En lo alto de la marea de la volatilidad por la crisis de deuda en EU y Europa, muchos empresarios lograron no sólo evitar ahogarse, sino también llegar a tierra firme sin hacer mayor esfuerzo, que el de mantener su estrategia de negocios.   Barack Obama ocupa la posición número uno en la lista de las personas más poderosas del mundo de Forbes, sin embargo, la incertidumbre económica que atraviesa Estados Unidos (y el mundo en general) le resulta más preocupante a él, que a los multimillonarios que encabezan la lista de los más ricos. No es que los magnates sean insensibles, es sólo que mientras muchos gobiernos se preocupaban por cómo vencer la adversidad económicas, ellos buscaban un camino para mantener la rentabilidad y esperaron pacientes por la recuperación. A casi cinco años de iniciada la crisis financiera internacional, la recuperación de los grandes corporativos internacionales se ha visto reflejada en los precios de las acciones que integran el índice Dow Jones, que ya se encuentran 10% por arriba de su valor pre crisis registrado en 2007. Esto también ha beneficiado los estados de cuenta de Carlos Slim, principal accionista de América Móvil y Grupo Financiero Inbursa; la familia Walton, dueños de Walmart; el genio de la computación, Bill Gates, y Amancio Ortega, el emperador de las tiendas de ropa que por primera vez ofrecieron tendencias de moda a bajo costo. En conjunto, los multimillonarios del top 20 en la lista de Forbes poseen 714,000 millones de dólares, equivalentes a cuatro veces el déficit presupuestal mensual de Estados Unidos. Ante la pregunta de cuáles son los factores que impulsaron la actual configuración de la lista de los más adinerados del mundo no existe una respuesta única. Por un lado, está la recuperación de los corporativos. Tan sólo los miembros de la familia Walton, que agrupa a los herederos de Sam Walton, creador de  la cadena de supermercados Walmart, ocupan tres de los 20 puestos: cada uno recibió más de 400 millones de dólares por dividendos al cierre de 2012.   ¿Recuperación incipiente? En enero, la encuesta de administradores de fondos de Bank of America Merrill Lynch arrojó que los administradores de activos están asignando más fondos a la renta variable que en cualquier otro momento desde febrero 2011, mientras que su confianza hacia el panorama del crecimiento global alcanza los niveles más positivos registrados desde abril de 2010. El fenómeno tiene su razón de ser en el hecho de que con la crisis financiera internacional, la inversión en activos gubernamentales se percibió cada vez menos atractiva, lo que permitió que la imagen de los corporativos más sólidos mejorara. “La recuperación de los corporativos se ve reflejada en la cartera total de sus poseedores. Desde el punto más álgido de la crisis, el índice Dow Jones reporta una recuperación importante, en algunos casos de 50 o 60%, los precios de acción tienen un impacto en el pago de dividendos, todo es relativo al tipo de sector y la estrategia de cada empresario. Sin embargo, sí hay una recuperación clara en la renta variable”, explica Carlos Ponce Bustos, analista bursátil del Grupo Financiero Bx+. Femsa, Inbursa y las principales empresas mineras mexicanas encabezan el top de las acciones con mejores resultados en la pasada administración presidencial; la recuperación de su valor en el mercado tras la crisis ha llegado al tiempo que mejora el panorama global. “Muchos hablan de una gran rotación al mercado de renta variable. Sí la ha habido, pero no de una forma espectacular”, aclara Carlos Ponce.   Confianza, el factor clave A diferencia de México, donde sólo una de cada 200 personas invierte en bolsa, en Estados Unidos seis de cada 10 personas invierte su patrimonio en acciones corporativas. La percepción de riqueza de los estadounidenses se mide en función al valor de sus propiedades y el valor de sus acciones. Con la lenta recuperación del sector inmobiliarios, la población de Estados Unidos ha visto recuperar poco a poco el valor de la inversión en sus casas, además, el aumento de 10% en el índice Dow Jones desde los niveles pre crisis invita a pensar que la inversión de sus recursos en los mercados dejó no sólo de representar un riesgo, sino que empezó arrojar ganancias. La ecuación de la recuperación del precio de las propiedades y el mejor comportamiento en bolsa da como resultado mayor confianza. Con el valor de su patrimonio en aumento, los estadounidenses están listos para volver a ser la cultura de consumo por excelencia.   Inventando el hilo negro No todos los millonarios deben su ascenso en la lista al desempeño de sus acciones. Amancio Ortega, el español consentido de la clase media fashionista, añadió 19,500 millones de dólares a su fortuna en tan sólo un año. Su fórmula no es exclusiva: diseñar prendas basadas en las tendencias más innovadoras y en las creaciones de los diseñadores de moda más reconocidos y menos económicos. ¿El resultado? Ropa de última tendencia a un precio mucho más accesible. La primera tienda Zara se abrió en 1975, pero vestir a la clase media ya era una encomienda que H&M se había propuesto desde 1947, de ahí que su CEO (director general), Stefan Persson, ocupe el lugar 12 de la lista de millonarios de Forbes, con una fortuna de 28,000 mdd que en un año presentó un avance de 2,000 mdd. “La configuración de la lista de Forbes cada año arroja los resultados de las estrategias de negocios de hombres con grandes empresas, en algunos casos hay avances por el comportamiento de sus corporativos en los mercados, y en otros, se evidencia que el modelo de negocios está marcando un precedente en su industria”, añade Carlos Ponce, de Bx+.

 

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