Asombrada por todas las dificultades que pasan los refugiados alrededor del mundo, la estudiante de moda de la Parsons Schook of Design, en NY, Angela Luna, de 23 años, utilizó su proyecto de tesis para explorar si la ropa podía jugar un papel decisivo para las poblaciones desplazadas. Sus esfuerzos lograron colocarla en la lista de Forbes 30 menores de 30 del Diseño y Arte a principios de este año. Con un regalo de su madre de 7,000 dólares, diseñó nueve prototipos, incluyendo dos chamarras que se vuelven casas de campaña, y un atuendo reversible al que nombró chamarra [In]visible. Hecha de poliéster reciclado que es 100% a prueba de agua, con cierres a prueba de agua y mangas quita pon. “Le queda a mi amiga que mide metro y medio y a mi padrastro que mide casi dos.” mencionó. La chamarra tiene un estampado de camuflaje verde de un lado y el otro es de un material reflejante color plata. Para su tesis, Luna utilizó fuentes secundarias como videos y noticias. Y después de graduarse en mayo 2016, visitó por 10 días campamentos de refugiados en Grecia y Turquía. Durante su estancia, una madre y su hijo fueron arrollados y asesinados mientras caminaban junto a una carretera oscura, para ir del campamento a un supermercado lejano. Eso motivó a Luna a lanzar la chamarra [In]visible con la ayuda de una campaña de Kickstarter en enero del 2017. Por cada chamarra que los donadores pre-ordenaban con 200 dólares, la empresa de Luna, ADIFF, donaba una más a la organización sin fines de lucro Rahma Relief, encargada de enviar las chamarras a los campamentos de refugiados en el norte de Siria. La campaña recaudó 100,000 dólares y donó 500 chamarras. Aunque inicialmente concibió que ADIFF (el nombre viene de la frase “haz la diferencia” en inglés) fuera una organización sin fines de lucro, el Kickstarter generó una demanda comercial por la chamarra [In]visible. “Me sorprendió escuchar de gente retirada de New Hampshire a la que le gusta el senderismo.” dijo Luna, y “surfistas en L.A.” Su padre, piloto, lleva una en el avión, en caso de emergencia. Para cumplir con sus objetivos, mientras ADIFF realiza su despegue, Luna habla de innovación creativa y sobre utilizar la moda como un medio para cubrir necesidades globales. Ha grabado dos TED talks y su participación en una conferencia en Estambul la semana pasada, la llevó a recaudar más de 10,000 dólares. Su aparición en Forbes, captó la atención de Microsoft, mencionó. La compañía la usó en un comercial que salió a televisión e internet, lo que le pagó “suficiente como para que una persona en mi situación pueda vivir de ramen, por al menos dos años.” Hoy, está lanzando el pitch de ADIFF en MassChallenge, luego de ser elegida como una de los 26 aplicantes, provenientes de organizaciones sin fines de lucro, para una aceleradora de startups en Boston. Los ganadores obtienen entre 50,000 y 100,000 dólares en capital startup, junto con asesoría y talleres. Por ahora, Luna está produciendo su ropa en China, pero pretende mover su manufactura a Estados Unidos y emplear refugiados reinstalados y gente que anteriormente no tenía hogar. “Esa es nuestra meta de cinco años” mencionó. “Y requerirá financiamiento externo.”

 

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