¿Qué haría un grupo de 12 adolescentes con 2.2 billones de pesos en la bolsa? El objetivo de las 12 jóvenes instituciones que conforman el universo de Afores en el país es garantizar el retiro de 51 millones de trabajadores, ¿cuáles son los retos?       Esta semana se cumplen 17 años de la entrada en vigor del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), que sustituyó al sistema de pensiones establecido en la Ley de 1973 del Seguro Social. Esto implica que los trabajadores que empezaron su vida laboral después del 1 de julio de 1997 podrán retirarse únicamente con los recursos acumulados en su cuenta individual. El objetivo principal del nuevo esquema es garantizar la sustentabilidad de las pensiones, pues de acuerdo con información de la Asociación Mexicana de Actuarios Consultores, los subisidios a los sistemas de pensiones públicos consumen 8% del Presupuesto de Egresos de la Federación, equivalente a alrededor de  100,000 millones de pesos cada año. Así, el SAR sustituyó un régimen de pensiones (Ley del IMSS 1973) que había dejado de ser financieramente viable y que por ello corría el riesgo de no poder pagar las pensiones a los trabajadores al momento de su retiro. “Además resultaba altamente inequitativo; en particular discriminaba a los trabajadores de menores ingresos y las mujeres (quienes perdían sus  aportaciones al no lograr cumplir con los requisitos para obtener una pensión). Por último, el régimen anterior resultaba regresivo, ya que los beneficios eran mayores para los trabajadores de más altos ingresos”, afirma la Asociación Mexicana de Afores. Con el esquema del SAR, cada trabajador tiene una cuenta individual administrada por una empresa especializada Afore (Administradora de Fondos para el Retiro). El trabajador, como eje central de este  sistema, elige a la Afore que administre su cuenta individual buscando obtener el mayor beneficio y  el mejor servicio. A 17 años de su creación, el SAR administra 51.1 millones de cuentas individuales que representan 2.2 billones de pesos. En este lapso, el rendimiento obtenido por las Afores alcanzó 6.28% real promedio anual, es decir un rendimiento superior en ese porcentaje a la inflación del periodo. Del total de activos en administración (2.2 billones de pesos), 1.2 billones corresponden a la suma de  aportaciones efectuadas por el trabajador, su patrón y el gobierno federal. El billón de pesos restante  corresponde a los rendimientos generados por las Afore. Ello significa que alrededor de 44% del total de los activos son plusvalías para los ahorradores.   Pese a los buenos resultados del joven sistema, las Afores todavía deberán superar algunos retos: 1. Pensiones suficientes: Cada mes se canaliza 6.5% del salario de los trabajadores a las cuentas individuales. La proporción resulta baja. La Asociación Mexicana de Afores estima que la tasa de reemplazo (el porcentaje del último sueldo que los trabajadores recibirán como pensión) podría ubicarse en alrededor de 30% del último salario. ¿Alcanzará para vivir? 2. Cobertura: La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estima en 28 millones de personas la población ocupada en la informalidad sin acceso a Seguro Social y sin cuenta individual de ahorro para el retiro. Se trata de una proporción importante de personas que no están ahorrando por su cuenta y que no tendrán acceso a una pensión. 3. Poca cultura del ahorro: Del 6.5% del salario que se destina a la cuenta individual para el retiro, los trabajadores sólo aportan 1%. Carlos Ramírez, presidente de la Comisión Nacional para el Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), explica que sería idóneo que los mexicanos destinen al menos 10% de su ingreso al ahorro para el retiro. 4. Afores en la mira: Entre abril y junio de 2013, el saldo en las Afores presentó una minusvalía conjunta por 155,935.3 millones de pesos. Aunque para el final de año las Afores habían regresado a números negros, las instituciones están en constante escrutinio de la opinión pública. 5. El sistema aún tendrá cambios: Cuando arrancó el SAR, en 1997, había sólo una Siefore; en 2003 se añadió una más, es decir, había dos grupos de inversión: uno para los mayores de 55 años y otro para los trabajadores menores. Hoy hay cinco en total, y la más reciente, la Siefore Básica Cero (SB0), se creó para evitar los estragos en la volatilidad en el ahorro de los trabajadores de más de 63 años, los más próximos a la edad de retiro.

 

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