Adiós 2019 | Abril: ¿Se terminó la temporada de sarzago?
Hay una lección que México no ha aprendido: el sargazo es parte de un fenómeno anual que si bien no se puede revertir, sí se puede gestionar de manera inteligente.
La invasión del sargazo prendió la alerta de las autoridades, pero también la de los turistas, que llegaban a su destino favorito con la “sorpresa” de un alga que acaparaba las playas y entorpecía sus vacaciones.
Pero, ¿esta sería la última vez que se escucharía de esta planta? Para Esteban Amaro, director de la Red de Monitoreo de Sargazo en Cancún, muy pronto no se podrá hablar de una “temporada de sargazo” pues esta alga será una presencia
constante durante todo el año. Para finales de 2019, se prevé que se hayan recolectado un millón de toneladas de sargazo en las playas mexicanas.
Apenas el pasado martes 10 de diciembre, la Secretaría de Marina Armada de México inició la operación del primer barco sargacero, de seis previstos, en las costas de Quintana Roo. La embarcación fue construida en el astillero de la Marina de Coatzacoalcos y puede recolectar 80 toneladas diarias. El gobierno cuenta con recursos programables por 52 millones de pesos para hacer frente al arribo del alga.
Un estudio publicado en la revista Science explica que el sargazo se limitaba en el pasado al Golfo de México y al Mar de los Sargazos, pero en la pasada década se adentró hacia el Atlántico. Durante el verano, hay playas de Florida y de México con tantas algas, que los bañistas no pueden entrar en el mar.
Existen tres factores que promueven el arribo de sargazo a las playas: 1) la temperatura del agua, que aumenta como resultado del cambio climático; 2) la contaminación de los mares, que funge como nutriente para el crecimiento del alga; y, 3) el aumento de CO2, que también estimula su crecimiento.
No obstante, el problema de unos puede ser la oportunidad para otros. Empresas mexicanas como Dianco (una startup que busca convertir el sargazo en celulosa para la producción de papel) se encuentran en la búsqueda de alternativas para combatir el problema o aprovecharlo como materia prima.
Pero los daños del alga avanzan más rápidamente: actualmente, cerca de la mitad del Sistema Arrecifal Mesoamericano está infectado con una enfermedad denominada Síndrome Blanco, que afecta los organismos que componen su estructura.
El sargazo muerto que flota en el mar genera ácido sulfhídrico y azufre, que acidifica el agua del mar y perjudica el carbonato de calcio que compone el esqueleto de los arrecifes, además de que resulta nocivo para la fauna marina, como peces y tortugas.