Llegar a un lugar selváticamente mágico, en el alma del Caribe Mexicano, es donde a muchos nos cambia nuestra percepción de la vida, a un vivir con sentido, donde el éxito pasa a una felicidad del alma, y así la vida se acomoda a una mejor calidad de vida. El primer paso de este cambio fue cuando en plena pandemia, en Santiago de Chile, mi ciudad natal, comencé a preguntarme: ¿Estoy viviendo en el lugar que quiero?, ¿Cómo puedo empezar una vida de calidad en la simpleza de la naturaleza?

Como veníamos junto a un talentoso equipo, desarrollando una plataforma internacional amigable con el medio ambiente. Tuve la posibilidad de continuar operando desde cualquier lado del mundo, me atreví y di el paso a una mejor calidad de vida: me fui a vivir a un pueblo mágico, paradisíaco y misterioso: Tulum, y luego todo se acomodó. 

Aquella visión que comenzó para mí en el 2009 cuando vivía en China, fue entonces validado en gran parte gracias a una situación mundial que reforzó notablemente el trabajo remoto.  La calidad de vida es fundamental para la inspiración y la eficiencia. Les escribo desde Tulum, donde ya llevo viviendo más de un año, donde hemos logrado adecuar nuestras tecnologías para ayudar a las comunidades indígenas y pueblos originarios. Todo ha tomado sentido, y siguen apareciendo sinergias para potenciar este gran legado. 

Aquí logré conectar nuestra plataforma con la realidad, y así fue como la pusimos a disposición de las comunidades indígenas y pueblos originarios. La adaptamos e incluimos la colaboración con diseñadores, artistas, universidades, aduanas, logística y todos los actores de la operación en tiempo real próximamente apoyados con IA, para facilitar los procesos. Generando un valor estético, informativo y cultural detrás de la historia y proceso de cada producto, país y etnia. 

Un nicho que fue abandonado por la sociedad, al cual deberíamos honrar y apoyar más que nunca, ya que tuvieron la visión correcta del cuidado de la tierra desde un comienzo, y el gran talento de trabajar con sus manos. Algo que valoraremos más y más con el paso de los años…

Como sociedad, debemos avanzar hacia un consumo consciente, incluyendo a las comunidades indígenas y pueblos originarios. Sus valiosas técnicas milenarias y visión merecen nuestro respeto y admiración. 

Es en esta zona donde, después de todo lo vivido, llego a la conclusión de cuál es realmente el nuevo lujo para mí:  Ser feliz en la naturaleza, con una vida simple, poder trabajar o hacer lo que uno ama, tener tiempo para tus hobbies, estando rodeado de personas que quieres y admiras, que llenan tu alma. Con un ser interno evolucionado, con tiempo de calidad. Es algo invaluable. Un camino que cuando comienzas, agradecerás haber dado ese primer paso y te darás cuenta de lo importante que es escucharse y hacer lo que realmente quieres. 

En mi caso, volví a la zona donde viví a mis 12 años junto a toda mi familia. Donde recuerdo a mi mamá tan feliz. Este mar turquesa y arena blanca que me da sensación de hogar. Gracias a todos los que de alguna forma han sido parte de este proceso, a cada persona que he conocido en el viaje, y a todos los que vendrán. Gracias en especial a todo el equipo de trabajo.

Diego Olea Gómez

@di_olea

Fundador & CEO Goodpanda.com 

 

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