Por Andrés Arell-Báez* “Nadie puede llamarse a engaños. Y mucho menos caer en la ingenuidad. Ya sabemos qué pasa cuando un xenófobo, racista y autoritario líder consigue el máximo poder político en el país más poderoso del mundo. Hace cerca de 80 años los judíos fueron tomados por sorpresa, hoy los latinos no podemos decir lo mismo. Porque a futuro, las víctimas seremos nosotros. La historia se está repitiendo”. Palabras duras las pronunciadas por Roque De la Fuente, el magnate mexicano-americano, transformado en político desde las elecciones pasadas, donde propuso su nombre a la ciudadanía como opción presidencial de su país, los Estados Unidos, para evitar sucediera el apocalíptico escenario hoy parte de nuestra realidad. De la Fuente precisa: “Un señor que nos llama violadores, asesinos y ladrones a los mexicanos, única y exclusivamente por ser mexicanos, es hoy el presidente de los Estados Unidos. Y peor, desde que tomó el poder, no ha hecho sino dejar manifiesto su extremismo en todas las áreas. Es que se le acaba la calma a uno cuando se pone a cargo de las armas nucleares de este país a alguien apodado ´perro loco´. Se preocupa realmente uno cuando Scott Pruit es llamado a ser jefe máximo de la EPA (Environmental Protection Agency), puesto que él es una persona que no sabe qué es el cambio climático. Pero repito, la amenaza directa es contra los latinos. Los más amenazados directamente, sin duda alguna, somos nosotros: Jeff Sessions, futuro Fiscal General de la Nación será alguien quien tomará el Estado para perseguir a cualquier inmigrante: legal o ilegal. Stephen Bannon, principal consejero de Trump, es el hombre del Ku Klux Klan en la presidencia. ¿Usted cree que el equipo de Hitler era muy diferente del de nuestro futuro presidente?” El presidente electo de los Estados Unidos, en su primera aparición como triunfador, tuvo un mensaje tranquilizador, invitando a la unión de todos los americanos, incluso “los pocos que no habían votado por él”. No obstante, lo que señala De La Fuente es evidente y muy diciente en cuanto al tipo de gobierno que hará Trump. Las personas citadas, además de las otras ya designadas, tienen un marcado pasado, una carrera profesional ya definida, que invita a la precaución. “Los latinos debemos actuar. Debemos crear un movimiento que nos permita responder a las barbaridades que próximamente empezaremos a sufrir. Por darle un ejemplo: si hoy tenemos una policía permisiva con los abusos hacia las minorías, imagínese cómo será en los próximos cuatro años, con un presidente que no solo consentirá esos atropellos; sino que además los incentivará”. Recuerdan, las palabras de Roque, la actitud permisiva de Trump en su época de candidato, cuando de sus mítines eran echados de manera violenta representantes de la minoría afro y latina. El político recuerda: “¿Cómo un grupo pequeño de alemanes logró exterminar 6 millones de judíos? ¿Por las armas? ¿Por su inteligencia? ¿Su estrategia? Nada de eso. Fue por qué los judíos actuaron disueltos. Hoy los latinos nos encontramos en la misma situación: una persona que nos odia ha llegado al poder; si nos unimos, podremos responder y defendernos. De lo contrario, tenemos a la historia para dejarnos saber qué pasará”. Por eso, es digno de mención la propuesta de De La Fuente, con respecto a la situación de los latinos. “El gobierno de los Estados Unidos se la pasará atacando a los inmigrantes que viven en nuestro territorio, tal y como lo vimos durante los años de Bush. Sólo que hoy será más extremo todo. Por eso, los latinos que viven en Estados Unidos, aquellos que han encontrado una vida en este país, tendrán dos opciones: o se devuelven, o creamos un movimiento ciudadano, de presión, con capacidad de movilización y de defensa ante las arbitrariedades a cometer. Mi invitación es a hacer lo segundo. Logrado eso, nos convertiremos en una verdadera fuerza política que no se dejará amedrantar”. No obstante, ha sido claro que a lo que los latinos les ha faltado es comportarse como grupos. A pesar de ser la minoría más grande en los Estados Unidos, nunca han encontrado una agenda en común por la cual trabajar. Sin importar lo anterior, Roque es optimista. “Nosotros los latinoamericanos tenemos más puntos en común que en desacuerdo, a pesar de nuestras diferentes culturas hemos sabido convivir y disfrutar de esa convivencia. Es ahora cuando más debemos llamar a la integración latinoamericana en todos los ámbitos: políticos, económicos, sociales. Las libertades de nuestros pueblos han sido desde siempre la mayor lucha a recorrer, los grandes próceres libertarios han nacido en este continente, Washington, Bolívar, Jefferson, Benito Juárez. No dejemos eso atrás, ahora que es absolutamente necesario, esas enseñanzas que nos invitan a levantarnos y alzar nuestra voz ante la opresión y ante la inminencia de todo lo ruin que representa Donald Trump”. O, podríamos rememorar la Biblia, donde podemos encontrarnos con una profética frase en Romanos 16:17, cuyo texto díce: “Les ruego, hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos.” Lo que quiere Roque es muy claro: “mi idea de una América unida es una visión a futuro de una mejor América.” Y una posición histórica ahí detrás de su deseo. “La mejor inversión que puede hacer Estados Unidos es en América Latina con tal unir todo el continente. Hace 80 años, Europa estaba destruida y acabada por la guerra. Decidió entonces Estados Unidos invertir en ella. Convirtieron un continente problema en un gran aliado. Hoy, podemos y debemos repetir el escenario: invertir en América Latina, un continente problema afectado por la violencia ciudadana, la falta de oportunidades, de empleo y el poco crecimiento económico; invertir para en unos años verlos surgir como un aliado de gran peso.” Un Plan Marshall para América Latina es una idea tan revolucionaria como necesaria hoy. Roque es un latino de los Estados Unidos, nacido en la potencia del norte con padres mexicanos, habiendo podido labrarse una vida llena de logros económicos. Pero sabe él eso no es garantía de nada. Su gran miedo, lo expresa en una pregunta: “Si es cierto, como mucha gente lo dice, que Trump es el nuevo Hitler, ¿quiénes serán entonces los nuevos judíos? Indudablemente, nosotros los latinos. Y ahí perdemos todos. Me aterra estar a unos años de comenzar a ver un holocausto latino”. Y la previsión de Roque, una vez explicada por él, demuestra tener su sustento. “Antes le dije, la historia se repite. ¿A qué me refiero? Hitler llegó al poder consecuencia de una crisis económica insufrible. Igual sucede con Trump. Ambos llegan proponiendo como solución el atacar a las minorías de sus países. Y, más importante todavía, cuando Hitler se convirtió en canciller, no quería ser él un genocida. Fue, corrupto por el poder, cuando dio rienda suelta a sus ataques contra la humanidad. Con Trump pasará igual: al sentarse en el sillón presidencial, sentirá la ambición de poder, el afán de conquistar, lo que, impulsado por su carácter autoritario, podría terminar en una nueva catástrofe. Si no lo detenemos, no nos lamentemos después.” *Andrés Arell-Báez es escritor, productor y director de cine. CEO de GOW Filmes.   Contacto: Twitter: @andresarellanob Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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