Por Adolfo Laborde* La ratificación del T-MEC por parte de los congresos de Canadá, Estados Unidos y México ha entrado en una etapa crítica. Si bien es cierto, en nuestro país hay cierto grado de confianza en que esto se dé antes del mes de agosto del presente año, pienso que no deberíamos estar tan seguros de eso. Independientemente que se hayan eliminado los aranceles al acero y al aluminio procedentes de México y Canadá a principios de mayo de este año, esto, desde una perspectiva estratégica y geoeconómica responde a otras razones, y no precisamente al T-MEC. Obedece, desde mi punto de vista, a una estrategia comercial para respaldar las cadenas de valor y proveeduría de las empresas de los Estados Unidos que necesitarán insumos competitivos en precio para sus procesos productivos ante la guerra comercial con China. La tasa impositiva del 15 y 20% respectivamente saca de mercado a la proveeduría canadiense y mexicana. Los efectos de esto ya los hemos observado con las represalias de ese país por las sanciones (suspendidas por tres meses) al gigante tecnológico Huawei impuestas por Donald Trump. Las repercusiones globales de este anuncio ya surtieron efecto con la cancelación de contratos millonarios por parte de empresas globales de compra de teléfonos y abastecimiento de componentes electrónicos a la firma china. Por lo tanto, este hecho no puede ser considerado como un preámbulo de dicha ratificación y los esfuerzos para que esto se concrete deberían de redoblarse. Explico. Existen otros elementos coyunturales que, de no ser considerados, el T-MEC estaría en peligro de no ser ratificado como se ha programado. Además de los enfrentamientos entre demócratas y republicanos, en este caso, el presidente Trump por temas de la agenda electoral 2020 en los Estados Unidos, se están perdiendo de vista las distintas agendas de la política interna de los distritos electorales de los representantes demócratas y quienes finalmente son los que podrían impulsar dicha ratificación por su calidad de mayoría en la Cámara Baja. La estrategia mexicana, además de darle seguimiento a lo que se discute en Washington, debería estar encaminada a concientizar a representantes republicanos y demócratas amigos de México de la importancia del el T-MEC en un contexto de incertidumbre comercial a nivel global y compaginar sus agendas locales (seguro médico, seguridad, educación, servicios públicos, por ejemplo) con la lógica de una Norteamérica sólida a través del intercambio comercial vía el nuevo T-MEC. Esto, sin olvidar la cooperación en materia de seguridad fronteriza y migratoria, deberán estar presentes en la estrategia integral para despejar dudas y críticas sobre la inacción de México en estos temas. La ratificación del T-MEC no se dará de manera inercial o gracias a lo que se ha hecho hasta ahora. Es tarea de los miembros del servicio exterior destacados a lo largo y ancho de la unión americana comunicar bien la importancia de la ratificación de dicho Tratado resaltando la interdependencia y complementación entre sus tres socios ante los representantes de la cámara baja sean del partido que sea. Sé de primera mano que muchos lo hacen, pero ello tendría mayor efectividad si se tratase de una estrategia alineada, coordinada y consensada partiendo de nuestros intereses nacionales. Aunado a ello, una campaña de información sobre la importancia comercial de México en medios de comunicación del otro lado de la frontera respaldaría las labores de lobby. El departamento de prensa de la Embajada de México en Washington y de los consulados tienen una tarea titánica de comunicar esto, pero no imposible. Nada está asegurado, más aún cuando nuestro canciller Marcelo Ebrard fue recibido en días pasados por el número dos del Departamento de Estado cuando acudió a presentar a la capital estadunidense la estrategia integral mexicana basada en la propuesta de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) para mitigar y resolver desde una perspectiva estructural las causas que originan la migración en la región. Nuevamente la forma es fondo. *Doctor en Relaciones Internacionales. Profesor Investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México.   Contacto: Corrreo: [email protected] Twitter: @adolfolaborde71 Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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