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    No sólo son los gastos hormiga que realizas sin darte cuenta, existen conductas inconscientes que merman tu capacidad de construir un hábito de ahorro, aprende a detectarlas y eliminarlas.     México ha sido considerado en los últimos años como un país que puede convertirse en una potencia global, pese a ello, el 30% de las personas sigue guardando sus ahorros debajo del colchón y, de acuerdo con la última encuesta sobre Ahorro de la Asociación Mexicana de Afores (Amafore) 43% de los mexicanos no acostumbran a ahorrar. Las cifras son alarmantes, y no es que el ahorro pase desapercibido, en año nuevo, todo mundo piensa en proponerse hacer (ahora sí) un guardadito, pero tener esa previsión es un hábito, así como comer bien o tomar un tiempo al día para hacer ejercicio. Para adoptarlo, es necesario concientizar las conductas nocivas que cierran la puerta a la costumbre de reservar una parte del ingreso, así lo afirma, el subdirector comercial de Allianz Fóndika, Arturo Dorantes. Así, te presentamos algunas de los factores que boicotean tu ahorro ¿qué tan seguido incurres en ellos?
  1. Gastos hormiga. La Condusef estima que los fumadores que consumen una cajetilla de cigarros a la semana tienen un gasto anual de más de 2,000 pesos en tabaco, sin embargo, este tipo de desembolsos no son los únicos gastos hormiga ¿te has preguntado cuántos taxis has tomado porque se te hacía muy tarde en los últimos 15 días? o ¿cuánto has pagado de comisión por retiro de efectivo en un cajero que no corresponde a tu banco en lo que va del año? La respuesta a estas preguntas es sólo la punta del Iceberg de los gastos hormiga inconscientes que pueden evitarse, es sólo cuestión de dejar fuera los desembolsos que claramente pueden evitarse, es tan simple como salir de casa con tiempo o tomarte unos minutos para ubicar un cajero de tu banco.
  2. El uso inadecuado de créditos. La gente ahorra poco pero echa mano de los créditos para imprevistos. Es decir, en algún punto tiene que utilizar y reservar dinero para hacer frente a una enfermedad, la compra o reemplazo de un electrodoméstico o una reparación automotriz. El problema afirma Arturo Dorantes, es que en vez de organizarse y reservar ese recurso previo a que ocurra un imprevisto, los mexicanos prefieren reservar dinero para el pago de créditos que implican intereses, así, afirma Arturo Dorantes, un imprevisto puede convertirse en una bola de nieve para las finanzas personales y familiares.
  3. Fijar objetivos incorrectos. Aunque parezca incorrecto decirlo, ahorrar para comprar una casa o un auto desde cero puede ser una mala idea. Si no eres un ahorrador empedernido, lo ideal es que empieces por fijarte metas que puedas alcanzar de manera posible, pues si al cabo de un par de meses descubres que no llevas ni el 5% del valor del auto con el que sueñas puedes decepcionarte.
  4. No utilizar instrumentos financieros. Dinero que se queda debajo del colchón pierde valor, sin embargo, el 30% de los ahorradores utilizan alcancías o cajitas, o pañuelos como  lugar de recurso para los ahorros que resguardan en casa. El ejemplo más simple para hacer notar que esto es negativo es aplicar los efectos de la inflación: si hoy tienes 100 pesos y una camisa cuesta 100 pesos la puedes comprar, pero en un año, es posible que la camisa cueste 105 pesos, tus 100 pesos ya no serán suficientes. El mayor riesgo de guardar el dinero en casa no es que te lo roben, es que pierda valor.
  5. No pensar a futuro. El promedio internacional de monto de pensiones ronda entre el 50 y 70% del último salario, no suena mal recibir un 70% de tu sueldo una vez que estás pensionado, pero en México, la Asociación Mexicana de Afores ha advertido que la tasa de reemplazo (como se le conoce a ese monto) no alcanzará ni el punto más bajo del rango internacional. ¿Ya pensaste en cómo quieres vivir tus ‘años dorados’?
  6. Ignorar tu capacidad de gasto. El primer paso para tener una administración óptima de tus recursos es tener claro tus ingresos y tus gastos. Las dificultades generalmente llegan cuando los gasto superan al ingreso. La clave no es sólo equilibrar los flujos, sino, de la lista de gastos, eliminar aquellos que resulten innecesarios o prescindibles.
  7. Decir que no a las tarjetas. Gastar de más es un efecto comprobado cuando eres novato en el uso de tarjetas, pero con el tiempo, estos instrumentos de pago pueden convertirse en herramientas de administración, no sólo los plásticos de crédito, sino los de débito. En el caso de los créditos, puedes planear el pago de compras grandes para no perder liquidez (como la despensa o llenar el tanque de tu coche) pues en algunos casos puedes tener dos quincenas para pagar.

 

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