La violencia en algunos estados de la República Mexicana y el trato preferencial para otorgar concesiones de grandes proyectos son algunos de los motivos que minan el crecimiento de las inversiones chinas en el mercado mexicano. China ha puesto los ojos (y la inversión) en la región latinoamericana. En la última década, la nación asiática invirtió en México un capital estimado de 530 millones de dólares (mdd), cifra por debajo de los 31,400 mdd que destinó a Brasil; 17,500 mdd a Venezuela, y 16,500 mdd a Perú. Aunque ‘el dragón’ se ha convertido en el principal competidor de México en la industria textil, de calzado y siderúrgica, el país asiático no ha mostrado mucho interés en colocar inversión en nuevas filiales de empresas chinas en México.  Tan sólo en 2013, la nación asiática destinó 14,400 mdd a Latinoamérica y el Caribe, y de esos recursos, sólo 19.1 millones se dirigieron a México. “México es un país competitivo, pero necesita inversiones extranjeras para potenciar su economía. Este país es el segundo mercado más importante en América Latina; por ello resulta extraño que no sea una nación atractiva para China. ¿En qué está fallando México?”, cuestionó Bao Ronglin, presidente de la Asociación de Empresarios Zhonghua durante una conferencia en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). China tiene una participación comercial cercana al 9% en el mercado mexicano (a 2013), pero la IED china (276.5 millones de dólares) no representó siquiera el 0.1% de los 321,067 millones de dólares de IED acumulada durante el periodo 1999-2012. El martes, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y el primer ministro chino, Li Keqiang, anunciaron un acuerdo de inversiones por 53,000 millones de dólares, que ayudarán a mejorar la infraestructura e impulsar la economía de Brasil. Un ejecutivo de China Harbour Engineering Company Ltd (CHEC), unidad de la estatal China Communications Construction Co. Ltd., involucrada en la oferta original por el tren de alta velocidad entre la Ciudad de México y Querétaro, dijo a inicios de este año que la empresa está interesada en participar en una ampliación adicional del Canal de Panamá, cuyo valor asciende a 17,000 mdd, según cifras del administrador del Canal.   ¿Por qué China no invierte en México? Ronglin explicó que existen seis razones por las que las inversiones chinas no crecen en la segunda economía de América Latina.
  1. Inseguridad. En los últimos seis años, 11 empresas chinas invirtieron en la industria textil, agricultura, manufacturera y minera. Sin embargo, algunas cerraron sus operaciones por cuestiones de inseguridad, en especial las compañías mineras. “La violencia en estados como Guerrero, Michoacán y Zacatecas complica las operaciones de las empresas. La minería es un sector muy complejo para desarrollar aquí en México”, declaró. El directivo hizo un llamado a los gobiernos federal, estatales y municipales a fin de que ofrezcan los mecanismos necesarios para salvaguardar la seguridad de las empresas. Las firmas que llegaron en ese periodo son: Recursos Tyler, Grand Resources, Desarrollo Minero Unificado, Xin Tian de México, Gd Affiliates, Sinatex, Huawei, Risen Energy México, Lenovo, Minth y Sinohydro.
  2. Tipo de cambio variable. La depreciación del peso mexicano contra el dólar perjudica el balance de las empresas chinas que compran productos en México, lo que se traduce en un aumento de costos para el mercado consumidor chino y, por tanto, una pérdida de competencia para las empresas que habían decidido establecer su operación en el país. Sin embargo, la fortaleza del dólar también representa un punto a favor de las nuevas inversiones, pues “la devaluación es el momento indicado para que los empresarios vengan a invertir en México y ahorren en proyectos.”
  3. Prioridad a socios comerciales. Ronglin dijo que los países con los que México tiene tratados de libre comercio son los primeros que se benefician de las licitaciones. “En México es muy complicado ganar licitación debido a que el país le da prioridad a sus principales socios comerciales; sin embargo, a través de la reforma energética tenemos confianza en que China podrá ganar las licitaciones de proyectos grandes en el rubro.”
  4. Desconocimiento de las costumbres. Aunque ambas sociedades están fundamentadas en la familia, los inversionistas chinos no conocen cómo es la organización de la cultura mexicana, por lo que al momento de hacer negocios se enfrentan a dificultades. Del mismo modo, los empresarios mexicanos pocas veces conocen las costumbres y protocolos para celebrar tratos con ejecutivos chinos.
  5. Manejo del idioma. El idioma español es considerado por los empresarios chinos el más complicado de dominar, incluso por encima del inglés. Por lo tanto, cuando los empresarios llegan a México y no cuentan con un traductor se les dificulta hacer negocios.
  6. Manejo en el sistema político y legal. El ejecutivo dijo que las empresas chinas cometen el error de que cuando comienzan a operar en México, no contemplan que los sistemas políticos y legales son diferentes de los asiáticos. “A una empresa recién llegada que no conoce las costumbres de México y piensa que todo es igual que en China le costará mucho trabajo sobrevivir.”

 

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