Cuando se necesita liquidez, la venta de un inmueble puede ser una alternativa. Pero no es tan sencillo como podría parecer, en promedio, un inmueble tarda de seis a ocho meses en ser vendido. Si el periodo se ha extendido, quizá algo anda mal.

Hay ciertos motivos por los cuales una casa o departamento no son atractivos para los compradores. Estos son algunos de ellos y cómo se pueden solucionar para llevar a cabo la venta y obtener el dinero que necesitas:

Estás demasiado confiado: creer que tu propiedad puede alcanzar un muy buen precio sin importar su condición no es la mejor estrategia a seguir.

Solución: Sé realista. Aunque ames tu casa, es posible que no todo el mundo esté interesado en ella. Recuerda que es vital posicionar tu propiedad: repara sus imperfecciones y decórala. Después de todo, el amor entra por los ojos. 

El precio que le pusiste es muy alto: si algo rige el mercado inmobiliario es la oferta y la demanda. Algo que suele pasar en el sector es que haya mucha demanda y poca oferta. Por ello, es de esperar que busques obtener más dinero por tu casa. Desafortunadamente, el cielo no es el límite cuando se trata de establecer el precio de un inmueble.

Elevar el precio y presionar en ese sentido, puede ser un gran error. Determinar el precio adecuado es uno de los aspectos más importantes en la venta de una casa. Si la enlistas con un precio por encima del que registra el mercado, perderás muchos compradores potenciales. 

Solución: asegúrate de que tú o tu asesor inmobiliario determinen el precio correcto, para ello deberán analizar la oferta local, ya sea visitando opciones personalmente o haciendo búsquedas en portales especializados. También ayudará revisar las tendencias del mercado inmobiliario en tu colonia y ciudad.

Tu casa necesita una manita de gato: si quieres vender al precio que pides, necesitas poner tu casa en las condiciones que te ayuden a garantizarlo. No pienses que a los potenciales compradores solo les interesa el mayor número de metros cuadrados.

Solución: Tu inmueble necesita tener características o amenidades comparables con otras propiedades en el mismo rango de precios; poner accesorios de baño nuevos, cambiar las manijas del clóset y la cocina son detalles que pueden generar un gran impacto.  

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Problemas con el título de propiedad: nos referimos a inconvenientes con el documento que la acredita como tu posesión. Cuando la casa te fue vendida y no está todavía a tu nombre o aparece con gravamen, aun después de pagada tu hipoteca, eso puede detener la compra. 

Solución: en esos casos, debes buscar asesoría para poner los papeles en orden o liberar la hipoteca. 

Fotos insuficientes o inadecuadas cuando la anuncias por Internet: se dice que solo contamos con siete segundos para dar una primera buena impresión y lo mismo sucede con tu casa.

Un gran porcentaje de compradores de inmuebles inicia su búsqueda en línea y decide que quiere visitar tu casa, o pasarla de largo, con base en las fotografías que pones en tu anuncio en línea. Subir pocas fotos o ninguna es mala idea, pues la gente asumirá lo peor de tu propiedad y evidentemente buscará otras opciones. 

Solución: tus fotos no tienen que ser tomadas por un profesional (aunque sería lo ideal), solo cuida que no estén fuera de foco y que tu casa luzca ordenada. Tus potenciales compradores deben ser capaces de visualizar su nueva vida en ese espacio. 

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Tu casa huele mal: hay un dicho en el sector inmobiliario: “Si puedo olerlo, no puedo venderlo”. Si ya eres inmune a los aromas de tu casa, pídele a un amigo de confianza que te dé su opinión sincera al respecto. Lo mejor que existe es entrar a un lugar y percibir un olor fresco y limpio. 

Solución: a veces el remedio es poner aromatizante u hornear galletas, pero si el aroma desagradable persiste, identifica la fuente y haz lo que sea necesario para corregirla. Pon especial cuidado en la acumulación de hongos en el baño o áreas húmedas, el olor a humo de tabaco y a orina en los accesorios de tu mascota. 

Electrodomésticos viejos: el acero inoxidable está de moda, los refrigeradores amarillentos y viejos definitivamente no. Aunque los compradores potenciales saben muy bien que pueden reemplazar el horno y la campana de la cocina, visualizar una casa con electrodomésticos del siglo pasado les hará preguntarse ¿qué más no se ha reemplazado en todo ese tiempo? 

Solución: trata de actualizar tu tostador y otros accesorios para dar una mejor imagen, cubre todo lo que impida obtener un buen precio por tu casa. 

 

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