Una bola gigante de discoteca en el spot correcto puede torcer el rumbo de la historia de cualquier lugar. Allá por el 2013, a pesar de su belleza innata y la calidez de sus habitantes, Tulum no contaba con una escena nocturna distinguible. James Gardner lo sabía y quería hacer algo al respecto. Vio la oportunidad y creó la marca GITANO. Todo comenzó con la bola disco, pilar indiscutible de la pista de baile desde tiempos memoriosos y un letrero de neón rosa con el nombre del recinto flotando frente a la exuberante selva tropical de Yucatán.

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El fundador, director creativo y CEO del proyecto, James Gardner, llevó todo su conocimiento fashionista a una zona que necesitaba ese golpe de aire revitalizador. Desde el principio tuvo las cosas muy claras. Su mensaje fue y sigue siendo diáfano y transparente: “Capturamos la esencia de quiénes somos: espíritus libres, vagabundos y maravillados, bohemios, diversos, eclécticos, conscientes y creativos”. Así se engloba con firmeza el espíritu que rodea al movimiento, que nació primero como un bar de mezcal y, con el correr de los años, se expandió tomando diversas formas en distintos puntos geográficos del continente.

GITANO Tulum llegó para imponer el ahora icónico gypsy-disco. La apertura del restaurante invita a deleitarse con los sabores locales de temporada, alcanzando una experiencia culinaria interactiva y compartida. Más tarde, la cena se convierte en baile y, a pocos pasos, la fiesta comienza en GITANO’S Jungle Room, una habitación antigua, otrora perdida en la jungla desde hace más de 100 años, que llaman con cariño “cabaret tropical”. Es el epicentro de la diversión y la libertad de expresión, generando un clímax estupendo. La libertad y el hedonismo de la época disco chocan de frente con la naturaleza en estas raves en la jungla, donde la música fluye y se resbala como arena en las manos.

Foto Cortesía: Gitano

En 2018, el movimiento tomó impulso y saltó hacía Nueva York de la mano del “Garden of Love”, un jardín secreto escondido en el centro de Soho, que abre de mayo a octubre. De esta forma, Gardner y compañía lograron exportar la esencia de Tulum al conglomerado de cemento más grande del planeta. El complejo, rodeado de enormes palmeras de coco y dos pérgolas gemelas de madera, cuenta con una piscina reflectante y un laberinto de meditación. Es un gran lugar para beber, comer y relajarse en medio del bullicio de la ciudad que nunca descansa.

Un año después, un nuevo esfuerzo salió al competitivo mercado de las playas de Miami a través de una asociación estratégica con el empresario argentino Alan Faena. Así, GITANO Miami trasladó el aire característico de Tulum sin tener que salir de Miami Beach. Ubicado en la planta baja y la azotea de Casa Faena, el establecimiento ofrece vibraciones tropicales exclusivas, sonidos de discoteca alá gypsy, cócteles refrescantes y sabores mexicanos. Sin intenciones de detenerse, la expansión del movimiento continúa mientras trabajan en arribos a nuevas locaciones y, sobre todo, sectores. Recientemente lanzaron su propia marca de ropa, abanderada del estilo de vida moderno, llamada Souk GITANO y, además, buscan abrazar al rubro hotelero bajo el nombre Casa GITANO.

GITANO ha consolidado una identidad de marca excepcional, con una tradición cultural muy fuerte que impregna cada uno de sus proyectos junto a una visión nítida. Sobre ésta última, Gardner asegura que se trata de “construir una marca global con un gran corazón que reinvente el concepto de hospitalidad”. El arquetipo, naturalmente, se optimiza día a día desde la empatía y el crecimiento humano que lleva adelante todo el equipo. “Creemos que puede tener mucho éxito y también ser elegante, divertida, inclusiva, diversa e impulsar un cambio positivo”, agrega.

Durante el 2020 abrieron Gitano Beach, a diez minutos en auto de la locación original. Entre arena blanca y el mar turquesa, la flamante sede se encuentra ubicada al lado de las ruinas mayas que conforman el Parque Nacional. Un espacio al aire libre, rústico y elegante con una carga arquitectónica e histórica importante. El ambiente es más relajado que en la base original, aunque no menos entretenido, puesto a las experiencias que este ofrece como “Gitano Flamenco”, o “Gitano Cinema”, una cartelera diferente cada mes, acompañada de un menú tropical con la brisa del Mar Caribe. Su menú, está a cargo del chef Alexandros Gkoutsi, quién también se unió con Gardner en uno de sus nuevos restaurantes de la zona: Meze Tulum. En Gitano Beach se experimenta la gastronomía mexicana clásica con toques mediterráneos. Además, los pescadores de la zona entregan la pesca del día para garantizar los sabores de mayor frescura posibles.

Foto Cortesía: Gitano

A propósito del lujo descalzo, el reciente concepto en boga que elimina lo ostentoso y abraza un estilo de vida elegante y orgánico, Gardner dice: A medida que la sociedad evoluciona, el lujo pasa de ser pura adquisición y ostentación a algo más intelectual y emocional. Nosotros celebramos la perfección dentro de la imperfección, la yuxtaposición de la elegancia más casual, una sofisticación simple y amena. Todo lo que hacemos está integrado a la naturaleza”. Son altruistas, viven en calma, apasionados por lo que hacen.

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Otra de las grandes virtudes de la marca es su compromiso con la inclusión, sin discriminar ni apartar a nadie. La nueva cultura del trabajo comienza con la diversidad. GITANO cuenta con un sólido equipo multicultural. Suman un componente LGBTQ+ importante en su equipo, comenzando por James Gardner y su pareja, que han estado juntos más de 20 años. Desde ese núcleo central, han podido construir una cultura familiar fuerte, algo de suma importancia cuando se trabaja en conjunto a través de distintas ubicaciones geográficas. “Siempre hemos sido muy digitales, conectando nuestros restaurantes en gran parte al aire libre, ¡así que la nueva realidad fue quizás siempre nuestra realidad!”, desliza el CEO a propósito de la pandemia que azotó al mundo entero durante todo el año pasado.

James Gardner – Cortesía: Gitano

En cualquiera de sus sedes, te puedes encontrar una clientela ecléctica y diversa, desde la generación Z y los millennials hasta gente +50. Influencers, disidencias, celebridades, o personas más ligadas al mundo corporativo. Un combo original, sin estridencias, pero elegante e irreverente. Una verdadera amalgama cosmopolita. El proyecto mantiene un equilibrio difícil de alcanzar, donde conviven el pensamiento creativo y estratégico con los negocios, atravesados por la pasión y una determinación diligente. Pero toda su expansión también conlleva una responsabilidad: “Nos mantenemos fiel al concepto central con el que nacimos, sin diluir nuestra impronta y manteniendo la calidad”.

Tulum ha atraído durante mucho tiempo a la comunidad nómada, comenzando por los hippies durante el verano del amor a finales de los sesenta, el movimiento gay y los conocedores de la moda en los años setenta. Cada vez son más las personas que acuden en masa a Tulum para experimentar esta cultura. “Mientras tanto, los nómadas originales se están moviendo para explorar los próximos destinos. GITANO espera guiar el camino”, concluye James Gardner.

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