sufrido una fuerte fuga de capital durante el último mes. La preocupación de que la economía mundial pueda estar perdiendo impulso llevó a muchos inversionistas a buscar seguridad en los bonos de deuda pública y los mercados monetarios.
Este contexto de creciente aversión al riesgo se ha visto impulsado por datos económicos débiles en los mercados emergentes, en especial en China, una devaluación del yuan y los precios débiles de las materias primas. Al analizar el contexto macroeconómico mundial, creemos que el entorno desfavorable del mercado posiblemente se normalice a lo largo de nuestro horizonte táctico de 6 meses.
Los datos procedentes de EU y la zona euro fueron sólidos y demostraron que la recuperación sigue su curso. Un dato importante es que –creemos– los bancos centrales están listos para prestar apoyo si la confianza se deteriora aún más.
Las perspectivas de China son más inciertas y los temores aumentaron tras el debilitamiento del PMI de manufactura. No prevemos que las condiciones empeoren en China. Más bien pensamos que la dinámica irá recuperándose gradualmente hacia finales de año, cuando la acumulación de los estímulos monetarios empiece a tomar tracción. En particular, China tiene la capacidad y la voluntad de poner en práctica más medidas de política monetaria.
En vista de la evolución reciente del mercado, los inversores están recordando crisis anteriores de los mercados financieros, en particular la crisis asiática de 1997. Si bien el riesgo de una crisis de mercados emergentes ha aumentado en el tiempo reciente, esto no constituye nuestro escenario de base, ya que cabe esperar que un conjunto de factores la contengan en el futuro: