Alrededor del mundo existen millones de personas en busca de un lugar para huir de las guerras. El Foro Económico Mundial recuerda a cinco refugiados que ayudaron a cambiar al mundo.   Los atentados en París no hicieron más que evidenciar y recrudecer el problema de los refugiados alrededor del mundo. Después de lo ocurrido en la Ciudad Luz, los controles se han endurecido en torno de las personas que buscan refugio para escapar de las guerras. La crisis de los refugiados es más fuerte en África y Medio Oriente, y es la Unión Europea la que más refugiados acepta. El terrorismo del llamado Estado Islámico (ISIS o ISIL, por sus siglas en inglés) ha orillado a millones de personas a huir de su tierra natal. El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) recuerda a cinco refugiados que ayudaron a cambiar al mundo.   Albert Einstein A pesar de ser uno de los científicos más famosos en Alemania, Albert Einstein fue obligado a abandonar el país después de las políticas antisemitas del partido nazi, que le dificultaban llevar a cabo su trabajo. Después de mudarse a Estados Unidos con su esposa, el físico ganador del Premio Nobel hizo todo lo posible para ayudar al mayor número de judíos alemanes con la presentación de solicitudes de visado y la formulación de recomendaciones personales. Pero su seguridad le causaba conflicto. “Estoy casi avergonzado de vivir en paz”, decía.   Sergey Brin Él podría ser uno de los empresarios más famosos de Estados Unidos, pero Sergey Brin no nació en realidad en ese país. En 1979, con el apoyo de la Sociedad de Ayuda Hebreo Inmigrante, Sergey y su familia lograron salir de la Unión Soviética, donde habían estado enfrentando un creciente antisemitismo. Sergey, que tenía sólo seis años cuando dejó su país natal, encontró muy difícil la transición. En 1998 fue cofundador de Google con Larry Page.   Madeleine Albright “Vinimos a EU con nada”, recuerda Madeleine Albright. Su familia, que huía del golpe de Estado checoslovaco, fue recibida en Denver con los brazos abiertos: “La gente era increíblemente agradable y nos proporcionó muebles y regalos de Navidad”. Después de instalarse pasó a convertirse en la primera mujer en servir como secretaria de Estado en Estados Unidos.   Henry Kissinger Cuando Henry Kissinger llegó a Nueva York con sus padres y su hermano, en 1938, la opinión pública de Estados Unidos estaba muy en contra de la concesión de refugio a los judíos que huían de la persecución nazi. Una encuesta de ese año revelaba que más del 67% de los estadounidenses se oponía a la idea. Kissinger y su familia estuvieron entre los pocos afortunados que lograron la admisión al país. Después de graduarse de la Universidad de Harvard pasó a servir como asesor de seguridad nacional y recibió el Premio Nobel de la Paz 1973.   Sigmund Freud Cuando la Alemania nazi invadió Austria en 1938, Sigmund Freud ya era un nombre conocido: sólo ocho años antes había sido galardonado con el Premio Goethe, en reconocimiento a su contribución a la psicología y la cultura alemana. A pesar de que inicialmente se resistió a abandonar Viena, el psicoanalista británico Ernest Jones logró convencer a Freud de que la situación se estaba poniendo demasiado peligrosa y lo ayudó a organizar su partida. Murió un año después de llegar a Inglaterra, pero fue elegido como el refugiado que hizo la contribución más significativa a la vida británica.

 

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