Más allá de las encendidas discusiones sobre el aborto, en México se gesta un mercado de medicamentos que busca atender una demanda de 1.5 millones de procedimientos anuales. Este mercado, que vale unos 4,125 mdp,  necesita una buena dosis de pragmatismo.       Aborto. Interrupción del embarazo. Infanticidio. Reproducción elegida. Salud femenina… Esos son algunos de los nombres del debate. Cada quien elige las palabras que más reflejan su opinión. Pero más allá de las opiniones, a favor o en contra, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año en México se practican 1.5 millones de abortos. En México, el aborto es una realidad que ofrece la oportunidad de generar ganancias a los laboratorios que puedan ofrecer un medicamento auxiliar en la atención de dicha demanda. Es precisamente esta oportunidad la que Sébastien Belkhlefa detectó desde hace más de diez años y que pudo concretar hace apenas dos. Su laboratorio Intelpharma (Intelligence Pharmaceutical Network) produce la mifepristona, una sustancia química que se utiliza para la elaboración de una pastilla que permite la interrupción del embarazo. “En México no hay un laboratorio dedicado completamente al cuidado de la salud femenina. Es un concepto que existe en otras regiones como en Europa y que en este país no se había desarrollado a pesar de que las mujeres representan 51% de la población total”, dice el presidente de Intelpharma. Aunque su meta es ampliar la oferta de productos médicos para el cuidado de las mujeres, tan sólo la comercialización de la mifepristona lo coloca en un mercado cuyo valor asciende a 4,125 millones de pesos (mdp).   Camino recorrido ¿Por qué Sébastien Belkhlefa está tan seguro de su éxito en el mercado mexicano? Intelpharma es desde hace dos años el único proveedor del medicamento para la interrupción del embarazo en los hospitales que pertenecen a la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de México. Tan sólo con ellos tiene 12% del mercado potencial de los 4,125 mdp, al que quiere llegar a atender. No fue un tránsito sencillo. Antes tuvo que registrar ante la Comisión Federal Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) su medicamento. Al final, explica, lo que permitió que se lograra el objetivo fue que en la capital del país se despenalizó el aborto hasta la semana 12 de gestación. Esta mayor apertura permitió que prosperara la discusión entre las autoridades y el equipo del empresario. De acuerdo con el protocolo de la Cofepris para este tipo de procedimientos, hay un comité de medicamentos nuevos en el que participan médicos de distintas sedes, como Pemex, IMSS e ISSSTE, entre otros, ante quienes se tiene que presentar la propuesta; se realiza una evaluación, se externan comentarios, opiniones y experiencias de los expertos y, luego, se decide si se otorga o no el registro. “La mifepristona fue creada hace 25 años en Europa y entonces ya la mayoría de los especialistas tenía conocimiento de su existencia y de sus resultados. De todas maneras, la revisión fue exhaustiva y nos llevó dos años poder acreditar la píldora en México”, explica. mifepristona1 Pero, ¿por qué si se trata de un mercado amplio, ningún otro laboratorio había buscado tener una pastilla de este tipo? Sebastièn Belkhlefa advierte que en México existen fármacos que se comercializan como auxiliares en el tratamiento de úlceras gástricas, pero que en realidad se usan para provocar el desprendimiento del producto del vientre materno. “Hay una especie de mercado negro. Los laboratorios no invierten, no abordan el tema del aborto para no sentirse estigmatizados o criticados. No se atreven a entrar en una discusión que en México tiene muchos matices”. Frente a eso, Regina Tamés, directora ejecutiva del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), advierte que podría estarse gestando un monopolio. “Como en todos los segmentos de la economía, es importante que haya una apertura a la competencia, sobre todo con la intención de que no se eleven los precios al haber una dominancia en la oferta”, comenta. Su preocupación es que los medicamentos se vuelvan inalcanzables para el segmento de la población de bajos recursos y que ello excluya a las mujeres del poder de decidir. Refiere que en estos casos siempre puede haber una interrogante entre el cobro y lo que cuesta el servicio, por lo que destaca la necesidad de que las autoridades regulatorias vigilen el desarrollo del mercado para no dar lugar a un monopolio.   De avanzada El martes 24 de abril de 2007, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal modificó el Código Penal y la Ley de Salud para permitir la interrupción legal del embarazo, hasta antes de las 12 semanas de avanzado. Aunque hasta el cierre de esta edición el titular de la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de México, Armando Ahued, no estuvo disponible para atender una petición de entrevista, según las estadísticas que se pudieron compilar, entre 2007 y 2013 se han realizado 120,000 interrupciones del embarazo en la ciudad. Debido a este panorama, GIRE calcula que de la cifra total de abortos registrados en la ciudad, alrededor de 13%, corresponde a una demanda de mujeres que no viven en la ciudad pero que acuden a realizarse esta práctica dada la apertura que existe. Al respecto, el estudio Aborto sin riesgos: guía práctica y de políticas para sistemas de salud de la OMS, calcula que esta práctica, al realizarse de manera insegura, costó al sistema sanitario de la Ciudad de México 2.6 millones de dólares (mdd) en 2005; es decir, antes de su legalización. Y desliza un diagnóstico: “Si se ofreciera acceso a un aborto sin riesgos, el sistema podría ahorrar potencialmente 1.7 mdd cada año”. Para aterrizar estos datos, Sébastien Belkhlefa ofrece un ejemplo: cada proceso le cuesta a la Secretaría de Salud 8,500 pesos, en promedio. Es el costo de ingresar a la paciente, asignarle una cama, tener personal de enfermeros a su cuidado, anestesista, cirujano y convalecencia. Utilizar la mifepristona, en cambio, sólo cuesta 2,700 pesos. Hasta el momento, el medicamento se utiliza en 13 clínicas de la Ciudad de México. Después de que se extiende la receta y se surte el medicamento, a la siguiente semana la paciente vuelve a realizarse un ultrasonido para verificar que el fármaco surtió efecto. A decir de Intelpharma, al momento hay un par de estados que en breve podrían abrir las puertas de sus clínicas a este laboratorio. Ello le permitirá avanzar en la conquista del mercado mexicano. Pero la pastilla auxiliar en la interrupción del embarazo no es la única apuesta de Sébastien Belkhlefa. Ya prepara el lanzamiento de 22 productos más. Se trata de medicamentos para el cuidado de la salud femenina entre los que se encuentran auxiliares para miomas o para várices. El plan del laboratorio 100% mexicano, contempla traspasar las fronteras, por lo que se alista para ingresar a Brasil, Argentina, Chile, Venezuela y Perú. No deja el mercado mexicano, pero ya vislumbra su expansión a otros países. Con ello, seguramente, alborotará a muchas más conciencias. grafico_aborto1

 

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