Durante los últimos veinte meses, la contingencia sanitaria ha demostrado que la transformación digital es la nueva directriz que moldea casi la totalidad de nuestras actividades cotidianas. De forma potencial e inesperada, sectores como servicios médicos remotos, seguridad, educación y finanzas han experimentado una revolución digital nunca vista.
Y, si bien esta oferta digital llegó para agilizar las operaciones diarias, trajo consigo un nuevo desafío de cara a dos factores clave: seguridad y confianza para la identidad de cada usuario en internet.
Mario Martínez, vicepresidente de Cyber & Intelligence Solutions de Mastercard México y Centroamérica, expresa que “la era digital es un fenómeno que nos permite continuar nuestras vidas de forma remota”.
Así, en el panorama de la seguridad digital surge una nueva herramienta que permite proteger la interacción sin sacrificar la experiencia de usuario. “La identidad digital busca dar continuidad al proceso de autenticación, es decir, de quién eres, para poder continuar con tus actividades y operaciones de forma digital”, tal es el caso del comercio electrónico y las aplicaciones bancarias.
Hoy, la protección de identidad digital es un factor esencial detrás de cada clic. Los riesgos son suplantación de identidad, robo de cuentas, fraude y ciberataques. Para atender esta amenaza, existen varios tipos de autenticación: los tradicionales son las contraseñas y el doble factor de verificación -como SMS y envío de correo electrónico-. A nivel transaccional, existen mecanismos de defensa como los análisis criptográficos que permiten autenticar la firma digital de manera segura.
“Sin embargo, todos estos mecanismos son de fricción, es decir, someten a usuarios ante diferentes retos para verificar la autenticidad. En muchos casos esto genera molestia o incomodidad en el usuario, incluso el fenómeno llamado ‘abandono de carrito’, donde el cliente está listo para hacer su compra y antes de someterse a este tipo de pruebas, decide no concretar la operación”, explica Mario Martínez en entrevista para Forbes México.
En este sentido, el ejecutivo de Mastercard explica que existen mecanismos que favorecen al usuario sin exponer la experiencia ante la fricción.
“Un ejemplo es la biometría conductual, que es capaz de identificar a cada persona a través de pequeños detalles como la forma en utilizar el dispositivo, qué tan rápido lo tecleas, cómo navegas y otros procesos de autenticación pasiva que no someten a los usuarios a pruebas de fricción”.
Infraestructura que protege tu identidad
Consciente de la importancia de proteger la identidad a través de mecanismos sin fricción, Mastercard implementa una estrategia de identidad digital en toda la región latinoamericana. En México, la firma trabaja con una herramienta de biometría pasiva llamada NuDetect, que busca fortalecer la seguridad en los ambientes en línea como las aplicaciones móviles para verificar la legitimidad de sus usuarios.
“Mastercard también trabaja con Ekata, una plataforma encargada de tomar los datos básicos como correo electrónico, número telefónico, dirección física y dispositivo móvil, a través de los cuales genera un algoritmo de autenticación con base en políticas de privacidad aprobadas por los usuarios. Con esta información se puede determinar si efectivamente el usuario es quien dice ser”, detalla Mario Martínez.
Hoy más que nunca, la confianza es el ingrediente clave para realizar comercio digital. En un mundo digital, lograrlo requiere capacidad para demostrar su identidad digital: quién eres, ya sea que estés interactuando en persona, en línea o en una aplicación. Mastercard lo hace posible con tecnología a la vanguardia diseñada para proteger la información más sensible sin exponer la experiencia de navegar por internet.
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